En La Paz, vecinos y mujeres cocaleras plantan cara a los policías

Representantes de 11 juntas vecinales expresaron su indignación y marcharon con banderas blancas; un grupo hizo retroceder a la Policía en Villa El Carmen.

Fuente: Página Siete  / La Paz

Mujeres cocaleras de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) y vecinos de unas 11 juntas vecinales de zonas aledañas al mercado cocalero ubicada en Villa Fátima y Villa el Carmen se plantaron ayer frente a los efectivos de la Policía, para exigirles que paren con  la violenta represión y el enfrentamiento con los productores de la hoja de coca de los Yungas. Un grupo de habitantes incluso hicieron retroceder a los uniformados en el puente Minasa.



El noveno día del conflicto comenzó con una marcha de mujeres cocaleras, quienes se dirigieron al mercado de Adepcoca, pero se detuvieron en la avenida Las Américas porque el lugar seguía con vigilancia de la Policía, desde el 20 de septiembre.

Las mujeres iniciaron una vigilia en el lugar y aseguraron que no levantarán las movilizaciones hasta que renuncie el dirigente Arnold Alanes, de quien dijeron ingresó al mercado como un “ladrón” y con ayuda de policías, y debe salir de la misma forma, recordando la toma violenta de la institución cocalera,  la semana pasada.

Las mujeres se pusieron de rodillas ante el contingente policial, rezaron para que cese la represión  y, entre lágrimas,   pidieron la devolución del mercado.

Una de lasmujeres cocaleras,
de rodillas, ayer frente
a la hilera de policías.
Foto: EFE

Las cocaleras quedaron al frente de los policías  y los cuestionaron por  proteger al dirigente Alanes, afín al partido de Gobierno, quien acudió a “dialogar” al lugar con fuerte resguardo policial, pero tuvo que retirarse cuando fue increpado por las mujeres.

“Ninguna mayoría le ha elegido a él, más que un partido político, la mayoría estamos aquí”, refirió una de las movilizadas. “Si la Policía lo resguarda,  ¿cómo le vamos a escuchar? Cuántas filas de policías lo han resguardado”, cuestionó otra cocalera. Luego las  mujeres empezaron  a corear “¡Alanes, los Yungas no te quiere!”, “¡Alanes, fuera de Adepcoca!”.

Posteriormente, otra marcha de productores de hoja de coca, en su mayoría varones, bajó hacia ese lugar, pasadas las 15:00, y reclamaron a los uniformados por las represiones violentas.

Los policías empezaron a lanzar agentes químicos para dispersar a los movilizados, quienes huyeron hacia otras calles aledañas para evitar los efectos de los gases lacrimógenos.

De esa manera empezó otro día de enfrentamientos entre cocaleros y policías, con el uso excesivo de agentes químicos y dinamita  en medio de las calles de Villa Fátima, La Merced, Urkupiña, Llojeta, Villa El Carmen y otras zonas aledañas.

Ante ese panorama, representantes de 11 juntas vecinales expresaron ayer su indignación y marcharon con banderas blancas frente al contingente de la Policía, a la que acusan de convertir sus calles en una “zona de guerra”. Pero no fueron escuchados y minutos más tarde volvieron a ser víctimas de la represión, al igual que los cocaleros de los Yungas que exigen la devolución del mercado de Adepcoca.

“No queremos gas (lacrimógeno), queremos paz”, fue el pedido que lanzaron los vecinos de 11 juntas vecinales que con decenas de banderas blancas y una gran tricolor boliviana se presentaron en la avenida Las Américas para exigir que los miembros de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP)  frene “la brutalidad” de sus operativos y no trate a los productores de coca como a criminales.

“Estos policías traidores convirtieron nuestras calles en una zona de guerra. Se burlan de nosotros cuando les pedimos que ya no lancen gases. Tratan como delincuentes a los cocaleros, nosotros ya no los queremos, fuera de aquí”, fue la protesta de una mujer de pollera.

Armaron barricadas

Los habitantes de varias calles montaron barricadas con fierros, alambres y calaminas en rechazo al paso de policías en motocicletas, que fueron denunciados por cometer los excesos. En una de las avenidas, los dueños de casa rociaron aceite en el asfalto para impedir el paso de los vehículos policiales.

Los vecinos recurrieron a esas acciones preventivas ante el temor de que la Policía continúe operando con violencia, ya que el lunes el departamento de Jhon García se incendió producto de la explosión de cinco granadas de gas lanzadas por efectivos del orden. El joven responsabilizó al Gobierno, aseguró que los uniformados le dispararon también perdigones.

Cocaleros tratan de devolver a la Policía las granadas de gas que les llegan, ayer
Foto: Carlos Sánchez / Página Siete

Sus familiares relataron que en el momento de controlar las llamas, los uniformados ingresaron al lugar con el pretexto de ayudar, pero trataban de recoger las evidencias; contaron que los policías  se llevaban en sus bolsillos los cartuchos, por lo que les reclamaron y los exhibieron ante la prensa.

Ayer, otros vecinos extendieron banderas blancas en sus ventanas y pidieron que los uniformados se retiren del lugar, para que las facciones de cocaleros solucionen por su lado sus diferencias. Sin embargo, el pedido tampoco fue escuchado y a las 16:00 ya eran víctimas de los gases lacrimógenos que ingresaban por sus puertas y ventanas.

A las 18:00, se conoció que además de varios cocaleros, dos vecinos resultaron heridos, una mujer sufrió el estallido de una granada de gas en el pie. Sus familiares la socorrieron hasta un hospital por el sangrado que le provocaron.

La denuncia de los habitantes sobre civiles que operan junto con policías  lanzando dinamitas para inculpar a los movilizados, ayer se vio confirmada otra vez. Cinco encapuchados fueron fotografiados mientras golpeaban a un cocalero.

El hecho fue más alarmante debido a que en las imágenes se observa que los policías son testigos del hecho. La víctima logró huir del lugar y expresó su temor por creer que son grupos parapoliciales organizados por el Gobierno.

Policías retroceden

Minutos después, la represión policial llegó hasta la zona de Villa El Carmen, y los vecinos, cansados de los enfrentamientos, salieron a marchar a las calles para ponerse al frente de los uniformados y arengaban: “¡Somos vecinos!”, “¡fuera, policías!”, “¡fuera de la zona!”, “¡Adepcoca está abajo!” y “¡váyanse!”. Los uniformados se vieron obligados a retroceder desde la calle 1 del barrio hasta el puente Minasa.

Los vecinos expresaron su molestia con los efectivos  por los destrozos  durante los enfrentamientos y los cuestionaron por acudir en multitud para reprimir a cocaleros, pero cuando ocurren actos delictivos en la zona, el control policial es escaso o nulo.

Un hospital en el medio

El Hospital San Francisco de Asís está en medio del conflicto entre cocaleros y policías, ya que está cerca de la Terminal Minasa. Personal de ese recinto denunció que varios pacientes se fueron y se vieron obligados a darles de alta porque no aguantaron los efectos de los gases lacrimógenos. “Por favor que de una vez haya diálogo, que cese esta violencia. Muchos pacientes se han visto afectados en su humanidad, violados en sus derechos”, dijo una profesional.

“Que nos dejen pasar a nuestra casa (Adepcoca). Es una institución privada, el Gobierno nos está haciendo daño”. 

Cocalera de los Yungas

Fuera de aquí, dejen de gasificarnos, dejen de maltratarnos”.

Vecino de Villa El Carmen

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