El sector pide apoyo del Gobierno para desarrollarse y aportar mayores ingresos al país.
Sin citar cifras, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) comunicó este miércoles que cierra 2024 con las pérdidas en el sector del agro «más altas de la última década».
«Si el Gobierno hubiera apostado por el poder del campo, esta crisis se habría contenido», afirmó en conferencia de prensa el presidente de la institución, José Luis Farah, quien agregó que «las pérdidas en el sector agropecuario alcanzan niveles históricos y se consolidan como las más altas de la última década».
La CAO observó la crisis actual, marcada por la escasez de diésel, el encarecimiento de insumos, los bloqueos de caminos y el aumento del contrabando, factores que «amenazan con paralizar al campo productivo y poner en riesgo la seguridad alimentaria del país».
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Farah lamentó que las políticas aplicadas por el Gobierno hayan sido las equivocadas, ya que, en lugar de potenciar el trabajo en el campo, sostienen que se les restó competitividad.
«Esta crisis se habría contenido, hoy seríamos una potencia agropecuaria, con ingresos más sostenibles que los hidrocarburos y con un futuro de certezas. En cambio, lo que vemos es lo contrario: la crisis se profundiza y muchos productores dejarán de producir alimentos», declaró el representante del sector.
Farah destacó que, durante más de 20 años, el campo enfrentó un modelo económico que impidió su desarrollo y ahora pone en riesgo la alimentación de los bolivianos.
«Esta falta de apoyo nos trajo a la actual coyuntura con amenaza de hambre y lágrimas para las familias bolivianas, porque cuando el campo cae, todo el país sufre», manifestó Farah.
A pesar de las desventajas en que la agroindustria cumple su trabajo, la CAO aseguró que «el agro ha logrado mantener producción estable por más de una década», por lo que ahora piden «políticas claras y apoyo urgente» para el crecimiento del sector.