Trabajadoras sexuales contra la extorsión policial: “no pagan nada” pero “los policías son nuestros mejores clientes”

En La Paz, un grupo de mujeres, la mayoría trabajadoras sexuales, lideradas por la activista María Galindo, marcharon con varios carteles en rechazo a la extorsión policial

 

Trabajadoras sexuales contra la extorsión policial: “no pagan nada” pero “los policías son nuestros mejores clientes”
La marcha de trabajadoras sexuales contra la extorsión policial, liderada por la activista María Galindo. Foto: APG

 



Fuente: Brújula Digital

La Paz, Bolivia

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Un barbijo negro cubre su rostro, mientras que una pañoleta tapa su cabellera y la ropa negra envuelve todo su cuerpo. Ana representa a muchas trabajadoras sexuales del país y este lunes, junto a sus compañeras, salió a marchar para denunciar extorsión policial y todas las atrocidades que reciben de quienes las tendrían que proteger.

“Nos usan y no pagan nada, los policías son nuestros mejores clientes”, dijo Ana en un lenguaje sarcástico, su relato fue de rabia, impotencia por todo lo que sufre ella y sus compañeras en manos de algunos efectivos del verde olivo.

“Estamos en esta marcha, en esta lucha, para hacer saber (a la población) que hemos sufrido muchos abusos y atropellos por parte de la Policía. No solo eso, también hemos sufrido robos, hemos recibido insultos, discriminación por parte de policías”, manifestó en la puerta del ministerio de Gobierno, mientras ella y sus compañeras esperaban resultados de la reunión de sus representantes con las autoridades del área.

La mañana de este lunes, un grupo de mujeres, la mayoría trabajadoras sexuales, lideradas por la activista María Galindo, marcharon con varios carteles en rechazo a la extorsión policial como: “Todas tenemos caras de putas”, “El trabajo sexual no es un delito, la extorsión policial sí”, “Que la policía persiga violadores y feminicidas, no trabajadoras sexuales”, “Emputadas contra la extorsión policial”, “No sean hipócritas, los policías también son nuestros mejores clientes”, fueron algunos carteles que resumieron sus denuncias.

La marcha recorrió todo el eje troncal de la ciudad de La Paz hasta llegar hasta la puerta Ministerio de Gobierno donde se instalaron con pancartas de protesta y escribieron grafitis en la pared del ministerio con mensajes como: “La gordura policial no se resuelve con zumba” o “Basta de extorsión policial”.

A pesar de que el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, se comprometió a recibir a Galindo y a una delegación de las trabajadoras sexuales, solo el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, y el comandante General de la Policía, Álvaro Álvarez, se encontraban.

Mientras esperaban la convocatoria de las autoridades para reunirse, una a una las mujeres comenzaron a dar sus testimonios contra efectivos de la Policía. “Ellos siempre van y nos piden sexo ahí adentro de nuestros cuartos y luego nos dicen que es una batida, eso no está bien, es injusto, nosotras queremos trabajar», manifestó Luciana, una de las representantes de las Trabajadoras sexuales en Chuquisaca, citada por la agencia EFE.

Otra mujer dio un testimonio más largo y denunció: “viene la Policía cada vez que le da la gana, ni siquiera tocan la puerta, ingresan directamente, haciéndose pasar como clientes, incluso se piden cervezas, nos pagan y al ratito dice, soy policía, devuélvanme los 80 bolivianos. Hacen pieza, nosotras cobramos y después nos dicen, devuelvan nuestra plata. O sea, nos usan y todavía nos piden la devolución del dinero. Ya estamos cansados, basta de esta extorsión policial, basta, basta de estos abusos, de estos atropellos, de estos amedrentamientos de la policía”.

Otras no solo se querellaron contra el ultraje que reciben cuando trabajan, también dieron testimonios con nombres y apellidos de efectivos de la policía (varones y mujeres) que las extorsionan pidiendo dinero para que no las trasladen a instalaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), en calidad de testigos.

“Cuando nos están llevando, nos obligan, porque nadie quiere ir a la FELCC. Cuando estamos en el camino nos dicen, danos 300 pesos, danos 400 bolivianos. La que suelta se va en ese mismo momento y la que no suelta llega hasta el lugar y nos obligan a dar nombres de las supuestas dueñas”, relató Jazmín.

Esos testimonios y otros son los que querían que escuche el ministro de Gobierno para que asuma acciones inmediatas para una “verdadera protección” de las trabajadoras sexuales y, según dijo Galindo, “llegue al más alto nivel”.

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