Nueva York, ESTADOS UNIDOS, 8 ene (ABI).- A continuación la agencia ABI presenta el discurso que pronunció el miércoles, el presidente Evo Morales, en la sede de las Naciones Unidas, luego de recibir la presidencia del G77 más China.
Miércoles 08 de enero de 2014. El Presidente Morales es nombrado Presidente del G-77 en Naciones Unidas. New York. Foto ABI.
Por la hermandad universal de los pueblos en armonía con la Madre Tierra.
El sistema capitalista enfrenta su crisis más profunda. es una crisis financiera, energética, climática, alimentaria, institucional y de modelo de vida. El mundo sufre los efectos de esa debacle provocada por el capitalismo que convierte a la madre tierra y a las personas en objeto de su despiadado dominio depredador.
Vivimos una crisis financiera porque los países del centro capitalista concentraron la riqueza en élites excluyentes y magnificaron la pobreza y el hambre.
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Vivimos una crisis energética marcada por el consumo excesivo y contaminante de fuentes de energía y el acaparamiento de éstas por parte de transnacionales para satisfacer la demanda de los estándares de vida y alto consumismo de los países capitalistas del norte.
Vivimos una crisis climática que obedece a un modelo de desarrollo cuyos niveles de consumismo e industrialización han generado un exceso de emisiones de gases contaminantes que han provocado el calentamiento global y los desastres naturales que afectan al mundo entero, pero particularmente a los pueblos del sur.
Vivimos una crisis alimentaria que es causada por la desertización y degradación de las áreas productivas de alimentos, los desequilibrios entre el campo y la ciudad, el monopolio en la comercialización de semillas, insumos agrícolas, la especulación en el precio de los alimentos, el consumismo y el derroche de alimentos.
El año 2008, el 15,5% de la población mundial padecía hambre, más de 850 millones de personas se encontraban desnutridas. 788 millones de hambrientos estaban en Asia y África. Para el año 2011, el número de personas desnutridas ascendió a casi mil millones de personas.
En definitiva, vivimos la crisis de un modelo económico en el que las recetas del fondo monetario internacional (FMI), el banco mundial y los organismos multilaterales (privatizaciones y restricción de las políticas sociales) ya no pueden resolver los problemas de los países del centro capitalista.
Sin embargo, los tiempos de crisis son también tiempos de oportunidades, son tiempos de transformación del pensamiento y de las ideas para construir un mundo diferente. Los cambios necesarios nos exigen escuchar la voz de la conciencia de los pueblos y su espíritu crítico sobre las imposiciones del imperialismo y del colonialismo.
Estos también son los tiempos de los países del sur y de los llamados países emergentes y de todos aquellos que tenemos la responsabilidad de construir juntos solidaridad, complementariedad y apoyo mutuo.
Para hacer realidad estos cambios, los estados deben conducir la economía y los gobiernos deben adoptar políticas de servicio a favor de los pueblos, socializar la riqueza y erradicar la pobreza y concebir el desarrollo de manera integral para universalizar los servicios básicos, efectivizar los derechos colectivos y ampliar la democracia más allá del ámbito de las instituciones políticas.
El sur tiene ciertamente una creciente economía, importantes riquezas en recursos naturales, conocimientos y tecnologías, destrezas y habilidades, culturas y una gran diversidad de naciones y pueblos. en este contexto, el G77 más China es uno de los principales actores de cambio en este momento histórico.
Proponemos adoptar como base las conclusiones de la conferencia mundial de los pueblos sobre los derechos de la madre tierra y el cambio climático realizado en Tiquipaya, Bolivia el año 2010.
Pedimos eliminar las herencias coloniales en nuestros países donde se ha negado las identidades culturales, nuestros conocimientos, nuestros alimentos y medicinas, nuestras prácticas y tecnologías. Por ejemplo, no entendemos cómo en el mundo los grupos de poder han criminalizado la producción y el consumo de la sagrada hoja de coca que es uno de los alimentos y medicinas milenarias de nuestros pueblos.
Como prueba de la reversión de esos prejuicios capitalistas, mencionamos con orgullo que la quinua, despreciada por el imperialismo como ‘alimento de indios’ se ha convertido hoy en una alternativa real de nutrición para todo el mundo. Es como si nuestra Pachamama, nuestra madre tierra, nos regalara en su generosidad una solución alimentaria que beneficie a todo el mundo, incluso a los países capitalistas que destruyen su medio ambiente.
Hermanos y hermanas, el derecho al desarrollo, los derechos humanos, sociales y colectivos así como los derechos de la madre tierra, integrados y complementarios, se expresan en el respeto a la diversidad de visiones y enfoques de modelos de desarrollo, sin imposiciones, sin exigencias paternalistas ni coloniales sin monarquías, oligarquías ni jerarquías.
Permítannos, en este momento en que asumimos esta gran responsabilidad como es la presidencia del G77 más China, plantearles con humildad pero con la fuerza de nuestras convicciones y el espíritu de nuestros pueblos, 10 tareas fundamentales.
1. Del desarrollo sustentable al desarrollo integral en equilibrio con la madre tierra.
El desarrollo debe estar orientado a eliminar las brechas de riqueza material, las economías diversas deben potenciar los bienes comunes y satisfacer a la vez las necesidades materiales, culturales y espirituales de las sociedades en un marco de armonía con la naturaleza. en Bolivia, esta cosmovisión se resume en el ‘vivir bien’.
Sabemos también, que esta carrera de enriquecimiento, que ha generado el cambio climático, afectará principalmente a los países del sur. Del total de costos económicos estimados por los impactos del cambio climático, entre un 75% y 80% serán asumidos directamente por nuestros países.
Por ello:
“Debemos implementar las políticas y acciones necesarias que prevengan y eviten el agotamiento de los recursos naturales. la vida depende del sostenimiento de la capacidad de regeneración de los sistemas de vida de la madre tierra y del manejo integral y sustentable de sus componentes. por ello junto con los derechos individuales, los derechos colectivos de los pueblos, debemos incorporar en todas las legislaciones los derechos de la madre tierra. la naturaleza puede existir sin el ser humano; pero el ser humano no puede existir un solo segundo sin naturaleza. por el, tenemos que naturalizar al ser humano y humanizar responsablemente a la naturaleza.
? Desarrollo integral significa también cambiar el orden de prioridades de la generación de riqueza. de la economía para el lucro, la ganancia y el acaparamiento, debemos pasar a la economía de la satisfacción de necesidades humanas. la economía del lucro va a aniquilar las condiciones naturales de la vida humana, y encima dividiendo al mundo en ricos, muy ricos, y en pobres.
? Desarrollo integral es respetar las distintas actividades individuales y colectivas, pero priorizando la producción de bienes comunes, de riqueza compartida entre todos los habitantes de un país y luego entre todos los habitantes de un continente y el mundo. la mejor riqueza es la riqueza que es de todos. la mejor economía, la más duradera y justa es la que se distribuye entre todas las personas….
? Debemos desde el G77 más China avanzar de forma contundente en la creación de mecanismos que no estén basados en los mercados de carbono y las funciones ambientales de la naturaleza sino en la complementariedad y solidaridad de los estados con transferencia de financiamiento, tecnología y desarrollo de capacidades.
2. Refundar la democracia: de la democracia representativa a la democracia participativa y comunitaria que democratiza la riqueza.
Hoy por el mundo entero se consolidan las formas democráticas de elegir gobernantes. Sin embargo, también se apodera el desanimo y el ausentismo. Cada vez menos gente acude a las votaciones electorales; y no es porque el pueblo no quiera participar en las decisiones de gobierno.
Lo que pasa que el pueblo siente que depositar su voto cada 4 o 5 años no es suficiente. Siente que su voto cada 5 años es cambiado cada día por la dictadura de mercados financieros. Los jóvenes quieren participar pero más continuamente y de manera directa en los asuntos comunes; los trabajadores y las trabajadoras quieren ser oídos a cada momento a través de sus organizaciones sociales; los indígenas y campesinos queremos que se respete nuestras tradiciones comunitarias. El pueblo necesita nuevos mecanismos democráticos para cambiar el mundo. Pero las democracias meramente electorales son insuficientes para esta nueva demanda participativa; las democracias electorales se muestran cansadas fósiles, sin fuerza para cobijar las ganas de democracia real de los pueblos.
La historia nueva reclama pasar de la democracia representativa en la que el poder está mayoritariamente al servicio élites, a la democracia participativa y comunal donde los jóvenes, profesionales, indígenas, mujeres, campesinos, trabajadores participemos activamente en las decisiones sobre nuestras vidas, sobre nuestros derechos, sobre nuestros bienes comunes.
La revitalización de la democracia en este nuevo siglo requiere que la acción política se constituya en un completo y permanente servicio a la vida, que es, a su vez, un compromiso ético, humano y moral con nuestros pueblos, con los más humildes, recuperando los códigos de nuestros ancestros: no robar, no mentir, no ser flojo y no ser adulón.
La democracia no es solo decidir quién nos gobernara durante 5 años; democracia es participar en el destino de nuestra vida en común, comenzando por los bienes comunes que tiene cada sociedad. por eso, no hay democracia real sin democracia económica, sin distribución de la riqueza que es de todos.
3. Los servicios básicos como derecho humano universal.
Hoy la humanidad ha alcanzado tal capacidad de producción de riqueza material que es capaz de garantizar alimento, agua, luz, educación y salud para todos sus habitantes. Pero sin embargo, millones de personas van a dormir cada noche con hambre; millones de personas pasan sed, no cuentan con apoyo médico y se mueren por enfermedades de pobreza y abandono.
Y es que en el planeta todavía sigue existiendo una realidad insultante y abusiva que es la de las brechas que existen entre los ricos y los pobres. Esto se debe a una desigual distribución de los ingresos pero también a un acceso desigual y discriminador a los servicios básicos. el capital y el mercado no resuelven la inequidad y la pobreza, solo privatizan los servicios y lucran con las necesidades. Ya hemos vivido catastróficamente la privatización de los servicios básicos y en especial del agua.
Para resolver las graves inequidades sociales es necesario emprender entre otras las siguientes acciones:
Es un imperativo avanzar en el reconocimiento, en la legislación internacional y en la normativa nacional de los países del mundo, de que los servicios básicos: el agua, electricidad, comunicaciones y el saneamiento básico son un derecho humano fundamental de las personas en todos los rincones del planeta.
En particular el agua debe constituirse en un derecho humano esencial de las personas porque aporta directamente al desarrollo de la vida de todos los seres del planeta, y es un insumo fundamental para la movilización de todos los procesos productivos.
Conjuntamente con el reconocimiento de los servicios básicos como un derecho humano se debe avanzar en la nacionalización de estos servicios ya que las administraciones privadas marginan a la mayoría de la población de su acceso a estos servicios fundamentales para la vida de las personas al darles un valor económico inalcanzable para muchos.
4.- Descolonizar la economía; descolonizar la cultura; descolonizar los saberes; descolonizar el mundo.
En pleno siglo XXI no puede haber ningún país que usurpe territorio de otro país, ni potencia que utilice territorio extranjero para depositar sus tropas. Esa es una indigna herencia colonial del siglo XVI que tiene que erradicarse del mundo entero. Cada pueblo tiene el derecho a gobernase a sí mismo y nadie tiene la autoridad moral ni histórica de invadir territorio ajeno.
Todos los pueblos somos dueños de nuestros destinos y no hay pueblos superiores ni inferiores. Todos tenemos un aporte para el mundo y un mundo de paz y bienestar se ha de construir con el aporte democrático de todos los pueblos y estados.
Pero nos solo hay el colonialismo territorial, también hay el colonialismo económico, el colonialismo cultural, el colonialismo tecnológico, todos ellos tan aborrecibles como el primero. Mientras haya cualquier colonialismo, no habrá paz duradera. Mientras haya colonialismo no habrá igualdad ni justicia. El colonialismo es la más brutal y arcaica forma de dominación que destruye a la humanidad. Ella es la madre del fascismo, del racismo de toda discriminación. Y su superación exige el respeto a la libre determinación de cada pueblo, el intercambio complementario de saberes y la solidaridad entre estados.
El mundo sabe que existen temas no resueltos, asuntos como el de las islas Malvinas, la situación de palestina y el enclaustramiento boliviano. Estos temas deben ser resueltos pacíficamente y en el marco del derecho internacional competente.
El destino de la humanidad es la hermandad universal de los pueblos.
5.- Erradicar el hambre en los países del sur consolidando nuestra soberanía con seguridad alimentaria y acceso a los alimentos sanos y saludables para una salud digna de los pueblos.
Tenemos que eliminar los monopolios en la provisión de insumos agrícolas para garantizar la seguridad alimentaria con soberanía. Por eso proponemos que cada uno de nuestros países garantice los alimentos básicos y propios que consume su población a partir del fortalecimiento de sus prácticas productivas, culturales y ecológicas así como del intercambio solidario entre pueblos.
6. Ciencia y tecnología al servicio de los pueblos y de la humanidad para vivir bien
La ciencia, el conocimiento y la tecnología son un patrimonio de la humanidad, son creación de la humanidad y deben servir a la felicidad de la humanidad; porque con el desarrollo científico y tecnológico, se crean las condiciones para el desarrollo integral, para erradicar la pobreza y el hambre, para producir alimentos, para dar servicios básicos, para desarrollar nuevas industrias, para tener nuevas fuentes energéticas limpias y accesibles a los pueblos y naciones.
La ciencia y el desarrollo tecnológico no pueden ser una mercancía, negociable en los mercados bajo la forma de patentes y licencias, que beneficia a pocos y enriquece a los más ricos. Como patrimonio de la humanidad, no puede ser monopolio de ciertos países, no puede ser un instrumento de poder y control económico.
La ciencia y la tecnología deben ser instrumentos para liberar a los pueblos; para fortalecer la solidaridad, la complementariedad, el intercambio justo; deben ser los medios más importantes para las relaciones de respeto entre las naciones y de armonía con la madre tierra.
Desde el G77 más China tenemos que consolidar la liberación del conocimiento, de la ciencia y la tecnología moderna; al mismo tiempo, proteger y fortalecer los saberes, conocimientos, ciencia y tecnologías ancestrales de los pueblos y las naciones indígenas.
Debemos ser capaces de diseñar e implementar alianzas y mecanismos de transferencia tecnológica que democraticen la economía y permitan el desarrollo integral de todos los pueblos, sobre la base del respeto a la diversidad de visiones, enfoques y sistemas de conocimiento, desechando las visiones mercantilistas y monopólicas.
La tecnología, que tanto bien podría brindar a la humanidad, es usada para violar los derechos de millones de personas a través del espionaje masivo y selectivo. El espionaje es una muestra de la soberbia y del desprecio con que desde el imperio ven al resto del mundo. Un desprecio que puede llegar incluso al secuestro de presidentes violando las normas sobre inmunidad e inviolabilidad de los jefes de estado.
7. Frente a la crisis del capitalismo, nueva arquitectura económica financiera mundial
Las últimas crisis del capitalismo han presentado, en los diferentes países, efectos cada vez más fuertes y profundos. Estas crisis, están cuestionando las estructuras del sistema económico y financiero capitalista, están cuestionando al nuevo poder de los bancos y el poder financiero mundial responsable de la pobreza y el hambre de los pueblos.
Los grandes bancos y sistemas financieros han debilitado nuestros sistemas nacionales, especialmente allí donde los estados son vulnerables por su dependencia económica y desregulación financiera, allí donde los organismos financieros internacionales han presionado para la libertad bancaria, el libre mercado financiero y la ruptura de la soberanía, producto de los condicionamientos e imposiciones de políticas económicas neoliberales.
Como alternativa a la profunda crisis de capitalismo, tenemos que construir y poner una nueva arquitectura económica financiera al servicio de los pueblos y las naciones. los organismos financieros y bancos mundiales que han controlado la economía mundial y nos han llevado al empobrecimiento extremo, dejaron de tener la moral para decirnos lo que debemos hacer, deben dejar de existir como instituciones reguladoras, como orientadores de la economía de los estados, deben dejar de crecer a costa de la pobreza y el hambre de los indígenas, de los trabajadores, de los pueblos.
Esta nueva arquitectura económica financiera debe sustentarse en la integración, en el desarrollo integral en armonía con la madre tierra; debe promover mecanismos de complementariedad sur-sur liderado por el G77 más China.
Debemos promover la creación de fondos financieros solidarios y en beneficio de los pueblos y las naciones, fortalecer las monedas regionales, la regulación soberana de las actividades financieras en el marco de acuerdos integradores.
Debemos respetar las decisiones soberanas de los estados en el uso de sus recursos naturales, así como en su utilización e industrialización para beneficio pleno de los pueblos, sobre la base de un desarrollo económico que brinde las condiciones para el vivir bien, en armonía con la madre tierra y con respeto a los estados.
8.- Soberanía sobre los recursos naturales
La soberanía sobre los recursos naturales es la condición para la liberación de la dominación colonial y neoliberal. Un estado que no aprovecha los recursos naturales priva a su pueblo de la riqueza necesaria para su desarrollo.
En muchos países del mundo la principal fuente de riqueza económica se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales. Sin embargo, en la mayoría de los países esta riqueza ha sido saqueada y apropiada por manos privadas y potencias transnacionales que se enriquecen a costa de los pueblos.
Los recursos naturales en manos privadas profundiza la diferencia entre pobres y ricos. Los pobres, dueños de los recursos naturales pasan a ser los peones de los ricos. Ningún pueblo puede ser libre si sus recursos naturales están en manos de los poderosos. La garantía de la libertad, de la democracia económica y de la industria creadora de riqueza es el dominio estatal sobre esos recursos naturales.
Pasar la propiedad de los recursos naturales al estado en beneficio de los pueblos para que ellos estén orientados al goce y beneficio de todos.
Ha quedado en evidencia histórica que los pueblos saqueados son pueblos esclavizados por el capital transnacional. Por ello la nacionalización de los recursos naturales es la fuerza poderosa que libera no sólo el freno al desarrollo sino también la industrialización y la diversificación económica. la nacionalización puede quebrar los procesos de colonialismo económico y garantizar el fortalecimiento del estado.
9.-Instituciones internacionales para el pueblo
Los pueblos deben ser gobernados por los pueblos. Los pueblos diseñan sus instituciones, sus reglas, su futuro libre de dominación. Cuando los pueblos son gobernados por empresas transnacionales, por corporaciones financieras o por organismos internacionales burocratizadas se produce la injusticia, la desigualdad y la guerra. Debemos construir una institucionalidad mundial de los pueblos, de los pobres, de la madre tierra. No aceptamos ni permitimos el intervencionismo ni el neoliberalismo de las naciones unidas y de la institucionalidad del imperio del capital
No se debe permitir ni admitir la construcción de bases militares e industria bélica para dominar a los pueblos con el pretexto de la seguridad nacional. Primero está la seguridad de los pueblos, la vida y la madre tierra. El armamentismo es el negocio de la muerte que enriquece al capitalismo y destruye el planeta.
Para construir una nueva institucionalidad de los pueblos del mundo hacia el vivir bien debemos construir las condiciones institucionales y jurídicas para que nuestros pueblos y países vivan con dignidad y soberanía sin intervencionismo y sin bases militares extranjeras.
Liberarnos de las ataduras ideológicas y políticas de los organismos mundiales financieros como el BM y el FMI y de sus satélites e intelectuales de la dominación neoliberal construyendo nuestras propias instituciones para el diseño y asesoramiento de políticas hacia el vivir bien.
Construir una organización mundial de los pobres, una organización mundial de la justicia, una organización mundial de la soberanía de los pueblos, una organización mundial de la madre tierra, una organización de la asamblea de los pueblos del mundo.
La construcción de esa nueva institucionalidad implica una lucha frontal y conjunta contra la todas las formas de corrupción. la corrupción le resta recursos a nuestra lucha contra la pobreza, la corrupción socaba los pilares de nuestras sociedades. por tanto, en esa lucha frontal contra este mal, no pueden existir países que alberguen y cobijen a personas procesadas por actos de corrupción.
10.- Integración complementaria, paz y relaciones internacionales
El mundo de hoy está gobernado por un pequeño club de países poderosos que se han encargado de imponer sus reglas de juego en la economía, en las finanzas internacionales, en los intercambios comerciales, en la industria, la ciencia y la tecnología. Este club ha dejado a la mayoría de los pueblos del mundo a merced del imperio del capital, del intervencionismo imperial y de la voluntad caprichosa para explotar los recursos naturales.
Se ha hecho un hábito terrible invadir pueblos, destruir civilizaciones en procura de ejercer monopolio sobre recursos estratégicos. Las grandes potencias han logrado legitimar supuestas amenazas como el narcotráfico, la subversión, el terrorismo o la posesión de armas de destrucción masiva para desestabilizar gobiernos democráticos y pueblos soberanos.
Frente a la arrogancia del poder imperial y de sus aliados privilegiados los países del sur debemos unirnos. la unidad permitirá preservar las intervenciones coloniales, el saqueo de los recursos económicos y la imposición de la voluntad de unos cuantos sobre la mayoría de los países que persiguen su independencia.
El nuevo orden global neoliberal a impuesto como premisa la competitividad que no es otra cosa que la ley de la selva donde solo se salvan los poderosos dejando a los débiles a merced de los aventajados. Nuestros pueblos ancestrales siempre vivieron integrados en culturas, integrados en comercio, integrados en solidaridad y en redes de colaboración. Fuimos complementarios porque allí radica la fuerza del pueblo. Hoy tenemos que construir y fortalecer nuestros acuerdos de integración entre los pueblos y comunidades, entre los estados y gobiernos, en un marco de apoyo, colaboración y solidaridad para fortalecer la vida y la humanidad.
Frente a la diplomacia de la muerte y de la guerra, del mercantilismo, de la privatización, del saqueo de los recursos naturales, los pueblos del g-77 debemos construir la diplomacia de los pueblos.
El sur no es ni puede ser un obediente y servil peón de las potencias del norte. No somos el depósito de la basura industrial ni nuclear de las potencias del norte, ni somos la fuente inagotable de materias primas para ellas. el sur está emergiendo con la potencia de los pueblos y los gobiernos patriotas y soberanos, y está construyendo proyectos de integración comercial, productiva, cultural, tecnológica, económica financiera y social. Este es un momento en el que los pueblos del sur, y también con los pueblos del norte, debemos compartir, apoyarnos y fortalecernos social, económica y culturalmente.
Una condición para lograr la integración es contar con estados y pueblos fuertes pero al mismo tiempo con economías que se rijan por precios justos. Comercio justo y precios justos convierten a los estados en actores proclives a la complementariedad.
Una integración real entre pueblos sólo es posible si los propios pueblos deciden la forma de desarrollar su comercio. El comercio en manos de pocos se convierte en una tiranía internacional.
Es imperativo conformar coaliciones y alianzas poderosas para suscribir tratados de la vida compartir conocimientos, tecnología y provisión de recursos financieros y no tratados de libre comercio que son tratados de la muerte para los pueblos del sur y también para los pueblos del norte.
Necesitamos construir un mecanismo para el desarrollo integral y la integración entre los estados y pueblos del sur que incluya las áreas de conocimientos, tecnologías, energía, producción de alimentos, financiamiento, salud y educación entre otros.
En esta oportunidad, en el año en que celebramos los cincuenta años de la fundación de nuestro grupo quiero que conmemoremos conjuntamente este aniversario. Para ello, quiero pedirles que juntos convoquemos a una cumbre de jefes de estado del Grupo de los 77 más China, en Bolivia el 15 de junio de 2014. Así fortaleceremos nuestros vínculos y continuar esta lucha juntos.