Rosa Inés Ospina: «La corrupción es alarmante en países de América Latina»

 

ENTREVISTA
trabajadora social
militante de las ong estuvo en la redacción de el deber La trabajadora social colombiana llegó a Bolivia para participar en la rendición de cuentas de la ONG Unitas

Militante de las ONG estuvo en la redacción deEL DEBERLa trabajadora social colombiana llegó a Bolivia para participar en la rendición de cuentas de la ONG Unitas

Marcelo Tedesqui V. – [email protected]



La colombiana Rosa Inés Ospina, trabajadora social, tiene experiencia en el Estado colombiano con programas sociales especiales desde la Presidencia de la República por cerca de 15 años. Cuenta con trayectoria de más de 40 años de trabajo en Organizaciones No Gubernamentales (ONG), enfocadas en reivindicar los derechos de las mujeres y la lucha contra la corrupción .

Visitó Bolivia para apoyar el evento de presentación del informe colectivo de Rendición de cuentas de Unitas (Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social), que se realizó esta semana. Ospina accedió a una entrevista con EL DEBER ._ ¿Rendición de cuentas desde una ONG como Unitas?Unitas es parte de la red Rendir Cuentas. Estamos en siete países de América Latina. Las organizaciones de la sociedad civil se reunieron, acordaron un estándar y hacen ejercicios de rendición de cuentas a la sociedad de manera colectiva._ Los gobiernos observan el trabajo de las ONG, observan las fuentes de financiamiento, ¿cómo se enfrenta esa situación?Es importante entender que la responsabilidad de una organización civil no solamente es cómo recauda sus recursos y los gasta, sino también qué consigue con esos recursos, con quién trabaja. Todo eso es sobre lo que uno debe dar información, ser transparente, rendir cuentas.En ese sentido lo que pedimos es que los informes anuales expliquen cómo son su órganos de gobierno, cómo se eligen, como se controlan, cómo rotan, las actas de las reuniones, los balances y los beneficiarios._ ¿Esa es la forma que hallaron para responder a los cuestionamientos de algunos gobiernos como el de Bolivia?Absolutamente. Así fue como nos comenzamos a plantear este ejercicio. Y no solamente en gobiernos de izquierda, sino en aquellos que tienden a ser autoritarios. Le hablaré del caso de Colombia. Durante la gestión de Álvaro Uribe se empezó a señalar a las ONG diciendo que había algunas buenas, otras malas y otras inocuas. De pronto, nos mirábamos y nos preguntábamos en qué categoría estábamos. Ahí decidimos unirnos. Una acusación que nos hacen estos gobiernos es que lo que hacemos no está en las prioridades del plan de desarrollo, aquellas por las que la gente votó para que sus gobernantes hicieran. Con este ejercicio demostramos que eso es mentira. En todos los países, lo que las organizaciones hacen es precisamente fortalecer aquello que son las prioridades de la gente.Lo que es verdad es que las ONG ponen en agenda aquello que los gobiernos no quieren: lucha contra la corrupción, la agenda de discriminación, la mala calidad de educación y el medioambiente._ ¿Y lo político? En Bolivia el Gobierno acusó a varias ONG de ser instrumentos de la derecha. ¿Hay ONG cuyo objetivo es influir en la estabilidad política de los países?Hay de todo, creo que la sociedad civil es absolutamente diversa y por supuesto que nosotros nunca podríamos decir que hay una sola clase de organización. Esa es una de sus riquezas, además de la que le mencionaba, que es poner temas en la agenda. Siento que los gobiernos, de derecha y de izquierda, son cada vez más autoritarios y acusan a la sociedad civil de lo mismo. Aquí pueden acusar a las ONG de defender intereses de la derecha, en mi país nos acusan de estar al servicio de la izquierda. Las ONG no creo que se presten para agarrar agendas de derecha o de izquierda para perjudicar a un gobierno. Qué es político, aquello que nos permita participar en las decisiones que nos competen, todos debiéramos ser seres políticos, no solo votar. Las ONG tienen participación política en ese caso, pero no son partidistas, eso es muy importante. Nos dicen que apoyamos a la derecha, a la izquierda, a la oposición…_ ¿Al imperio ?Lo iba a decir, pero no me atrevía. En Colombia nos acusaban de apoyar la escuela de la corriente chavista que venía de Venezuela, siempre al que se opone tratan de desacreditarlo acusándolo de que apoya alguna postura partidista particular. Eso no es real._ ¿Cómo ve usted el tema de la lucha contra la corrupción pública?Le hablo a nivel general. No sé si hay ahora más corrupción que antes, lo que tengo claro es que hoy en día la corrupción es grave, galopante, alarmante, está asociada a maneras de asumir el poder, descentralizarlo y también asociada a eliminar pesos y contrapesos. El corrupto decide serlo, primero porque le trae beneficio, segundo porque casi tiene la certeza de que nadie lo hallará y tercero, porque cree que si es que lo pillan, no le pasará nada.Cuando eso se aplica al Estado, se resume en el hecho de que aquello que yo haga, entrando en la corrupción, así la gente lo vea, no me pasará nada. Encontramos de hecho en América Latina una tendencia en los gobiernos a eliminar esos balances, los pesos y contrapesos, a debilitar la justicia y por lo tanto no pasa nada con los corruptos._ Lo que describe se escucha graveY algo más grave es volver a la concepción de que el fin justifica los medios. Al final, si yo estoy haciendo un buen gobierno, qué importa si pongo la plata pública a mi acomodo; eso lo hallamos en muchos países. Para sacar adelante las políticas públicas puedo favorecer a mis amigos, o cerrar los ojos y dejar que roben. No es que yo acumule, sino que nombro a alguien que se hará rico, aunque no me pase plata a mí, o me la pase. La segunda conclusión es que no hay pesos y contrapesos, la justicia se debilita, y el tercer elemento es todo vale, el fin justifica los medios. Al final, si es que todo explota, terminan pagando mandos medios, los que tienen menos influencia. Como conclusión, muchos gobiernos suscribieron tratados y convenios internacionales contra la corrupción, pero esos países no los cumplenFuente: eldeber.com.bo