Deuda pública y opinadores: Una mala combinación

La presente semana el economista Gonzalo Chávez vertía opiniones sobre deuda pública con total desconocimiento en la materia, aseverando que el país tendría un 80% de deuda pública en términos del Producto Interno Bruto (PIB). En mi labor como analista económico es necesario aclarar dicha opinión errónea.

El hablar de deuda debe realizarse de una manera responsable, para no generar desinformación en la población boliviana. Como ocurrió en reiteradas ocasiones, que tanto medios de comunicación, como analistas, cometen el mismo error de observar la deuda de manera inadecuada, por el total desconocimiento en la materia, o simplemente porque intencionalmente pretenden generar pánico innecesario en los diferentes agentes económicos.



En ese sentido, recientemente el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) publicó un comunicado donde se indica que Bolivia alcanzó una deuda pública total de 46% del PIB al mes de octubre de 2022. Por su parte, Gonzalo Chávez asevera que el dato en realidad es del 80% del PIB usando ejemplos al estilo “cuenta cuentos” que lo caracteriza.

Lamentablemente, nos encontramos con una serie de analistas que al parecer buscan generar desinformación en la población o peor aún, con total desconocimiento en la materia, se atreven a salir a medios de comunicación y dictar clases en la Universidad. La realidad es que actualmente Bolivia cuenta con uno de los niveles de endeudamiento más bajos en el mundo y en esa línea posee una responsable administración de las finanzas públicas, tanto en la ejecución de ingresos y gastos fiscales, como en la administración de la deuda pública.

Al mes de octubre de 2022, el país registró una deuda pública total (deuda interna más deuda externa) del 46% respecto al tamaño de la economía, mientras que en el resto del mundo se observan ratios que superan el 70% del PIB. Asimismo, es importante señalar que el dato de Bolivia se encuentra por debajo de los umbrales fijados por Organismos Internacionales, por ejemplo, el criterio de convergencia de deuda de la Unión Europea, que establece un 60% del PIB como límite de endeudamiento y la Comunidad Andina (CAN) con un 50% del PIB. ¿Qué quiere decir esto? Que el país cuenta con una deuda sostenible y que además posee margen de endeudamiento.

Para llegar a la cifra de 46% del PIB, es necesario aclarar que se realiza en función a la metodología internacional para las cuentas nacionales y de finanzas públicas como parte de las buenas prácticas internacionales, donde se evita la “doble contabilización”, tal como señala el Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que al parecer desconoce G. Chávez.

En ese marco, a octubre de 2022, Bolivia cuenta con una deuda pública externa e interna del 29,9% y 16,1% del PIB, respectivamente. Y no así los datos descabellados que señalan algunos medios de comunicación y analistas.

Finalmente, un elemento importante que debe ser considerado para analizar la deuda pública es el destino de la misma, los últimos años la deuda contraída fue canalizada para diferentes proyectos de inversión pública, tanto productivos como de infraestructura, los cuales tienen un retorno positivo en la economía en el mediano y largo plazo, impulsando el crecimiento económico y generando fuentes de empleo. A diferencia de la deuda adquirida durante el período neoliberal, donde esta se destinaba al pago de sueldos y salarios sin generar un efecto multiplicador en la economía nacional.

 

Miguel Clares – Economista