El nombre de la reunión concluida en Tiquipaya (Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida) se parece mucho a los títulos rimbombantes que la dictadura soviética solía poner a sus eventos de pantalla, dato que reafirma la filiación ideológica pro-totalitaria de los regímenes auspiciantes.El cónclave cerró con la firma de una declaración prefabricada contra el “capitalismo depredador”, obviando que en la actualidad el principal emisor de gases de invernadero es el capitalcomunismo chino, modelo a seguir para la nomenklatura de Cuba y sus satélites latinoamericanos.El Manifiesto de Tiquipaya subraya el principio del “Vivir Bien”, sustentado teóricamente por el régimen evista, aunque en la práctica la consigna dominante en los círculos cleptocráticos de dicho gobierno sea el “Robar Harto”, como quedó en evidencia con el mega-latrocinio del Fondo Indígena, estimado en unos 700 millones de dólares.Otra hipocresía de la administración “plurinacional”, vertida por boca del mismísimo presidente cocalero, habla de “cuidar el planeta con el dinero destinado a la compra de armas”, afirmación completamente inconsistente con los ingentes planes armamentistas anunciados por el ministro de defensa Reymi Ferreira…[email protected]