Cristofer Quispe, de 27 años, iba a recuperar su libertad esta semana, pero falleció en la prisión tras ser torturado, supuestamente, por haber ofendido a un jefe policial. Su familia exige justicia.
Luis Callisaya / La Paz
Tres días de torturas y vejámenes habría sufrido Cristofer Quispe (de 27 años) hasta perder la vida en una celda del penal de máxima seguridad de Chonchocoro. El privado de libertad ya tenía una orden judicial para su liberación, pero no se pudo ejecutar porque él no contaba con 200 bolivianos para pagar trámites. Un oficial de la Policía es el principal sospechoso de su deceso.
Cristofer creció junto a sus hermanos y su padre desde el año 2000, cuando falleció su madre. El joven llegó de Cochabamba a La Paz en 2012 y estuvo implicado en robos. Fue capturado en 2019, cuando pretendía cogotear a un transeúnte en la Ceja de El Alto y terminó en la cárcel con detención preventiva.
Foto: Luis Callisaya/ Página Siete
A horas de la libertad
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Este mes de octubre, un juez otorgó medidas sustitutivas a Cristofer para que deje la cárcel el jueves 21 de octubre, pero no pudo concretarse esa medida. “Faltaban 200 bolivianos para el trámite, el papeleo, para que salga” de la cárcel, relató una familiar del privado de libertad.
Uno de los hermanos de la víctima se había comprometido a prestar ese monto de dinero el domingo, una vez que cobre su salario, para agilizar la liberación. Cristofer le había contado que en varias ocasiones sufrió agresiones en la cárcel y pretendían quitarle la vida.
El privado de libertad habría tenido un incidente con un coronel de la Policía, a quien habría escupido en la cara. El jefe policial, ayudado por un teniente y cuatro reos, presuntamente tomó represalias contra Cristofer, según denuncian los familiares.
El Bus de tortura
El teniente W.P., entre el jueves y viernes, habría sacado al recluso fuera del muro perimetral de la cárcel para llevarlo al área denominada El Bus “para propinarle una brutal golpiza”.
El informe del Servicio para la Prevención de la Tortura (Sepret), difundido por Bolivisión, señala que “el día sábado 16 de octubre en horas de la noche, las agresiones al mencionado privado de libertad habrían sido reiteradas a manos del mismo funcionario policial”.
Luego, el policía habría trasladado al recluso a una celda de castigo, donde fue hallado sin vida la mañana siguiente. Ante esa situación, el Sepret pidió a la Fiscalía iniciar de oficio una investigación contra el teniente por el delito de torturas y vejámenes.
El hermano de la víctima planteó otra hipótesis: el teniente implicado habría mandado a violar a Cristofer solo porque había escupido antes a un coronel. Por ello, supuestamente, determinaron asesinarlo mediante cuatro reclusos, en su mayoría extranjeros.
Agregó que hay testimonios de los amigos de su hermano que relataron cómo en el pasillo lo violaron y torturaron hasta matarlo. También cuestionó que hayan mantenido encadenado a Cristofer en la prisión.
A consecuencia de esos hechos, dijo que Cristofer “presentaba 13 costillas rotas, el ojo reventado y la cabeza abierta. Ha muerto de derrame cerebral por los golpes”, denunció.
La versión policial
Los familiares del privado de libertad lamentaron que el policía implicado pretenda cambiar la versión de los hechos y quiera hacer creer que el recluso pretendía darse a la fuga y que por eso lo habría conducido a una celda de castigo. “Si ya iba a salir libre, ¿cómo se iba a fugar antes de la libertad?”, cuestionaron.
En cambio, el director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, señaló que cuatro reclusos son los principales sospechosos de este hecho. Los mismos -dijo- ya fueron aislados y serán sometidos a un proceso penal.
“Nosotros hemos revisado las fotos del privado de libertad y no descartamos torturas que se hayan realizado al interior de este centro. Ya han sido separados cuatro privados de libertad que hubiesen participado de la agresión”, manifestó Limpias a los medios de comunicación.
Mencionó que hay varias hipótesis que se manejan en este caso, pero será las investigaciones de la Fiscalía las que esclarezcan los hechos. Limpias aseguró que no se encubrirá a policías o funcionarios que resulten involucrados.
La autoridad policial declaro a Unitel que en los últimos 14 meses se registraron 44 fallecidos en distintos recintos penitenciarios del país; cinco de ellos durante peleas entre reclusos y el resto por muerte natural o problemas de salud.
La Defensoría del Pueblo también indaga las circunstancias de la muerte de Quispe. La entidad manifestó su preocupación por las condiciones de seguridad en el recinto penitenciario y consideró urgente que las autoridades de Régimen Penitenciario garanticen y precautelen la integridad de los internos.
Piden justicia
Familiares del joven relataron que tuvieron que peregrinar durante tres días para conseguir alguna documentación de Cristofer para realizar los trámites de su entierro.
Ayer lograron culminar el papeleo y enterraron los restos de la víctima en el Cementerio General de La Paz.
Foto: UNITEL
Los hermanos de Cristofer no comprenden por qué le quitaron la vida al joven a horas de que salga con libertad del penal de Chonchocoro. Exigieron justicia por este hecho y que se sancione a todos los responsables.
La muerte de Cristofer en una celda es el segundo caso de esta naturaleza en un mes. El primero fue el deceso de María Fernanda Paucara, la joven que fue hallada sin vida en una celda del módulo policial de Chasquipampa.
Hermano del fallecido
Juan Carlos Limpias