Urge inversión privada para desarrollar el litio y gas

Una nueva normativa para los hidrocarburos, con reglas claras y transparentes para la industrialización.

La producción de litio es compleja en los salares.

 

Fuente: El Diario



La bonanza de recursos por la venta del gas entre el 2006 hasta el 2014, minimizó la inversión privada extranjera y nacional. El desarrollo de campos y exploraciones en el campo hidrocarburífero fue impulsado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pero sin resultados y la misma suerte corrió el litio, en su proceso de industrialización. Ante la iliquidez por la que pasa el Gobierno se deberá acudir a capitales privados, de lo contrario el despegue de ambos sectores será complejo y se rezagaría en aprovechar la demanda internacional.

El analista del sector minero de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, recordó que por los ingresos que percibía el país por la venta de gas, el gobierno de Evo Morales empezó el proceso de industrialización del litio en el Salar de Uyuni, pero pasaron más de 10 años y los resultados no son satisfactorios, más aun con la información negativa de las piscinas y el daño económico ocasionado.

Córdova indicó que antes se tenía recursos para avanzar en el tema, pero ahora al parecer deberá acudir a inversores privados para alcanzar la meta de la industrialización; asimismo, señaló que el funcionamiento de las 160 piscinas brindará materia prima a la nueva planta de Carbonato de Litio, inaugurada la pasada gestión.

Como se recordará, la planta industrial de Carbonato de Litio tiene una capacidad de producción de 15.000 toneladas año, sin embargo, la falta de insumos provocará que la misma sólo pueda alcanzar una producción de 4.000 toneladas, es decir, casi el 30% de su capacidad instalada.

Las denuncias de ejecutivos de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) contra los responsables de la administración de la empresa estatal, que provocaron el deterioro de las piscinas, que ocasionó un daño de más de 420 millones de bolivianos (alrededor de 60 millones de dólares), reduce la oferta de materia prima para la planta.

Pero esa decisión fue criticada por el economista Gonzalo Chávez, pues tuvieron que pasar tres años e inaugurar la Planta de Carbonato de Litio para darse cuenta que no hay materia prima para la misma y ahora es casi empezar de nuevo.

La empresa estatal en las últimas semanas anunció que trabaja en la reposición de las piscinas y autoridades anunciaron inversiones para esta tarea, así también algunas ya fueron habilitadas.

La información brindada por autoridades del Gobierno sobre el litio merma las expectativas de confianza de la población, pues los anuncios apuntaban que la puesta en marcha de la planta y las nuevas tecnologías a ser utilizadas en la industrialización generarían más de 5.000 millones de dólares, por los precios altos que cotizaba en el mercado internacional, que oscilaba entre 70.000 a 80.000 dólares la tonelada.

Sin embargo, la ralentización de la economía y la desaceleración de la economía china, provocaron que el precio baje a menos de 15.000 dólares por tonelada, aunque la tendencia apunta a que la misma siga cayendo por el ingreso de nuevos actores en el mercado internacional.

A pesar de ello, estudios de medios internacionales apuntan que la demanda aumentará pero la producción no estará a la altura, por ello señalan que las inversiones serán importantes para el desarrollo de nuevos yacimientos, según un informe de Nacionales Unidas.

Para Chávez la toma de las empresas públicas por militantes políticos y con poca experiencia en el tema administrativo, o en el peor de los casos el desconocimiento del sector, provocaron que la industrialización no despegue.

Pero los ejemplos sobran, dijo al indicar que se construyó la planta de San Buenaventura para fabricar azúcar, aunque no opera al 100% debido a la falta de caña, la Planta de Urea y Amoníaco no tendrá gas ante la caída de la producción y similar situación pasa con la planta de biodiésel, que también tramita materia prima.

La Planta de Carbonato de Litio no tiene insumo, debido al mal estado de las piscinas, con ello el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) mató el futuro. Y es una muestra del fracaso de la política de industrialización, reflexionó.

Análisis

En esa línea, un análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) cuestionó la provisión de agua y gas para la nueva industria del litio, así como la dependencia tecnológica y la carencia de un marco legal específico para el proyecto.

El proyecto del litio presenta muchas dudas en cuanto a la provisión de materia prima, agua y gas natural para los posibles complejos industriales; al funcionamiento de la tecnología seleccionada; a su marco legal; a la subordinación tecnológica a empresas extranjeras; y a sus impactos ambientales, resume el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, Alfredo Zaconeta.

El litio, proyecto iniciado por el gobierno de Evo Morales en 2010, es hoy parte de la política de industrialización con sustitución de importaciones de la administración de Luis Arce, y está contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025.

El PDES contempla metas ambiciosas hasta 2025, como la producción acumulada de 80.959 toneladas (t) de carbonato de litio (16.191 por año), de 64.000 t de materiales catódicos y de 88.000 baterías de litio, así como la obtención de $us 3.134 millones en ingresos por la venta de estos productos ($us 627 millones por año).

Estos resultados, de acuerdo con el PDES, se alcanzarán con la tecnología de extracción directa (EDL), que es presentada por la administración de Luis Arce como la solución viable, real y rápida para implementar la industria del litio.

En un arranque de optimismo, el Gobierno anunció que con el funcionamiento de cuatro complejos industriales EDL, los ingresos generados llegarían a los $us 9.600 millones en 2026, valor que supera con creces lo generado por el gas en su mejor momento ($us 6.133 millones en 2013), según el Cedla.

Sin embargo, en 2022 el volumen de carbonato producido fue de 600 toneladas (el máximo alcanzado) y su valor de 52,7 millones de dólares, según un reporte del Ministerio de Hidrocarburos y Energías.

Contratos

La dependencia de tecnología extranjera fue una característica de los gobiernos del MAS, que firmaron contratos con la china Linyi Dike (2009), la coreana Posco (2012), la alemana K-Utec (2015), la china Camc (2016-2018), la francesa Greentech (2017) y la alemana Acisa (2019), para proyectos de ingeniería a diseño final y para la instalación de plantas piloto o industriales, así como para la explotación del litio.

Esa línea de tiempo contradice el discurso de “soberanía tecnológica” del Gobierno, ya que estos acuerdos en muchos casos ni siquiera mencionaron la transferencia de conocimiento tecnológico.

Como parte de su plan de industrialización, el Gobierno concretó también en 2023 tres convenios con las chinas CBC y Citic Guoan, así también con la rusa Uranium One Group. El objetivo es la instalación de cuatro complejos industriales para una producción total de 100.000 toneladas de carbonato de litio con extracción directa, una tecnología que aún no ha sido probada a escala industrial, pero también se encargarán de implementar plantas pilotos.

Las inversiones comprometidas en estas factorías son multimillonarias, pero carecen del respaldo de una ley específica del litio, alerta el Cedla.

Hidrocarburos

Mientras tanto, a 18 años de la nacionalización de los hidrocarburos, los resultados no son alentadores, pues se pasó de una potencia gasífera de exportación de gas a simplemente importadora de combustibles, debido a la caída de la producción del energético en los últimos años y a un paso de dejar de vender a la Argentina.

Al respecto Chávez, señala que la bonanza de los precios hasta el 2014, permitió a Bolivia rentas de 5.489 millones de dólares y exportaciones por encima de los 6.000 millones, pero ahora vemos que el sector languidece y ya no somos un Hub de distribución de gas.

Sólo en importaciones de combustibles, la cifra supera los 3.000 millones de dólares y la misma subirá para la presente gestión, mientras que la venta del gas habría bordeado los 2.200 millones.

Las opiniones coinciden en que se olvidaron de invertir en exploración, en los últimos años, ya que los recursos destinados fueron mínimos.

En su momento, el analista Mauricio Medinaceli explicó que la ley de hidrocarburos fue para cosechar la siembra que se hizo en los 90, y ya pasó, ahora se requiere una norma para cosechar, donde haya incentivo y más participación de la inversión extranjera, de lo contrario la situación del sector no será de los mejores.

Para Chávez, YPFB está en manos de políticos y dirigentes.

Producción

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), del 2013 al 2023, la producción anual de gas natural de Bolivia, medida en millones de metros cúbicos, descendió en un 36%, en el caso de Tarija, el principal departamento productor hidrocarburífero, cayó en un 58%. Sin duda el sector hidrocarburífero está en franca declinación, con menores reservas gasíferas, sin descubrimiento de yacimientos de magnitud, una producción en declive y con una actual ley de hidrocarburos que no atrae a la inversión extranjera estratégica. Todo lo anterior, dio como resultado que tengamos el nivel de producción de gas natural más bajo desde el 2016, con tan solo 13.390,41 millones de metros cúbicos todo el 2023, de acuerdo a un análisis del presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.

“Todo esto provocó que nuestro mercado externo se debilite, las exportaciones de gas natural a Brasil y la Argentina cayeron, del 2013-2023, en un 66% a nivel nacional, en el caso de Tarija el decremento fue mayor, en un 75%. Desde la ‘nacionalización’ hasta ahora, el valor de las exportaciones de gas natural fue de 56.403.966.092 dólares, de los cuales el 68% corresponden al departamento de Tarija”, informó.

Sin duda, el mejor año de exportación de gas natural para Bolivia fue el 2013, con 6.113.447.97 dólares, desde el 2006 hasta el 2023 se exportó en promedio 3.133 millones por año. Si tomamos en cuenta el bajo nivel de exportación de este hidrocarburo en los primeros años de la “nacionalización” y la baja comercialización el 2020 por las restricciones económicas a nivel mundial, el año 2023 se puede considerar como uno de los años de menor exportación de gas natural por parte de nuestro país, debido en parte, a su bajo nivel histórico de producción y a precios internacionales no tan favorables.

Es por ello que actualmente YPFB está buscando reactivar cuatro pozos en el departamento de Tarija, aún tiene esperanzas productivas en el pozo Astillero X1 y pronto buscará más gas natural en el Bermejo-X46; tal vez se podría considerar como una política de “raspar la olla” con tal de aumentar la producción hidrocarburífera y cubrir relativamente la demanda. No se piensa que es malo, pero no ataca el tema de fondo, mientras tengamos una ley que no dé seguridad, genere poca rentabilidad y no incentive a la llegada de inversión extranjera en el sector, nos seguiremos comiendo nuestras reservas con el riesgo de ser un país importador de gas natural en poco tiempo.

De acuerdo a informes oficiales, la producción de gas en 2023 alcanzaron a 36,33 millones de metros cúbicos día (MMmcd) y se estima que para la presente gestión alcanzará a 31,90 MMmcd, cuya cifra está lejos de 2013, que alcanzó a 60 MMmcd.

En su momento, también el analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, dijo que es importante una nueva normativa, en la que se incluya incentivos para atraer a la inversión privada, de lo contrario la situación no mejorará para el sector.

Fuente: El Diario