Adolescentes deciden sobre su salud sexual en soledad por miedo al juicio familiar


“¿Qué pasa cuando el miedo a preguntar pesa más que el deseo de cuidarse?”. Esa es la pregunta que acompaña a muchas adolescentes cuando piensan en métodos anticonceptivos. No suelen compartirlo con sus padres, no por falta de confianza, sino por temor a ser malinterpretadas o castigadas.

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eju.tv

Aunque el embarazo adolescente ha disminuido en Bolivia, muchas jóvenes enfrentan sus decisiones más íntimas sin el acompañamiento de sus familias, por temor a ser juzgadas.



Entre 2015 y 2023, el número total de embarazos en adolescentes de 10 a 19 años cayó de 82.416 a 32.660, según datos oficiales del Ministerio de Salud. Sin embargo, la proporción de embarazos en niñas de 10 a 14 años se mantuvo —incluso subió levemente— al pasar de 5,18% en 2018 a 6,38% en 2023. Las cifras revelan una paradoja: mientras la prevención avanza, persisten brechas críticas en educación, acceso y diálogo familiar.

“¿Qué pasa cuando el miedo a preguntar pesa más que el deseo de cuidarse?”. Esa es la pregunta que acompaña a muchas adolescentes cuando piensan en métodos anticonceptivos. No suelen compartirlo con sus padres, no por falta de confianza, sino por temor a ser malinterpretadas o castigadas. Esta barrera emocional convierte a la salud sexual en un territorio solitario, justo cuando más se necesita acompañamiento.

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Internet, amigas o redes sociales suelen convertirse en las fuentes principales de información. Pocas se atreven a acudir a centros de salud y muchas lo hacen con dudas y en silencio. Así, el primer paso hacia una decisión responsable muchas veces se da a ciegas, entre mitos y sin orientación adulta.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Juventudes, siguen vigentes creencias como que los anticonceptivos hormonales causan infertilidad o que el implante subdérmico es solo para mujeres con hijos.

“Cuando las adolescentes muestran un folleto del implante, a veces son los padres quienes tienen que aprender junto a ellas”, explica Carlos Morón, director de DKT Internacional en Bolivia.

En los últimos años se ha ampliado el acceso a métodos anticonceptivos seguros y de larga duración en centros públicos, pero el eslabón pendiente sigue siendo el diálogo dentro del hogar. Organizaciones que trabajan en prevención coinciden en que el acompañamiento familiar puede marcar la diferencia entre una decisión informada y una decisión tomada desde el miedo.

La incomodidad de hablar de sexualidad sigue presente tanto en madres y padres como en las propias adolescentes. Pero entre silencios, muchas veces se termina arriesgando no solo la salud, sino también el futuro de las jóvenes. El cuidado no debería ser un tema tabú, sino un acto compartido de responsabilidad y confianza.