Rodrigo Otero: “Para el éxito de una marca pesan su valor intangible, identidad y valores”

En un nuevo episodio del espacio digital “De Frente con Oscar Ortiz”, Rodrigo Otero destacó el impacto del marketing y el branding en el éxito empresarial, en un entorno digital competitivo, saturado y en constante cambio.



Fuente: Publico.bo

Otero es fundador y CEO de Twiiti.com, emprendedor y estratega de marcas con propósito. Tiene más de 15 años de experiencia en el desarrollo de marcas globales y bolivianas.

“Comencé haciendo publicidad a través de Facebook para mi restaurante. Siempre fui muy explorador y esa curiosidad me llevó a descubrir una manera superdinámica y eficiente de llegar al cliente. Ahí nace Twiiti, usando herramientas digitales que nos permiten llegar de una manera más rápida de la que estábamos acostumbrados. Al visitar a las primeras empresas, no conocían lo que era una Fanpage o una página de empresa. Una de las que apostó por nosotros fue Sofía, nuestro primer caso de éxito. Lanzamos una hamburguesa y nos fue muy bien”, comentó.

El emprendedor dijo que en los últimos 13 años “se dio un gran cambio global en el acceso a la información, que antes era limitado. Hay un cambio radical de la manera en que las personas y los negocios evolucionan. Hace 6 meses nadie sabía qué era ChatGPT. El acceso a tecnología ha democratizado la posibilidad de hacer bien las cosas. Crear un buen producto ya no puede ser el diferenciador, porque la calidad ya es parte de lo mínimo que hay que entregar. Con dos productos que tienen la misma calidad, empieza a pesar el valor del intangible”.

“Lo que marca la diferencia es el valor intangible que le puedo generar a la decisión de compra del cliente. Para tener un buen mensaje, hay que tener una muy buena lectura de qué es lo que desea el cliente. En el branding nos venimos especializando en el valor intangible de la marca, la identidad. Lo que genera el cambio en la decisión de compra ya no es la calidad o la accesibilidad, que no aseguran el éxito”, remarcó.

Otero señaló que, a diferencia del marketing, que es “la manera en que vas a llegar con un producto a tu cliente”, el branding busca “la identidad que va a tener esa marca cuando esté en contacto con el cliente. En la medida en que la marca tenga una claridad de quién es, con coherencia, ganamos reputación y comienzan a creer en nosotros. Nuestra voz dice algo, porque creemos en algo”.

“No necesito decir que soy innovador, tecnológico y diferente. Lo que necesito es comprarme una Mac. Eso es lo que hace el branding. Es creer en que lo que estoy haciendo va a marcar la diferencia, es la capacidad de ser coherente con lo que yo creo. El marketing busca llegar al cliente y el branding busca estar seguros de qué identifica a la marca, el propósito y los valores. Marco la diferencia porque siento que alguien tiene que hacerlo”, subrayó.

Sobre la elección entre medios tradicionales y digitales, dijo que “el medio es una herramienta. En muchos países el digital está perdiendo valor, porque se ha vuelto muy caro y con la saturación de información los seres humanos desarrollamos mecanismos de filtro. La publicidad pagada tiende a dejar de influir. Por más segmentación que haya, no va a funcionar mejor que un algoritmo de TikTok, que lee tu comportamiento. Eso es mucho más potente que una herramienta paga”.

“El marketing digital tiene sus limitaciones y las radios están creciendo mucho. Las vallas funcionan, porque la presencia de un logo en la valla tiene un impacto que no alcanza el teléfono. Logra reconocimiento de marca, reputación. El mix va a depender de cada producto, de cada fase de la estrategia de marketing. De eso van a depender los medios y el mensaje a utilizar”, precisó.

El CEO de Twiiti opinó que el impacto de la inteligencia artificial “nos va a llevar a hacernos cuestionamientos profundos sobre cuál es mi valor, a darnos cuenta de que lo que hacemos no representa lo que somos y que lo que somos vale más que lo que hacemos. Nos va a llevar a buscar valor en profundidades y dimensiones tan personales como no lo habríamos hecho si siguiéramos haciendo cosas transaccionales”.

“La inteligencia artificial no tiene intuición ni empatía. En comunicación, la parte humana es lo que va a marcar la diferencia, lo que valgo. Eso nunca lo va a hacer un algoritmo”, concluyó.