El viceministro Jaime Mamani afirma que más de 42 mil hectáreas de arbustos se erradicaron desde el inicio de la gestión de Luis Arce Catacora.
eju.tv / Video: DTV
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, informó que, durante los casi cinco años de la gestión gubernamental de Luis Arce, se erradicó y ‘racionalizó’ un total de 42.587 hectáreas de coca excedente en todo el territorio nacional; además, resaltó que el trabajo tuvo una priorización de manera sistemática en los parques nacionales y reservas naturales, en cumplimiento de los compromisos sobre el control del cultivo ilegal de coca.
Mamani destacó que, entre los logros más relevantes, está la declaratoria del Parque Nacional Amboró como territorio libre de cultivos de coca, esta reserva se ubica en el departamento de Santa Cruz; además de la recuperación de extensas áreas en la Reserva Forestal El Choré, que está enclavada entre los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, como parte de la política gubernamental de preservación de las áreas protegidas.
Asimismo, indicó que el próximo paso será la intervención del Parque Nacional Carrasco, en el departamento de Cochabamba y el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en el límite entre esa región y Beni; para ello, se llevaron a cabo las acciones previas de georreferenciación, para identificar el lugar exacto y la cantidad de superficie cultivada con coca y la socialización con las comunidades del lugar, porque hubo resistencia al ingreso de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
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Foto: captura de pantalla
“Siempre cuidando nuestras áreas protegidas, las reservas forestales, la Madre Tierra y el medio ambiente. Se ha priorizado la erradicación en las áreas protegidas, hemos declarado el Parque Amboró libre de cultivos de hoja de coca, la reserva Choré y para esta gestión estamos haciendo los esfuerzos para ingresaro en el parque Carrasco y el parque Isiboro Sécure donde en dos oportunidades hemos sufrido agresiones, que no han permitido que entre la FTC”, puntualizó.
El Viceministerio también identificó que los departamentos de La Paz y Cochabamba concentran la mayor cantidad de cultivos de coca autorizada y no autorizada. En La Paz hay 14.300 hectáreas de coca legal, mientras que en Cochabamba son 7.700 las hectáreas permitidas. No obstante, ambos departamentos presentan cultivos excedentes, especialmente en zonas fuera de los límites permitidos por la Ley General de la Coca (Ley 906). Se estima que la cantidad de plantaciones no permitidas asciende a las 3 mil hectáreas.
El Gobierno insiste en que la política de sustitución de la hoja de coca se aplica bajo los principios de respeto a los derechos humanos y en base al diálogo con las comunidades cocaleras, especialmente en el trópico cochabambino, donde las tensiones entre erradicadores y productores han sido frecuentes. “Estamos evitando confrontaciones y priorizando el consenso con los actores sociales”, aseguró Mamani.
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La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó el jueves 26 de junio el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de UNODC. Según el organismo internacional, Bolivia no presenta variaciones sustanciales sobre la superficie de cultivos de hoja de coca en relación con los otros dos países de la región, Colombia y Perú, identificados como poseedores de las extensiones más grandes de hoja de coca.
“El informe menciona que, a partir de las políticas implementadas, se ha estabilizado (la cantidad de) los cultivos de coca, que no ha sufrido un incremento como otros países productores de la hoja de coca, lo cual es un punto muy resaltante para nuestro país, porque nuestro modelo implementado incluye el control social donde el productor ejerce el auto control, para que no exista la expansión de los cultivos de la hoja de coca”, especificó Mamani.
El informe de la UNODC ratifica que Bolivia mantiene el tercer lugar en Sudamérica en superficie cultivada de hoja de coca, detrás de Colombia y Perú; pero, a pesar de la reducción mencionada, el organismo recomienda mejorar los mecanismos de trazabilidad de la hoja legal y fortalecer los programas de desarrollo alternativo con el objetivo de frenar la resiembra y ofrecer alternativas viables para las comunidades.
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La hoja de coca tiene un uso ancestral, cultural y medicinal en Bolivia, y su cultivo está reconocido por la Constitución Política del Estado. No obstante, su desviación hacia fines ilícitos continúa siendo uno de los principales desafíos del país en materia de lucha antidrogas. Con este panorama, tanto el Gobierno boliviano como los organismos internacionales coinciden en que la erradicación debe ir de la mano de un desarrollo integral, con participación comunitaria, inversión estatal y cooperación externa, para garantizar resultados sostenibles en el mediano y largo plazo.