La tierra del charango tiene muchos atractivos que son dignos de visitar
Sin dejar de lado ni faltarle el respeto a los elementos que dan vida al charango como maderas, huesos, cuerdas, conchas de caracol y a toda la historia del instrumento de cuerda más rico de la artesanía boliviana y el alma de la pasión aiquileña e hijo predilecto de este municipio cochabambino, hay muchos espacios y parajes que merecen ser recorridos.
Atractivos naturales, religiosos y patrimoniales se abren al turista como en un abanico a una altitud aproximada de 2225 msnm.
Aiquile se encuentra en un hermoso valle abrazado por los ríos, Santa Ana y San Juan, y es cuna de una población quechua de valientes habitantes que han sorteado muchos obstáculos a través de la historia y se enorgullecen de ser la capital mundial del charango con lo que han conseguido la atención de los turistas. Hoy quieren mostrar la otra cara del valle más allá de las cuerdas y el cuerpo contorneado del instrumento que los ha hecho famosos.
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Atractivos naturales
El río Grande es un caudaloso afluente que sirve como límite natural entre Cochabamba y Chuquisaca y donde se pueden desarrollar actividades como la pesca deportiva. En sus cercanías se encuentra unas cavernas de piedra rodeadas de naturaleza, generando un ambiente de ensueño para cualquier visitante.
A orillas del rio Grande, en la comunidad de Katariri, se encuentran pequeñas pozas de aguas termales, con propiedades curativas que ayudan a prevenir diversos males, como reumatismo y problemas respiratorios.
El árbol tricentenario es un majestuoso gomero (ficus elástica) que se encuentra en Zamora, con más de 300 años de vida, es imponente por su tamaño y color.
Atractivos turísticos
En el Museo Nacional del Charango se exhibe toda la trayectoria y los mejores charangos construidos año tras año, demostrando así el porqué Aiquile fue declarado Capital Nacional del Charango y la Feria y Festival del Charango declarada Patrimonio Oral e Intangible de Bolivia.
El Museo Arqueológico Regional tiene una gran variedad de cerámicas, telares, vasijas, kerus y utensilios de las culturas Omereque, Mojocoya y Yampara, que muestran la diversidad arqueológica de los pueblos que habitaban las tierras aiquileñas antes que los españoles.
La plaza Zenón Delgadillo tiene una enorme tradición histórica, cultural, recreacional, medioambiental y turística y se encuentra ubicada a los pies de la colina de San Sebastián, monte que está en el centro del pueblo y tiene directa relación con la Batalla de la Tenería. En el lado este de la plaza principal 20 de diciembre está el arco de ingreso al mercado central, único vestigio del pasado republicano de Aiquile.
El Museo Familiar La Casona de Virgilio Zapata y el Museo Arqueológico Privado de Caritas son dos importantes paseos de este valle escondido.
El puente colgante Arce de la época republicana y el Molino de Piedra de Novillero que data del tiempo de la colonia, junto a la Destilería del licor y la hacienda de Novillero reflejan el encanto típico de la época republicana, donde las casas de hacienda eran el sello visible de una región altamente productiva.
El Carnaval y Todos Santos sumados a las ferias de la chirimoya, de la cerámica, del cuero, de la naranja, del amaranto y de la quinua son celebraciones llenas de colorido y que el visitante no debe perderse
Fuente: eldeber.com.bo