Fallo de la Corte IDH: el regalo de una generación de bolivianos a Latinoamérica

El reciente pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos representa una victoria histórica de los activistas jóvenes bolivianos que hemos comenzado la lucha contra la reelección allá en el año 2014, ya casi una década atrás. Recuerdo que en esos años éramos básicamente “3 pelagatos”,  nuestras marchas tenían al inicio muy humildes convocatorias, de entre 20 y 50 personas. Los jóvenes masistas, todos alevosos, se burlaban y hacían memes sobre nuestros “pobres intentos” de concientizar a la gente sobre los peligros de lo que ya se mencionaba en esa época en filas oficialistas: la reelección de Evo Morales como un paso inevitable a tomar dentro del “proceso de cambio”.

Es posible que vayamos a quedar relativamente marginados por la historia, dados los acontecimientos posteriores que fueron bastante más cubiertos por la prensa nacional e internacional que el verdadero origen, pero es importante dejar en registro escrito que un pequeño grupo de activistas advirtieron antes que cualquiera sobre el tema, que fueron el germen de lo que finalmente se convirtió en un movimiento de millones de ciudadanos, políticos, cívicos, instituciones, plataformas y organizaciones femeninas como Kuña Mbarete,  que varios le hemos dedicado nuestra juventud entera a la causa anti-reeleccionista.



Todas las ramificaciones posteriores, como la campaña por el NO, la derrota de Morales el 21F, las marchas, los paros, los cabildos exigiendo respeto a los resultados, la candidatura de CC que consiguió  la segunda vuelta y obligó al gobierno a tener que fraguar los resultados, la revolución de los 21 días contra el fraude con protagonistas como Carlos Mesa, Fernando Camacho, Tuto Quiroga, los cívicos y el CONADE, el informe de la Misión Electoral de la OEA respaldado por la Unión Europea, el alzamiento policial, la renuncia de Evo y, finalmente, la repuesta a la solicitud de opinión consultiva por parte de la Corte IDH, son todas consecuencia directa de las primeras acciones que tuvieron como raíz a este pequeño grupo de jóvenes determinados y que, con el transcurrir de los años, terminaron movilizando a toda una generación, pues movimos con éxito el eje del debate hacia la importancia de la renovación en la política y los peligros de que una sola persona comande los destinos del país de manera ilimitada.

Hoy, los jóvenes y los activistas bolivianos le hemos regalado mayor democracia a toda Latinoamérica. Y no, no es una exageración, con este fallo de la Corte más importante de Derechos Humanos de las Américas, todos los países del continente a partir de ahora podrán usar este instrumento (el pronunciamiento) como precedente para que nunca más ningún mandatario aspirante a tirano pueda perpetuarse en el poder en sus países.

Si se hace una interpretación correcta del pronunciamiento, Evo Morales no podría re postularse nunca más pues ha ejercido la presidencia ya tres veces, por lo que, si se repostula en 2025, estaría violando la opinión consultiva vinculante e irrespetando ya no solo la voluntad del pueblo boliviano sino la voluntad de prácticamente toda América expresada en el mandato de la Corte.

¿Por qué es vinculante? Porque en Bolivia la norma internacional en materia de Derechos Humanos se encuentra por encima de la Constitución y así lo dicta la propia Carta Magna en su artículo 256 p.II misma que establece que todo derecho se interpretan de acuerdo a los tratados e instrumentos internacionales de DDHH, instrumentos como ser el pronunciamiento sobre el uso arbitrario del art. 23 del Pacto de San José, que es lo que hizo el MAS.

A la postre, el informe del GIEI estableció que la crisis de 2019 tuvo como origen el incumplimiento de los resultados del 21F por parte de Evo Morales, por lo que este hecho es la matriz de todo lo ocurrido posteriormente.  Por tanto, si no hubiera existido una juventud activista valiente, firme y patriota, que se fijó como objetivo que nadie pueda quedarse en el poder en Bolivia, como ocurre en Cuba, Venezuela y Nicaragua, probablemente Morales seguiría en el poder y la opinión consultiva nunca se habría elevado a la Corte.

Gracias a esos jóvenes bolivianos que nunca se rindieron y nunca se cansaron, ¡Qué viva la juventud boliviana!

 

José Manuel Ormachea es  Diputado por CC y ex activista del 21F