En los últimos meses, el patrimonio de la familia se incrementó de forma considerable: Habían comprado propiedades y vehículos gracias al supuesto negocio de venta de conejos que decían tener.
[Diario Conurbano] / La intervención de la fábrica de droga que era administrada por bolivianos.
Fuente: Unitel
Ya estaban en la mira de los agentes antinarcóticos, que se vieron obligados a contratar a un traductor. La Policía Federal de Argentina desbarató un clan dedicado al narcotráfico, conformado por bolivianos, quienes fingían vender conejos.
Para evitar ser detectados y camuflar las conversaciones sobre el negocio ilícito, los miembros del grupo delictivo se comunicaban en quechua.
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Analizadas las denuncias de los vecinos, los efectivos federales pudieron determinar como sospechosa de la comercialización de droga a una familia boliviana.
Uno de los indicios que más llamó la atención de los investigadores es que en los últimos meses el patrimonio de la familia se incrementó de forma considerable en el barrio: Habían comprado propiedades y vehículos gracias al supuesto negocio de venta de conejos que decían tener.
Según el Ministerio de Seguridad de Argentina, la investigación se inició el año pasado y se identificó una estructura criminal que operaba en varias zonas de Buenos Aires.
“Fausto” y su pareja “Rufina” fueron identificados como líderes de la banda criminal, quienes habían conformado la estructura con sus hijos y otros familiares en la localidad de Ingeniero Budge de Buenos Aires.
Así, los agentes intervinieron los teléfonos de los involucrados y detectaron que todas las conversaciones eran en quechua y se referían a la supuesta venta de conejos. Todo era una coartada.
Un traductor permitió a los investigadores avanzar en las pesquisas y determinar el rol de cada miembro dentro de la organización, por ejemplo, en la elaboración de la droga, el acopio, la comercialización y la distribución.
Se ejecutaron 19 allanamientos y se secuestraron más de 8 kilos de pasta base, más de 5 kilos de cocaína, tambores y bidones con precursores químicos para el “estiramiento” de la droga.
Además de los líderes, otras ochos personas fueron aprehendidas, dos de ellas en pleno proceso de fabricación del clorhidrato de cocaína.
El clan distribuía la droga en el conurbano bonaerense, en zonas como Villa Celina, La Reja, Moreno, Lomas de Zamora y la Villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires.
En su centro de operaciones se halló una “cocina” donde se elaboraba la droga. De hecho, el olor que despedía ese proceso alertó a los agentes. Así cayó el clan.