Aramayo sufrió tortura de un «monstruo de tres cabezas», sostiene el ITEI

 

Esa institución, que documentó los tratos que sufrió Aramayo, señala que su deceso es la trágica conclusión de una serie de vulneraciones a sus derechos.

Pablo Peralta M. / La Paz



El Instituto de Terapia e Investigación sobre las Secuelas de la Tortura y la Violencia de Estado  (ITEI) señala que Marco Aramayo fue amenazado de muerte por desconocidos que lo visitaban, sufrió torturas físicas,  psicológicas y hasta biológicas. Esa institución sostiene que el “monstruo de tres cabezas”, conformado por ciertos funcionarios del Ejecutivo, del Órgano Judicial y de la Policía, puso en peligro la vida de Aramayo en más de una ocasión.

Expertos señalan que el trato que recibió Aramayo, documentado por esa entidad, es el resultado de una justicia que no defiende la ley, sino es a presiones. Agregan que es necesario una auditoría que implique a todos los actores que tuvieron un involucramiento en el caso.

“Sufrió de torturas biológicas cuando lo privaron de alimentos, agua y medicamentos durante horas. Sufrió de torturas físicas cuando lo golpearon y lo forzaron a viajar esposado y en posiciones forzadas del cuerpo. Sufrió de tortura psicológica cuando lo amenazaron, extorsionaron, insultaron y humillaron”, dice el comunicado del ITEI.

Esa institución, que brindó atención psicológica y seguimiento médico a Aramayo y documentó el trato al que fue  sometido, tiene un informe pendiente de publicación.

Aramayo murió a las 5:40 de la madrugada del martes. Su deceso, indica el ITEI,  es la trágica conclusión de una serie de vulneraciones a sus derechos.

Esa institución expresa que desde el momento en que Aramayo denunció irregularidades en el Fondo Indígena  en 2015 “fue presumido culpable y estigmatizado socialmente por todas las autoridades estatales”.

El 14 de enero de 2016, un año después de que Aramayo fuera detenido, el entonces presidente Evo Morales aseguró lo siguiente: “Si Aramayo sabía que era ilegal, ¿por qué en su momento no ha denunciado? Es doblemente delincuente”.

El ITEI señala que cuando Aramayo respondió a las sindicaciones gubernamentales o señaló a “ciertos funcionarios” del Fondo Indígena, el castigo fue inmediato:  “Ya sea con visitas de desconocidos que lo amenazaban de muerte a él y su familia, ya sea con la fila de jueces y fiscales que se presentaron en el penal de San Pedro  -con tal de incrementar lo que debía ser un solo proceso hasta alcanzar una cifra absurda de procesos por un mismo hecho”.

El ITEI apunta que es imposible eludir la responsabilidad del aparato judicial y de la Policía. “El aparato judicial ha hecho caso omiso del derecho a la presunción de inocencia”, indica sobre el primero. “Muchos de los escoltas designados para los viajes torturaron al señor Aramayo, así como también lo hizo el personal de seguridad de diferentes penales del país”, expresa sobre la Policía.

El activista en derechos humanos Franco Albarracín aseguró  que la Asamblea Legislativa, a través de su Comisión de Derechos Humanos, el Ministerio Público, el Ministerio de Justicia y todas autoridades competentes deben hacer una auditoría completa y exhaustiva, que “debe involucrar absolutamente a todas las autoridades de alto, mediano y bajo rango que han tenido una participación o involucramiento en el caso de Marco Antonio Aramayo”.

Cesar Muñoz, investigador de Human Rights Watch, sostuvo que el dramático relato del ITEI sobre los malos tratos y el hostigamiento judicial que sufrió Aramayo “es el resultado de una justicia que no defiende la ley ni busca la verdad, sino que responde a presiones externas”.

Experta: Acoso judicial incidió en estrés

La presidenta del Colegio Departamental de Psicólogos de La Paz, Verónica Alfaro, señaló que el hostigamiento y acoso judicial al que fue sometido Marco Antonio Aramayo con el desdoblamiento de sus procesos en centenares generó elevados niveles de ansiedad y estrés que ocasionaron un gran desgaste físico y emocional en detrimento de su salud, informó ANF.

Alfaro indicó que el impacto es mucho mayor cuando se lo aplica a personas con enfermedades de base, como Aramayo, que padecía hipertensión y diabetes, lo que constituye tortura psicológica.

“Todas las personas que están con alguna enfermedad de base y las sobrecargamos de estrés, ¿qué estamos haciendo? Esta es una tortura psicológica”, dijo Alfaro.

Aramayo, exdirector del Fondo Indígena, falleció el martes debido a una “falla multiorgánica”, agravada por un cuadro de “diabetes e hipertensión”.