El Vaticano renueva su acuerdo con China sobre los obispos

El histórico acuerdo de 2018 sobre la espinosa cuestión del nombramiento de obispos en el gigante asiático seguirá vigente al menos dos años más.

Gente en movimiento baja las escaleras con la iglesia al fondo. Salida de misa en Siqi, en la provincia de Fujian, en una imagen de archivo.

Fuente: dw.com



El Vaticano anunció este sábado (22.10.2022) la renovación hasta 2024 de su acuerdo provisional con China sobre el nombramiento de obispos, hasta 2018 principal escollo entre las dos partes sin relaciones diplomáticas, a pesar de la lentitud con la que procede el diálogo y las dificultades surgidas en estos años.

«La Santa Sede y la República Popular de China, tras consultas y evaluaciones apropiadas, convinieron prolongar por dos años el acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, firmado el 22 de septiembre de 2018» y renovado un primera vez en 2020, anuncia el comunicado. Este propone, además «proseguir el diálogo respetuoso y constructivo con China, para la fructuosa implementación del acuerdo y para un desarrollo ulterior de las relaciones bilaterales, con vistas a promover la misión de la Iglesia católica y el bienestar del pueblo chino»,

Este acuerdo «provisional» quiere unir a católicos escindidos entre las Iglesias oficial y clandestina en China, aunque se reserva al papa la última palabra para nombrar a los obispos chinos. En total, seis prelados han sido así designados desde la entrada en vigor del acuerdo. Tras la ruptura entre China y el Vaticano en la década de 1950, los 10 millones de católicos chinos se dividieron en una Iglesia oficial, controlada por Pekín, y una Iglesia clandestina.

El cardenal filipino Luis Antonio Tagle descartó en un comunicado cualquier triunfalismo: «Desde el inicio de este proceso nadie ha manifestado triunfalismos ingenuos. La Santa Sede nunca habló del acuerdo como la solución a todos los problemas», sostuvo. El también presidente de Caritas Internationalis advirtió que se trata de «un camino largo que puede ser difícil» y reconoció que Roma sabía que el acuerdo podría provocar «perplejidad» entre los católicos chinos que rechazan la supervisión del régimen comunista.

lgc (afp/efe)