Inmigración, Santa Cruz y el mundo

J DE DIOSJuan de Dios VillarroelDesde la oleada de latinoamericanos rumbo a España o a Estados Unidos, pasando por el republicano Donald Trump o la devastadora fotografía de Aylan Kurdi, el niño sirio muerto a orillas de una playa en Turquía, el tema de los inmigrantes ha sido motivo de conversación desde hace mucho tiempo.Primero que nada hay que entender que la migración se debe a la falta de oportunidades de trabajo o a remuneraciones insuficientes para costear las acciones cotidianas de cada ciudadano en su país de origen. Esto va más allá de mirar a una empresa o el anterior empleo, va directamente a los gobiernos de turno, autores de políticas abusivas que imponen bonos, aumentos de sueldo o trabas al emprendimiento personal.Todas estas imposiciones ignoran la prudencia o los cálculos personales que buscan la estabilización y el crecimiento de las inversiones, que logran mejores sueldos, calidad de vida y, sin duda, más empleos para todos. Cada una de estas políticas ‘sociales’ ocasionan retraso y más riesgo, generando el desinterés en nuevos inversores, ya sean locales o internacionales.La cultura es la segunda causa. La migración se dirige a lugares donde más se respetan las libertades de pensamiento y de creencia. Santa Cruz, Santiago de Chile, Estados Unidos o Alemania son ejemplos actuales. España cayó en el primer punto.Finalmente, la migración puede ser resuelta desde el propio país expulsor de población. Nuestro voto y nuestra opinión diaria son los reguladores instantáneos del Gobierno de turno, nuestras opiniones inciden en las instituciones y en el Estado, logrando un balance del poder.No consiste, en realidad, en pedirle cosas al Estado, consiste en finalmente quitarle esa decisión sobre nuestros proyectos de vida, dividiendo aún más el poder y empoderándonos nosotros bajo nuestros valores.Esa es la verdadera democracia, el individuo con su libertad de decidir.El Deber – Santa Cruz