Tarija: Las estafas piramidales que se camuflan como empleo

Éxito y dinero, las palabras claves y más usadas por estos negocios. Quienes quieran ganar los montos prometidos, no solo deben vender determinado producto, sino captar a más personas.

Tarija: Las estafas piramidales que se camuflan como empleo
Anuncios que ofrecen dinero rápido y fácil/Referencial

Fuente: El País

Andrea Angelo



“¿Estás sin empleo?, ven y trabaja en mi oficina”, “Trabaja medio tiempo y recibe 1.200 por semana”, “Necesitamos personal con o sin experiencia”, son algunas de las innumerables convocatorias laborales que se publican día a día en las redes sociales en Tarija, ofreciendo salarios exorbitantes y sin explicar qué trabajo harán. Quienes están desempleados, en su desesperación, responden al llamado sin saber que serán estafados.

Quienes acuden a esos lugares, en su mayoría, son jóvenes desocupados, personas que fueron retiradas de su anterior trabajo, individuos que no tuvieron éxito en sus emprendimientos o personas mayores que ya no son contratadas por su edad, entre otros. Llegan con la esperanza de encontrar un trabajo, pero se hallan con estafas piramidales. Los implicados son personas adiestradas y preparadas para convencer.

Vender productos como requisito

En agosto de la presente gestión, tres personas en Tarija denunciaron haber sido estafadas por una empresa con la que firmaron un contrato laboral para realizar trabajos de marketing y publicidad, manejo de documentos y contestar llamadas, pero que al final las “obligaron” a adquirir algunos cosméticos que debían vender para recién poder recibir un salario semanal superior a mil bolivianos, según informó en exclusiva a El País la responsable de Defensa del Consumidor, Zulma Sandoval.

Ante la necesidad de querer generar recursos y tras pagar cerca de 480 bolivianos por cada producto, las víctimas se toparon con que no podían venderlos porque valían menos de lo que pagaron. Además de la venta, otra condición interpuesta fue la de llevar a la empresa a más de 20 personas ofreciéndoles las mismas “oportunidades” con las que ellos llegaron a la empresa.

“Les dicen que no es necesario ser profesional, no es necesario tener experiencia. Después les hacen firmar un contrato que ni siquiera está visado por el Ministerio de Trabajo y posteriormente les dicen que si quieren ganar ese monto deben convocar a otras personas ofertando este mismo trabajo”, explicó Sandoval.

Oficinas vacías y poco personal

Ricardo acudió a una convocatoria laboral de similares características, esperanzado en encontrar al fin un buen empleo y con un salario digno, sin saber que días después se daría cuenta que la oferta era demasiada buena para ser real.

Contó a El País que junto a él otras decenas de personas -entre ellos varios profesionales- fueron entrevistados y posteriormente participaron de la denominada “capacitación”, donde “trabajan la mente de las personas”. Los detalles del trabajo los revelan recién el último día.

Ricardo observó que las oficinas contaban con dos escritorios; el primero -apostado al ingreso- era ocupado por una señorita que atendía a los aspirantes a “empleados” y el segundo -instalado en otra habitación- y sin nadie que lo atendiera, contaba con algunos escasos papeles a la vista y una computadora.

Además, observó dos salas con innumerables sillas, la primera usada para las “entrevistas” y en la segunda donde se brinda el curso de “capacitación”, si es que así pudiera llamarse ya que para Ricardo “ni era una entrevista ni tampoco capacitación”.

Los que más llamó la atención de Ricardo fue que el personal que lo atendió eludía a cualquier pregunta sobre la empresa, limitándose a hablar siempre de dinero y éxito, además de recalcar, una y otra vez, las funciones que debían desarrollar, el monto de dinero que iban ganar y los requisitos que debían cumplir para obtener dicho trabajo.

Sin embargo, al final de dicha capacitación, que duró cuatro días, pudo darse cuenta que todo lo que ofrecían no era real.

Empresas que figuran estar legalmente establecidas

La responsable de Defensa del Consumidor en Tarija, Zulma Sandoval, explicó que ésta y otras empresas, que captan a sus víctimas a través de las redes sociales, se encuentran operando actualmente en Tarija como si fueran legales.

“Supuestamente todo es legal, porque están registradas en Fundaempresa, manejan un NIT y emiten facturas”, comentó.

María (nombre ficticio), es una joven profesional que llegó a una empresa similar en busca de una oportunidad laboral. A ella le ofrecieron vender relojes, la oferta era que si los adquiría ese mismo día iba a acceder a un descuento como también a un cargo superior y por ende a mejores remuneraciones.

El monto que debía pagar era de 1.900 bolivianos para recibir un ingreso semanal de 1.300, siempre y cuando llevase a otras 20 personas a la empresa. Los operadores, quienes se jactan de ser empresarios y de ganar mucho dinero, son de Santa Cruz.

Señala que al final de la capacitación uno de la empresa les incitó a que accedan a un préstamo económico para invertir en los relojes, en caso de que sus familiares no los puedan ayudar. “Él nos decía que no vendamos, que pidamos de favor a la familia que nos compre. No vayan a dársela de vendedores, pidan favor, dejen el orgullo a un lado y digan a su familia que es para tener un trabajo”.

La denuncia fue asentada en el Ministerio de Justicia, institución que se encuentra haciendo el correspondiente seguimiento al caso mientras se espera actuaciones y sanciones eficaces de parte del Ministerio Público.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) Tarija, Luis Escobar, informó que no recibió ninguna denuncia al respecto, pero recomendó a la ciudadanía evitar enviar documentación personal a través de WhatsApp, ya sea por una oferta laboral o para la compra de productos. Convoca a denunciar este tipo de ilícitos.