El litio boliviano: entre Texas y Pekín

Cenas con kimchi de pera para cerrar la participación de una empresa tejana. Llamadas de Putin a Arce, créditos chinos y, de telón de fondo, operativos policiales contra dirigentes regionales de Potosí.

Un líder cívico tarijeño señaló días atrás que Pumari y Comcipo se convirtieron en “la piedra en el zapato” para el proyecto gubernamental sobre el litio del Salar de Uyuni. Más recientemente, ciertos detalles en un reportaje de The New York Times parecieron confirmarlo. Desde eju.tv preparamos un resumen de estas versiones, que muestran al litio boliviano disputado por empresas impulsadas desde Texas, Moscú y Pekín.



Intereses chinos y rusos

A comienzos de la semana, el presidente del Comité Pro Intereses de Tarija, Adrián Ávila, aseguró que desde el gobierno “quieren meter mano a las reservas del litio para explotarlas y entregarlas a los chinos y rusos. Juan Carlos Manuel, presidente de Comcipo, estaba trabajando en su defensa y no es un secreto para nadie que Marco Antonio Pumari también se opuso”.

Ávila remarcó que “la estrategia es descabezar a Comcipo, que protege y busca mejores perspectivas para la explotación del litio”.

Advertencias de movilización

Por otra parte, un artículo de The New York Times titulado La disputa por las energías verdes llevó a una empresa desconocida de Texas a Bolivia, publicado el 16 de diciembre, señala que “ocho empresas extranjeras han competido en los últimos meses para instaurar proyectos piloto de litio aquí, incluyendo cuatro de China y una de Rusia”, añadiendo que “Marco Pumari, un político local que encabezó protestas, exigió que se triplicaran las regalías para el departamento de Potosí y que la población local participara en la propiedad de las empresas de litio. Dijo que sus demandas no habían cambiado”.

El diario neoyorquino subraya que, en una entrevista, Pumari habría advertido: “En cuanto elijan públicamente a las empresas extranjeras, el departamento se movilizará”.

EnergyX y sus aliados gubernamentales

La investigación también da detalles sobre la búsqueda de una “pequeña empresa emergente energética de Texas” para insertarse en el negocio del litio boliviano, inicialmente a través de contactos hechos por Diego von Vacano, profesor boliviano de ciencias políticas en la Universidad de Texas A&M, quien habría sido “asesor informal de Arce” en el tema energético.

Este personaje habría puesto en comunicación a Teague Egan, director ejecutivo de EnergyX, con altos funcionarios del gobierno de Bolivia, especialmente con Álvaro Arnez, viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, “que supervisa el desarrollo del litio y dio su bendición al acuerdo. Se unió al equipo de Egan para una celebración en un elegante restaurante de La Paz, con platos de bagre amazónico seco y cerdo asado con kimchi de pera”.

Llamadas del Kremlin

Egan habría calificado al Salar de Uyuni como “la nueva Arabia Saudita”, pero reconoció las fortalezas de la competencia.

“China tiene ventajas. (…) Los bancos chinos conceden préstamos a bajo interés a las empresas mineras y de construcción chinas que operan en el extranjero, para impulsar los planes del presidente Xi Jinping de dominar las industrias del futuro”, indica The New York Times.

Y agrega llamativamente que “en cuanto a Rusia, el presidente Vladimir Putin ha hablado por teléfono con Arce al menos dos veces sobre el litio y otros asuntos, dijeron funcionarios rusos”.

Todo parece indicar que la danza de las adjudicaciones será resuelta entre pocos y grandes actores, y que la pequeña y mediana minería regional no tendrán mayores posibilidades de participar en la explotación de la “nueva Arabia Saudita”.

Edición: Emilio Martínez

© eju.tv