Una joven madre de 28 años de edad, llamada Odalys Vaquiata, es desde hace poco más de dos semanas noticia en redes sociales y en medios de comunicación. Una misteriosa desaparición, una extraña decisión y un megaoperativo envuelven este confuso caso.

Cronologías sobre el hecho, reconstrucciones de sus últimas horas antes de desaparecer y cientos de hipótesis y datos sobre ella y su pareja, Joel Pérez, aparecen casi a diario. El caso comienza a inquietar a las autoridades que no cesan en su búsqueda.

Aquel 30 de marzo, cuando el país celebraba la Semana Santa, Odalys se fue de viaje junto a su pareja, Joel. Aquél día, la pareja, luego de consumir bebidas alcohólicas, había tenido una discusión, según las declaraciones del hombre de 25 años, quien afirmó que su enamorada se bajó del vehículo que le pertenecía a ella y desde ese momento perdió el rastro.

La Policía aprehendió a Pérez y la Justicia dictó, de forma extraña, su detención preventiva en el Centro de Rehabilitación y Reinserción Social “Qalauma”, en el municipio de Viacha, en La Paz.

Sin embargo, Qalauma es un recinto adonde son llevados los menores de edad involucrados en diversos delitos. La familia de la desaparecida considera la decisión de enviarlo a ese recinto carcelario de “injusta”.

CASO ODALYS

Este hecho también llama la atención de Régimen Penitenciario. En una entrevista en La Razón Radio, el director de esta instancia, Juan Carlos Limpias, admitió que “la situación fue extraña”.

Afirmó que, muchas veces, Régimen Penitenciario tiene que corregir los destinos de los reclusos. “Recordarán el caso de Richard Choque (violador y asesino serial), hemos hecho una resolución que la ley no faculta para trasladarlo al penal de Chonchocoro, porque los reos de San Pedro no lo querían”, explicó.

Hace unos días, una periodista ingresó al recinto de Qalauma. Con cámaras y una grabadora recogió el testimonio de Joel Pérez. Respecto de este hecho, Limpias dijo que le extraña que haya habido una omisión de requisa del personal de seguridad al no revisar a la periodista.

Por ese hecho, Régimen Penitenciario sancionó a Pérez con una “falta grave” en el centro penitenciario. “No es que están prohibidas (las entrevistas), el tema es que la ley establece una solitud de autorización y, sobre todo, al hablar ciertos temas más concernientes al centro penitenciario”, aclaró Limpias.

OPERATIVO

En tanto, un megaoperativo para dar con el paradero de Odalys no cesa en los Yungas de La Paz. Personal de la Policía, Fuerzas Armadas y Bomberos, ayudados por drones y otros elementos, intensifican el rastrillaje.

El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, en conferencia de prensa, informó sobre el caso y mostró un mapa para explicar el recorrido del rastrillaje que realizó el personal de las Fuerzas Armas junto a efectivos de rescate para dar con el paradero de la mujer. Señaló que se identificaron varias casas en dicho lugar, a las cuales se va a ingresar para hacer un rastrillaje. Aseveró que la búsqueda no cesará.

La Razón intentó sin suerte una entrevista con Calvimontes y con el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, para consultar sobre el costo económico que implica la búsqueda.

Familias de otros desaparecidos ven trato desigual

“Mi hijo desapareció desde el 6 de abril. Él se había dirigido a la discoteca Búnker, de la zona Ciudad Satélite de El Alto. Desde entonces no sabemos nada. Las investigaciones están en curso, pero para continuar y agilizar con la investigación hay que dar dinero”, relató Chela Chávez, madre de Daniel Fernández, quien busca a su hijo desde hace 12 días.

Como el caso de Daniel hay cientos más que no tienen la misma suerte de Odalys Vaquiata, a quien buscan con un gran despliegue de policías, militares, con el uso de drones y hasta un helicóptero, cuyo costo de operaciones está entre los $us 200 por hora.

“Dicen que la familia de la señora (Odalys) tiene influencias. Para nosotros, los pobres, no hay el mismo apoyo”, comentó a

La Razón la madre de Daniel.

Singry Paco, una mujer de 42 años de edad, lleva dos meses desaparecida. Ella era estudiante de la carrera de Derecho. Es madre de una joven de 20 años de edad con discapacidad intelectual. De ella se desconoce sobre su paradero desde el pasado 12 de febrero. Ese día había asistido a un evento social por carnaval en Tarija.

La familia de Singry afirma que solo recibió el apoyo del gobierno municipal de la ciudad de Tarija para su búsqueda. Sospechan que detrás de la desaparición está su expareja, quien fue encarcelado.

El 11 de abril, Damaris Arias, de 28 años, médico de profesión, desapareció en Cochabamba.

Cámaras de seguridad captaron a la joven cuando salía de su domicilio en la avenida Simón López y Washington. Hoy se cumplen 12 días de su desaparición.