Justo cuando otro mega-escándalo de corrupción salpica a su gobierno, el presidente Evo Morales se sube rápidamente al debate provocado por la denegación de espacio aéreo a Nicolás Maduro en Puerto Rico.El operativo mediático-político del gobierno boliviano tiene dos aristas: por una parte, se busca una cortina de humo para agendar a la prensa y distraerla de la cobertura del caso Ormachea, el zar anticorrupción del régimen evista preso por extorsión en Miami.Por otro lado, y al haber propuesto Morales un “juicio a Obama” y el retiro de los embajadores de la CELAC de Estados Unidos, se construye un escenario de ruptura con aquel país, de modo que si durante el juicio a Ormachea hay revelaciones importantes que lo vinculen con altas figuras de gobierno, se podrá alegar que todo es una “represalia” del imperio.El grado de preocupación del gobierno por el caso del ex zar anticorrupción quedó patente con el “recontraespionaje” de inteligencia realizado a un parlamentario opositor que viajó a EEUU para investigar el tema…[email protected]