Nuevamente elecciones

Manfredo Kempff Suárezmanfredo-kempff-2131Ya lo han dicho muchas personas y no dejan de tener razón: la democracia nacional se circunscribe al voto. Aquí se vota a troche y moche pero la institucionalidad decae cada vez más si se comparan las dos primeras décadas del retorno a la democracia con la época actual. No hay independencia de poderes, se viola la Constitución con prórrogas presidenciales, existen presos y exiliados por intrigas e inventos gubernamentales de separatismo y “magnicidio”, la ciudadanía vive en un caótico peligro ante la delincuencia, pero en Bolivia se vota. Y somos tan disciplinadamente convencidos o bobos los bolivianos que acudimos a las urnas estando perfectamente convencidos que existe una autoridad electoral ocupada de hacer trampa en favor del Gobierno.El mes pasado fueron las elecciones presidenciales donde la trituradora electoral del MAS, con todas las ventajas a su favor, se impuso holgadamente en el país, principalmente en el occidente. Sin la menor duda que la inconstitucional candidatura de S.E. fue determinante en el triunfo de los plurinacionales masistas. S.E. se ha convertido, quién lo duda, en el “hombre símbolo” de las muchedumbres. Un “hombre símbolo” que está en las antípodas del presidente Daniel Salamanca, quién, si no recordamos mal, recibió ese apelativo. Salamanca fue un hombre letrado, taciturno, sedentario, frágil, enfermo, mientras que S.E. es un campesino iletrado, fortachón, futbolista, que disfruta de los viajes y los muestra como la actividad más importante de su trabajo. Deplora el Palacio al extremo de que lo quiere convertir en museo para no estar ahí. Por el contrario, la vez que Salamanca salió de La Paz y se fue al Chaco para tratar de detener la hecatombe guerrera, los militares lo apresaron y lo hicieron renunciar. Mientras que S.E. viaja, juega fútbol, baila con las cholitas, se abraza con los milicos, come chicharrones y picantes, y gobierna desde los cocales, los cerros pelados o los “pahuichis” del trópico.Pues bien, ahora que S.E. no tercia en las elecciones regionales de marzo venidero (si pudiera ser candidato a gobernador o alcalde lo haría), es probable que la oposición, si actúa con inteligencia, pueda acortar las distancias que han dejado los comicios generales. Sólo achicar distancias, no ganarle al MAS de ningún modo. Y eso, justamente, porque S.E. ya no es el candidato. Ahora los candidatos son unos señores muy obedientes pero que algunos no arrastran electoralmente ni a su familia. En estos días S.E. está buscando postulantes “prestados” para gobernaciones y alcaldías en vista de que el MAS no ha gozado de buenos embarazos, de preñez normal, y luego de 9 años (debían ser 9 meses) ha parido grandulones con dientes, peludos ya, pero que piden teta y necesitan pañales todavía.De todos modos, en el altiplano y los valles centrales, no parece posible que existan desagradables sorpresas para S.E. Porque una victoria de Luis Revilla en La Paz no sería una sorpresa por supuesto. En la “media luna” la cosa puede ser distinta. (Alguna gente importante de Santa Cruz dice que la “media luna” no ha desaparecido ni mucho menos pese a los atropellos y persecuciones). En Santa Cruz, Rubén Costas y Percy Fernández no tienen quiénes les ensombrezcan el camino. Costas es un molesto y declarado enemigo de S.E. pero tiene mucho apoyo popular, y Percy Fernández es amigo de S.E. porque el alcalde cruceño es hombre abrazador y divertido, relajado por su poder, al que le importa un pepino que el masismo haga lo que quiera con tal que a él lo deje en paz. Así que si no estamos equivocados (en política nunca se sabe) en Santa Cruz el MAS no conseguiría nada muy apreciable. Algo similar sucedería en el Beni, con Ernesto Suárez que puede ponerle el tercer par de banderillas o la estocada final a la bella ex – miss Bolivia, si deja su consulado en Nueva York y viene a terciar, y Moisés Shiriqui, si candidatea para alcalde por Trinidad, gana pitando. Todavía queda por ver quiénes serán las figuras opositores en Tarija y Pando.El problema que puede repetirse es el de la dispersión de los votos opositores. Ya no afectará tanto como cuando en la elección pasada, se evitaban los dos tercios del MAS en la Asamblea Legislativa, que al final los logró. Ahora se trata evitar de que fuerzas minoritarias, como fue la Democracia Cristiana el 12 de octubre último, malogren los esfuerzos de quienes tienen posibilidades ciertas. Sabemos que en democracia todos tienen derecho a participar. Es cierto que en un Estado de Derecho los ciudadanos no piensan igual porque desvirtuarían la esencia democrática. Pero la unidad contra el adversario común es lo que se debe esperar y no más viboreo absurdo, caprichoso e inconducente.