Familia Cordero, 4 generaciones fotografían la historia desde el siglo XX


Visitar la casa de la familia Cordero, en la popular zona de San Pedro, en la ciudad de La Paz

POR ROSÍO FLORES



Fuente: La Razón

La paz 214 años

Visitar la casa de la familia Cordero, en la popular zona de San Pedro, en la ciudad de La Paz, es un privilegio para quienes tienen la oportunidad de hacerlo. En tres pequeños ambientes, de unos tres por dos metros cuadrados cada uno, existe un tesoro invaluable, pues allí se guarda la historia de la ciudad de La Paz desde el siglo XX, retratada en imágenes por tres generaciones de fotógrafos de la familia. Hoy, la cuarta generación continúa con el legado y registra la historia de este nuevo siglo.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El 17 de agosto de 1879 nació Julio Cordero Castillo, en la población paceña de Pucarani. Años después, junto a su familia, migró a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Ya adolescente, por el año 1900, Julio, encontró trabajo como ayudante en el estudio fotográfico de los hermanos Valdez, oriundos de Perú. Allí aprendió las técnicas y ya con experiencia abrió su propio negocio, con solo 21 años de edad.

Así, con Cordero Castillo comienza a registrarse la historia social, económica y política de la urbe paceña en fotografías. Su hijo, Julio Cordero Ordóñez, continuó con su legado, y también su nieto, Julio Cordero Benavides, quien tiene en la actualidad 85 años de edad y aún conserva un registro fotográfico con más de 100.000 muestras, entre placas y fotografías, que datan de hace más de 120 años.

ARCHIVO.

Otras 17.000 muestras y una parte de las herramientas que eran utilizadas para revelar las fotografías fueron adquiridas en 2013 por el gobierno municipal de La Paz. Éstas son exhibidas en el museo Tambo Quirquincho. El archivo, formado por negativos, placas de vidrio y láminas de acetato, refleja el desarrollo de la ciudad al igual que su dinámica social y su vida cotidiana.

Julio Cordero Benavides, parte de la tercera generación de la familia.

“Mi abuelo, Julio Cordero Castillo, fue pionero de la fotografía en Bolivia. Aprendió el oficio con los hermanos Valdez, conocidos fotógrafos peruanos. En 1900 abrió su primer estudio en la calle Recreo (hoy Mariscal Santa Cruz). Su prestigio hizo que varios gobiernos lo contraten como fotógrafo oficial, gestionó e hizo las primeras fotos de identificación”, relata Ninoska Cordero, parte de la cuarta generación de la familia de fotógrafos.

Desde viajes al exterior para aprender nuevas técnicas de la fotografía hasta ser los pioneros en el país en la importación de insumos fotográficos marcan la trayectoria de los Cordero. Las poses rígidas fueron sus preferidas, cuenta Julio Cordero Benavides y dice que su padre optó por lo artístico. “Yo fusioné ambos. Teníamos un estilo que nos diferenciaba de la competencia”.

En más de un siglo de trayectoria, son incontables las anécdotas que aún recuerda Cordero Benavides. Una de ellas es que a su padre lo enviaron a la Guerra del Chaco. Aquello no le impidió que continúe con el oficio de fotógrafo, pues con la ayuda de unos amigos logró que lleven material al campo de batalla, donde hizo varias tomas para venderlas.

“O sea vendía fotos mientras se desarrollaba la guerra. Qué interesante, qué creatividad, yo digo, y nosotros tenemos dos fotos que conservamos. Hay una foto donde mi abuelo está con su ropa rota, envejecida”, complementa Ninoska.

Otro pasaje, contado por su padre, es que el poeta, escritor y político Franz Tamayo solicitó los servicios del estudio Cordero para que le tomen una foto carnet.

“Mi bisabuelo y mi abuelo fueron a tomar las fotografías y cuando terminó la sesión a mi abuelo se le ocurre mover su cámara y le hace a Franz Tamayo una toma de medio perfil. Cuando van y le entregan las fotos solicitadas, le entregan también esa foto de medio perfil, pero la reacción del señor no fue de las mejores”.

Esa fotografía que le fue tomada a Tamayo, sin su consentimiento, estaba plasmada en los antiguos billetes de Bs 200.

Sin duda, el visitante puede quedarse horas y horas para admirar todas y cada una de las fotografías de La Paz de antaño que aún les restan a los Cordero. Actualmente, la casa Cordero está abierta para quienes quieran transportarse en el tiempo a la La Paz del siglo XX y también para tomarse una foto.

Fuente: La Razón