¿Diestro o zurdo? Un gen que codifica una proteína estructural podría determinar el lado dominante del cerebro humano

¿Hasta qué punto los genes determinan con qué mano tomas tu taza de café por la mañana? Los investigadores examinaron variantes genéticas raras de una base de datos de más de 350.000 datos genéticos de individuos para buscar pistas sobre lo que influye en la lateralidad en los humanos. Sus hallazgos implican a las tubulinas, proteínas que forman los esqueletos internos de las células.

Los resultados, publicados el 2 de abril en Nature Communications, se obtuvieron específicamente en partes del DNA que codifican proteínas y se suman a estudios previos que vinculaban las variaciones genéticas con la lateralidad.



«Este es un estudio importante y significativo» que respalda la participación de las tubulinas en la determinación de la asimetría del cerebro izquierdo-derecho, dice Sebastian Ocklenburg, neurocientífico de la Facultad de Medicina de Hamburgo, en Alemania.

Durante la etapa embrionaria del desarrollo humano, los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro se conectan de manera diferente, lo que en parte determina comportamientos innatos, como dónde nos inclinamos cuando abrazamos a alguien, de qué lado de la boca tendemos a masticar la comida y, sobre todo,  de manera destacada, cuál es nuestra mano dominante. Esta resulta ser la mano izquierda de alrededor del 10% de la población humana.

Debido a que la mayoría de las personas tienen una clara preferencia por una mano sobre la otra, encontrar genes relacionados con la lateralidad puede proporcionar pistas sobre la base genética de la asimetría izquierda-derecha del cerebro.

Estudios anteriores que analizaron datos de todo el genoma del Biobanco del Reino Unido encontraron 48 variantes genéticas comunes asociadas con la zurda, que se encontraban en su mayoría en regiones no codificantes del DNA. Estos incluían secciones que podrían controlar la expresión de genes relacionados con las tubulinas. Estas proteínas se ensamblan en filamentos largos en forma de tubos llamados microtúbulos, que controlan la forma y los movimientos de las células.

Pero Clyde Francks, genetista y neurocientífico del Instituto Max Planck de Psicolingüística en Nijmegen, Países Bajos, y su equipo buscaron variantes genéticas en secuencias codificadoras de proteínas. Su análisis de los datos genéticos de 313.271 personas diestras y 38.043 zurdas, del Biobanco del Reino Unido, descubrió variantes en un gen de tubulina, denominado TUBB4B, que era 2,7 veces más común en personas zurdas que en diestras.

Los microtúbulos podrían influir en la lateralidad porque forman cilios (protuberancias parecidas a pelos en las membranas celulares) que pueden dirigir los flujos de líquido de forma asimétrica durante el desarrollo.

A pesar de afectar sólo a una pequeña proporción de las personas incluidas en este considerable conjunto de datos, las variantes raras «pueden dar pistas sobre los mecanismos de desarrollo de la asimetría cerebral en todos», dice Francks. Añade que estos hallazgos allanan el camino para futuros trabajos que determinen cómo los microtúbulos, que a su vez tienen una «orientación» molecular, pueden dar un «giro asimétrico» al desarrollo temprano del cerebro.