Paraguay, el país de los colores

 

* por Juan Ignacio Ibáñez



Pocos países pueden conocerse y comprenderse tanto a través de los colores, como acontece con el Paraguay, un auténtico país de los colores.

Y cabalmente son los colores de su pabellón nacional, el rojo, blanco y azul, sus colores protagónicos, a los que hay que también agregar al amarrillo.

Empecemos por el Blanco. Y para ello, debemos evocar algo que marcó a fuego el ser y espíritu de esta Nación, que fue su catastrófica derrota y virtual aniquilación de la faz de la tierra, en la que denominan como la Guerra Guasú, internacionalmente conocida como Guerra de la Triple Alianza entre 1.864 y 1870, acontecida en merced a su intrépida declaratoria de guerra nada menos que al coloso de Brasil, y que a la postre supuso también enfrentar a Argentina y Uruguay.

Precisamente el color Blanco fue el casus belli que arguyó el Presidente paraguayo Francico Solano López, para declarar la guerra al Impero del Brazil. Concretamente, López manifestó su protesta por el defenestramiento del partido Blanco en el Uruguay, al cual apoyaba, y la sustitución por un nuevo Presidente del partido colorado, apoyado por el Brazil. Es decir, López condujo a su Nación a la guerra, en defensa del partido Blanco del Uruguay y en oposición al que Brasil apoyaba.

El Rojo, es otro color que marca a fuego al Paraguay, y lo hace bajo su denominación y variación de “Colorado”, que es como se conoce al Partido “Asociación Nacional Republicana, ANR”, que solo contando desde 1.947 ha gobernado al país durante 72 años con solo un brevísimo intervalo de interrupción. En sumadas cuentas, en Paraguay el rojo, es decir, el colorado, es sinónimo de “poder y gobierno”, y ante el cual, al día de hoy, el mismísimo PRI de Méjico “enrojecería” de vergüenza.

Luego tenemos al Azul, que además de ser el tercer color de la bandera nacional, es también el color que identifica al más antiguo y tradicional partido político del país, el Liberal , y que a la postre desempeñó el papel antagónico a los Colorados en la política nacional, imprescindible para la configuración del sistema bipartidista que durante mucho tiempo rigió al país, y que, al unísono con los Colorados, enarbolan una mística y tradición tales, que es muy común referirse a las multitudinarias militancias de ambos partidos principales, como “el pueblo colorado” y “el pueblo liberal azul”, de modo que, con la suma de ambos, prácticamente se totalizaba todo el sentir nacional.

Finalmente podemos agregar un color más: el Amarillo; del cual empezaremos señalando que en ningún país iberoamericano existe tan comúnmente el apellido “Amarilla” como allí, pero esa no es la característica más distintiva de este color en el país, sino más bien el de identificar inequívocamente a uno de sus periódicos más antiguos y de probada reputación, cual es el diario ABC, cuyo color inconfundible es precisamente el amarrillo, y cuyo nombre completo, además, resalta la importancia de los colores en el Paraguay, ya que su nombre completo es “ABC Color” dado que en su momento, hacía referencia a su innovación por su impresión a colores, superando el tradicional blanquinegro de todos los demás diarios.

 Y es que el mérito de una prensa independiente y crítica con los gobiernos de turno, que inclusive le significó ser clausurado durante los últimos años de la dictadura stronista, han hecho que ABC Color en particular, pero por comprensión toda la prensa crítica e independiente en general, puedan de alguna manera asimilarse en el Paraguay, característicamente con el color Amarrillo.

Realmente es muy pintoresca y paradójica esta forma de aproximación a la historia y el ser de una Nación tan interesante como la que Latinoamérica acoge, en el centro y sur del subcontinente sudamericano, y a la cual en el mundo conocemos como la República del Paraguay.

Fuente: eju.tv