Un recorrido dejó en evidencia el poco respeto por estos espacios. Algunas paradas están en mal estado o son utilizadas como parqueo. Los micros se detienen en cualquier parte. Observan la falta de control
Juan Carlos Fortún
Fuente: El Deber
La letra P, que indica parada de transporte público, apenas se puede ver en medio de la ropa que cuelga sobre un letrero metálico, convertido en un perchero por ambulantes de La Ramada.
Estas paradas fueron instaladas en 2018 como parte del reordenamiento de la ciudad. Lograron consolidarse como refugios, pero ahora son ignoradas por los conductores y por los usuarios de micros; además, son invadidas por ambulantes o usadas como parqueo.
Lo mismo sucede con las otras 69 paradas que fueron colocadas en la misma época a lo largo del segundo anillo, que en su momento funcionaron como modelo para el resto de los anillos. Eso quedó en la historia. Los microbuses se rigen a la demanda de los pasajeros, que exigen al conductor que se detenga en cualquier parte.
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Milton R., conductor de una de las líneas de transporte, dijo que si bien un tiempo se buscó cumplir con la utilización de las paradas, esto no funcionó debido a que el vecino no las utilizaba y seguía esperando en las esquinas.
“Hay competencia con los trufis o con los del transporte libre que paran donde quieren. Los micros, por ser motorizados más grandes, nos detenemos en las paradas, donde no hay pasajeros y salimos perdiendo”, argumentó el chofer.
Según datos de Generación P, los micros que ofrecen servicio en la capital cruceña llegan al extremo de detenerse hasta diez veces en una cuadra de 200 metros. Por ejemplo, en un recorrido que se hizo en un bus que tiene como parte de su ruta la av. Cristo Redentor se constató que entre el segundo y el tercer anillo se detuvo 20 veces.
Lo mismo sucede en otras zonas de la ciudad. Conductores y usuarios se justifican, indican que lo hacen por costumbre y que es labor de las autoridades municipales realizar campañas de concienciación para el uso de las mismas.
Sobre el segundo anillo y el monumento al Cristo Redentor, si bien hay un refugio en la acera del Ministerio Público, este no es usado porque la mayoría de la gente espera a unos diez metros, donde hay un quiosco en plena esquina.
Rosario Vargas, secretaria de una oficina cerca al monumento Cristo Redentor, transita a diario por la ruta de la línea 72, del segundo anillo. “Antes la gente esperaba al micro en las paradas porque los controles de la Alcaldía eran constantes. En la medida que pasó el tiempo, se relajaron y ahora los choferes se detienen dónde quieren o pueden”, afirmó Vargas.
Darío Santos, trabajador de una empresa constructora, afirmó que todos los días llega desde Montero para dirigirse al Plan Tres Mil, por lo tanto, debe tomar dos micros. “Antes eran todo un ejemplo para el resto de las líneas. Tenía que bajarme del trufi y caminar hasta la parada que está cerca al Comando de la Policía para tomar la línea 72. Ahora, solo bajo del trufi y subo al micro al vuelo, incluso aprovechando que está parado por el semáforo en plena rotonda”, admitió.
Propuestas
José Alberti, concejal por Comunidad Autonómica, sostuvo que el “abandono” a la que está sometida la ciudad también llega a la movilidad urbana, que incluye las paradas del servicio público.
Según él, no han visto un plan maestro de movilidad urbana que abarque el transporte, cultura y educación ciudadana, además de la infraestructura adecuada para el peatón. Asegura que se prioriza a los vehículos cuando esto debería ser al revés. “Parte de esa priorización es que se tengan paradas para el transporte, cruces de cebras y su respectiva señalización”, apuntó.
También dijo que una comisión mixta del Concejo Municipal está tratando diferentes propuestas relacionadas a la nueva ley de movilidad urbana. Hay una que presentó el Ejecutivo, otra los transportistas y otra los concejales opositores.
José Quiroz, concejal por el MAS, aseguró que se ha enviado al Ejecutivo una solicitud para que se dé cumplimiento al uso correcto de las paradas porque la implementación de las mismas ha tenido un costo de Bs 4 millones.
El alcalde Jhonny Fernández indicó que se tiene previsto habilitar en la ciudad unas 5.000 paradas en las diferentes rutas.
El coronel Roberto Porcel, director departamental de Tránsito, recordó que el Código de Tránsito determina que el conductor del microbús debe detenerse para recoger o levantar pasajeros en las paradas y el peatón debe hacer lo mismo, por lo que es un tema de responsabilidad de ambos actores, es decir, de choferes y usuarios.
Fuente: El Deber