El filipino igualó por decisión dividida en las tarjetas y aseguró que quiere volver a pelear
Fuente: Infobae
La madrugada del domingo en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas estuvo marcada por el regreso al cuadrilátero de Manny Pacquiao, quien, a sus 46 años y tras cuatro de inactividad, protagonizó una de las veladas más esperadas del año. Enfrentó a Mario Barrios, monarca defensor del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en una contienda ajustada y rodeada de controversia por la decisión final de los jueces.
Pacquiao, considerado una leyenda del boxeo internacional, es hasta ahora el único púgil en conseguir campeonatos mundiales en ocho divisiones. El filipino demostró en el primer asalto su estilo agresivo de siempre y presionó a Barrios con su característica izquierda, mientras el estadounidense resistía y buscaba responder con el jab.
El combate mantuvo la intensidad en todo momento. Pacquiao, que había sido inducido el mes pasado al Salón de la Fama Internacional del Boxeo, sorprendió por su movilidad y conexión de golpes. Barrios, con 30 años, fue de menos a más y apostó por la distancia y la cautela frente a la experiencia de su rival. La pelea cambió de rumbo en el sexto round, cuando Pacquiao elevó la dinámica con varias combinaciones precisas, aunque la diferencia de edad comenzó a hacerse notar a partir del octavo episodio.
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Ambos peleadores llegaron al décimo asalto sin un claro dominador. Barrios logró conectar con mayor frecuencia en los últimos minutos del duelo, cerrando la confrontación antes de la decisión definitiva. Las tarjetas generaron confusión y molestia en buena parte del público, que mayoritariamente había acudido en apoyo de Pacquiao.
Dos de los jueces señalaron empate, con puntuaciones de 114-114, mientras que el tercero, Max de Luca, otorgó una ajustada ventaja de 115-113 para Barrios.
Pacquiao no tardó en dar su visión apenas terminó el combate. “Pienso que gané la pelea”, afirmó ante los micrófonos, en un clima de abucheos ante la decisión oficial. Barrios, sabedor de la magnitud del escenario y del rival al que enfrentó, mostró respeto y humildad: “Fue un honor compartir el ring con él”, declaró. “Éste fue por mucho el mayor evento en el que he participado a la fecha. Llegamos acá y dimos todo en el ring. Sólo siento respeto por Manny”.
Las estadísticas expusieron el equilibrio: Barrios conectó 120 golpes totales frente a 101 de Pacquiao, según Compubox, mientras que el filipino ganó en impactos de poder, con una diferencia de 81-75. Barrios, quien llegaba con el favoritismo en las apuestas, eleva ahora su récord a 29 victorias, dos derrotas y dos empates. Pacquiao, que intentaba recuperar el título que ya había conquistado a los 40 años ante Keith Thurman, deja su marca en 62 victorias, nueve derrotas y dos empates.
El futuro inmediato de Pacquiao sigue abierto. Tras la pelea, el ex campeón insinuó que podría volver a subir al ring: “Probablemente ésta no sea la última”.
En la misma velada, el estadounidense Sebastian Fundora defendió con éxito su título superwelter del CMB ante Tim Tszyu, quien abandonó tras el séptimo asalto. Fundora, con 23 victorias, una derrota y un empate, dominó ampliamente con 118 golpes de poder y tres tarjetas favorables de 69-63. “Soy el tipo más grande”, dijo Fundora tras el combate. “Todos dicen que soy un matón en el ring, así que pensé que debería empezar a intimidar realmente a estos tipos. Simplemente seguí trabajando en la agresión durante toda mi carrera y hemos estado avanzando”.
Fuente: Infobae