Del Castillo: Narcos producen droga por encargo en las áreas protegidas de Bolivia

El ministro de Gobierno explicó que no es posible tener un dato confiable sobre el número de fábricas y la cantidad de droga que se produce en las áreas protegidas del país, porque ese trabajo es esporádico.

 

Carlos Quisbert / La Paz



El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, reveló ayer ante la Comisión de Gobierno, Policía y Fuerzas Armadas (FFAA) de la Cámara de Diputados que los narcotraficantes producen cantidades específicas de cocaína en las áreas protegidas de Bolivia “por encargo” de clientes recurrentes de otros países. Cuando cumplen su tarea, esconden las fábricas hasta que haya otra solicitud.

“(Por) la poca experiencia que ahora tenemos en el cargo, determinamos que (los narcos) trabajarían por una especie de encargos. Que desde países como Brasil y Argentina dicen, ‘necesito tantos kilos’, y sólo producen esa cantidad de kilos (de droga); luego abandonan la fábrica, y cuando tienen un nuevo pedido, reabren estas fábricas hasta que son encontradas por los efectivos de lucha contra el narcotráfico”, fue parte de la respuesta que dio Del Castillo, a la pregunta 15 del cuestionario que se le hizo.

El funcionario compareció ayer ante dicha comisión para responder a 21 preguntas sobre la actividad del narcotráfico en las áreas protegidas del país, específicamente en el parque Noel Kempff Mercado, ubicado en el norte de Santa Cruz, en la frontera con Brasil.

Una de las consultas fue para conocer si uno de los últimos operativos realizados en esa área protegida tenía que ver con la aprehensión de Maximiliano Dávila, exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn). Del Castillo negó ese hecho.

Erwin Bazán, diputado de Creemos,  calificó de “insuficiente” el informe del ministro. El legislador aseguró que Del Castillo admitió que el narcotráfico “perforó” la Policía y la estructura institucional de la lucha contra ese delito, y que la gestión del presidente Luis Arce sólo tiene una estrategia “paliativa” y sin recursos económicos, la  que ya no se puede solucionar con el cambio de un jefe antidroga.

Bazán pidió al presidente Luis Arce la conformación de una comisión internacional para investigar la intromisión del narcotráfico en el Gobierno.

Como prueba de la carencia de recursos económicos, durante el informe, Del Castillo señaló el mal estado de las aeronaves de la Policía y que desde 2020 los tres hornos de incineración de droga, donados por la Unión Europea, están averiados y la cocaína se quema al aire libre.

Sobre la presencia de cárteles del narcotráfico, la autoridad explicó que no se ha detectado el “conjunto de organizaciones criminales” que son necesarias para definir a los delincuentes en esta categoría.

Lo que sí existe en Santa Cruz, Beni y Cochabamba son los clanes familiares, pero que no se ha identificado a ninguno de estos grupos operando en áreas protegidas, informó el ministro.

Por otro lado, Del Castillo explicó que no es posible tener un dato confiable sobre el número de fábricas y la cantidad de droga que se producen en las áreas protegidas, debido a que ese trabajo es esporádico.

La capacidad de producción de una fábrica o laboratorio de cocaína se mide de acuerdo con algunos aparatos o el tamaño de algunas áreas de trabajo en estas instalaciones construidas con millonarios recursos.

Mencionó que si bien se puede determinar que una de estas instalaciones tiene la capacidad de producir 200 kilos de droga diarios, esto no quiere decir que se produzcan esas cantidades todos los días, y que su trabajo se limita -en las áreas protegidas- a producir la droga cuando tienen pedidos de otros países.

Poco rentable
  • Coca Durante el informe presentado ayer ante el Legislativo, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó que en Bolivia no es rentable producir pasta base de droga porque el precio de la coca local triplica a la de Perú y es 10 veces más que la de Colombia, por lo que, sostuvo, en Cochabamba, Beni y Santa Cruz hay laboratorios que cristalizan la hoja peruana. “El precio de la hoja de coca boliviana triplica el precio de Perú y es 10 veces más caro que la hoja de coca de Colombia; por tanto, si uno lo ve desde un aspecto económico, no es rentable hacer pasta base dentro del territorio nacional; la diferencia es casi tres a uno, ingresa la pasta base a Cochabamba, Beni y Santa Cruz”, afirmó Del Castillo.