Marx tenía razón: Existe una lucha de clases

Sí, está leyendo bien. Estoy dando la razón al autor de la ideología que mató a más de 150 millones de personas. Marx tenía razón sobre la lucha de clases, lo vuelvo a decir, pero se equivocó de qué clases.

Él abogó por el dualismo entre opresor y oprimido reflejado en la realidad laboral del obrero y empresario. Hoy en día ese dualismo se lleva a otras maneras como mujer-hombre o indio-no indio.



Pero hay que saber que Marx no saca sus ideas de la nada, sino que es un gran lector, obviamente equivocado, y esta idea de la lucha de clases la toma de autores franceses, mejor llamados fisiócratas. Los mismos son parte de la revolución francesa la cual se reveló al orden de ese momento para implantar uno nuevo, podemos estar a favor o en contra de este nuevo orden, como es mi caso, pero es innegable que los fisiócratas tenían razón que la lucha de clases existía. La misma fue en contra a los gobernantes que vivían del pueblo robándoles, mediante los impuestos, a la clase trabajadores.

Es decir, la verdadera lucha de clases es la clase trabajadora, que no tiene otra opción para sobrevivir que satisfacer las necesidades de los demás, y los que viven del robo de los impuestos, es decir los políticos.

Habrá que darse cuenta que los políticos no producen nada, son la expresión de la ineficiencia pues en su trabajo no existe cálculo económico ni incentivos solo una mera contabilidad que se basa en “cuanto es lo máximo que podemos hacer tributar a la gente”.

Por otro lado, está la gente común del día a día, ese pequeño empresario dueño que tiene un puesto en el mercado, que no depende de la benevolencia de su cliente sino que de cuanto puede satisfacer sus necesidades para salir adelante. Tenemos que darnos cuenta que, tal como lo dijo Mises, solo existen dos caminos: la libertad del mercado y el totalitarismo del gobierno.

Hasta el momento podrán pensar que soy un extremista y que no entiendo que el político puede tener una “vocación de servicio” basado en valores ejemplares. Y no, no niego que existan personas buenas en la administración pública, solo que, aunque sean ángeles los que nos gobiernan, el problema principal del leviatán es su monopolio de la información para encontrar soluciones complejas dadas por la información de los precios esparcida en el mercado, además estas siempre están en constante evolución. Por esto puedo afirmar que la clase política de fondo puede tener buenas intenciones, pero en el fondo es un error teórico que debe ser llevado a su mínima expresión o en el mejor de los casos, a su eliminación.

 

 

Rodrigo Mundaka León