Pese al colosal esfuerzo de comerciantes y especuladores que pretenden desnaturalizar el sentido cristiano de Navidad, se impone la visión de ser esta una celebración en familia y para la familia, esto es, nuestros seres queridos.
Comer juntos en familia es participar y vivir se ha puesto en marcha un programa educativo «un día en familia», «comer con los hijos», que está logrando que hasta los más pequeños participen con entusiasmo antes y durante las comidas, se da una interacción mayor, se habla del contenido de los alimentos, de su origen culinario y es una manera de disfrutar la vida de familia, de ahí por qué se recomienda a los padres y a los hijos que consigan un tiempo para organizar las cenas familiares y obtener así beneficios para toda la vida, así se previene de sustancias tóxicas, del tabaco como vicio, de probar alcohol a escondidas y de prevención contra las drogas.