¿Cuándo los conoceremos?


Manfredo Kempff Suárez

manfredokempff21_thumb No cabe duda de que los cruceños somos unos ingenuos a quienes los mandamases nos toman el pelo y se ríen a carcajadas de nuestra candidez. Ya es sabido de que en cada víspera del 24 de Septiembre o de algún evento político importante, aparece por estos lares, muy acicalado, el vicepresidente. Y que de inmediato es agasajado, invitado a hablar, escuchado con arrobamiento, y aplaudido, porque dice lo que a los cruceños nos gusta oír, lo que acaricia nuestros oídos: que somos el eje de la economía nacional, que habrán garantías para las inversiones, que no se avasallarán más tierras, que nuestras mujeres son hermosas, que el carnaval es algo fenomenal, y que somos valientes y trabajadores.

Con eso el vice regresa ovacionado y triunfante a la sede de Gobierno, informa a S.E. de la nueva mofa a Santa Cruz, le asegura que los cambas están cocinándose a fuego lento, que ya no somos peligrosos, y empiezan a lanzar pullas e infundios malignos, sin ningún miramiento. Desde S.E. para abajo un enjambre de masistas comienza su trabajo de hormiga para ir desbaratando nuestra moral, para irnos arrinconando. Hasta que se presenta una nueva ocasión y vuelve a aparecer el vice, sonriente, con sus actitudes histriónicas, con su verba embaucadora de catedrático zurdo, que entre la cambada llama la atención.



Ante estos éxitos del vice ahora hasta S.E. se ha animado a venir a nuestra fiesta departamental. Y no es que no tenga derecho para hacerlo. La pasa bomba por supuesto. Sabemos que asistió donde lo invitaron y se dice que lo aplaudieron muchísimo, aunque se cuidó de no estar presente para el desfile del 24, evitando oír los silbidos que le agrian la vida. S.E. ofreció todo lo habido y por haber, más aún cuando dentro de un año habrá elecciones. Ferrocarril, carretera, Mutún, Rositas, algo así como 2.900 millones de dólares en inversión aunque no dejó en Santa Cruz ni un solo verde. Ni repetir, por supuesto, eso de que los cruceños éramos un hato de flojonazos.

S.E., como siempre, afirmó que tenía pruebas de los afanes separatistas del gobernador; que había artículos y documentos que lo acusaban de esas acciones peligrosas desde el año 2003. Generalmente las pruebas de S.E. nunca aparecen. ¿Serán artículos de prensa los testimonios que va a exhibir? Al parecer, sí. Porque ha dicho que el Vice, que es un investigador ordenado y serio, está haciendo acopio de los indicios contra Costas. En buen romance, los dos personajes que hace un mes manifestaban que Santa Cruz era poco menos que grandiosa, que había que trabajar con su gobernador, ahora reúnen evidencias para proseguir con el contubernio masista de echar mugre con la monserga del terrorismo y el separatismo.

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Entendámoslo bien: no es contra Costas el ataque, es contra los cambas. Se quiere abrir una brecha mayor entre oriente y occidente. Tal vez esa sea una estrategia política como opinan algunos analistas. Provocar al gobernador para identificar a un adversario. Eso es algo absolutamente suicida en una nación. Querer ganar votos endilgando embustes que crean odios, no es tolerable. Peor cuando las únicas tres víctimas de esos supuestos afanes terroristas, fueron, según todos los indicios, ejecutados por órdenes del propio gobierno, que se desespera por borrar las huellas de su infamia.

Costas quiere debatir con S.E. para esclarecer algunos temas, pero sabemos que S.E. solo habla para sus bases, cuando todos lo vitorean.

El Deber/Séptimo Día