“Narcos” operan hoy con fábrica móvil en provincias

Con una técnica nueva aprendida en Colombia, logran la droga en sólo dos horas.

Linchamientos con sombra de droga.

Estrategia | El narcotráfico expande peligrosamente sus tentáculos hacia los valles alto y bajo de Cochabamba, con una nueva técnica que les permite desplazarse de un lugar a otro para despistar a la fuerza antidrogas



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Una patrulla antidrogas durante la incautación de un molino casero. | Fotos: Felcn Cochabamba

Los Tiempos

Eliana Ballivián

El gigante de mil cabezas, que es el narcotráfico, ha encontrado una novedosa y rápida manera de producir pasta base de cocaína, una técnica que, según entendidos en la materia, la trajeron desde Colombia hasta El Alto, de La Paz, y desde allí se trasladó hacia las provincias más alejadas de Cochabamba, donde el Estado no ha sentado su presencia por falta de controles.

Fuentes policiales y judiciales aseguran que especialmente en los valles de Cochabamba se registra un incremento notable en producción de pasta base de cocaína en los últimos años y se ha hecho evidente desde hace algunos meses.

“La producción de drogas ha penetrado muy notoriamente especialmente en las provincias alejadas de Cochabamba, ya que los productores se han dado modos para implementar unas fábricas móviles que se mueven de un lado a otro con mucha facilidad, que dificultan el control y simplifican el proceso de producción de pasta base”, dijo un policía antidrogas, que pidió guardar su nombre en reserva.

“Así, resulta difícil seguir sus pasos, porque estas fábricas no dejan mucho rastro”, agregó.

“La expansión del narcotráfico como fuente de ingresos especialmente del sector rural y su proximidad con rutas que conectan Cochabamba, Sucre y Santa Cruz, es un hecho”, aseguró recientemente el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Milton Sánchez, cuando reportó un operativo que realizó la fuerza antidrogas este viernes pasado, donde de seis operativos cinco fueron precisamente en la ruta antigua Cochabamba-Santa Cruz.

Ventajas

Además, la facilidad con la que estas fábricas pueden ser trasladadas, la comodidad para camuflarlas rápidamente y la ausencia del Estado en algunos lugares alejados está causando un efecto expansivo en la producción de droga en las comunidades de los valles del departamento de Cochabamba, según informó una fuente muy ligada a los comunarios del valle alto, donde este año destacaron dos casos de violentos linchamientos que, según investigaciones, podrían estar vinculados con el narcotráfico.

Es evidente, según las fuentes consultadas, que la posibilidad de fabricar droga de una manera más fácil en las provincias con estas “fábricas móviles” ha llevado también otros riesgos a las provincias cochabambinas, como la violencia. Así lo demuestran algunas investigaciones realizadas hasta ahora sobre los dos casos de linchamiento referidos.

Técnicas y peligros nuevos

Las “fábricas móviles” de cocaína han cambiado por completo el modus operandi de los narcotraficantes. Si antes se necesitaba unas 12 personas para producir la pasta base de cocaína y se tomaba todo un día para obtener algunos kilos de esta droga, ahora sólo se requiere de dos a tres personas y unos cuantos bidones de plástico para obtenerla tan solo en dos horas.

Uno de esos bidones contiene un molino rústico hecho de las aspas de un ventilador, que es utilizado para moler la coca seca, lo que ahorra bastante tiempo en comparación a las pozas de maceración, donde la coca debía ser pisada y a veces mascada y escupida.

Además, la gasolina pasó a reemplazar al kerosén, que se usaba como uno de los más importantes reactivos en la precipitación de droga. La gasolina acelera el proceso de precipitación del alcaloide que, una vez obtenido es trasladado a otro bidón plástico de entre 50 a 80 litros, donde se introducen otros reactivos para obtener la pasta base de cocaína.

En cuanto al microtráfico, el modus operandi también ha cambiado, dijo un policía antidrogas. Ahora, los narcotraficantes utilizan el “tubazo” (llamadas por celular) para hacer sus transacciones, especialmente en el área urbana.

Por sendas

Fuentes policiales señalan que los que trafican con drogas usan la carretera antigua a Santa Cruz para sacar su mercancía desde Yungas de Vandiola (provincia Carrasco).

La salida de la hoja de coca de Yungas de Vandiola es controlada por la Policía. Fuentes del lugar —que es un área casi inaccesible a la que sólo se puede llegar en vehículo y luego por caminos de herradura— aseguran que la coca ya no sale de allí porque es “rescatada” por narcotraficantes a un costo de 100 bolivianos por libra.

 

Linchamientos con sombra de droga

ANTE LA FALTA DE UNA DENUNCIA FORMAL, LA FELCN AÚN NO INVESTIGA ESTOS CASOS

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Policías retiran el cuerpo de sus camaradas linchados en Epizana, en febrero pasado. | Carlos López

Los Tiempos

Epizana y Matarani dos poblaciones a las que se accede por la ruta antigua a Santa Cruz tienen en común dos elementos: el primero, en ambos hubo un triple linchamiento; el segundo, existen sospechas de que el móvil de estos crímenes fue droga.

El 20 de febrero de este año, los policías Willy Álvarez Cuevas (34), Eloy Yupanqui Flores (29) y Carlos Ávila (24) llegaron a la localidad de Epizana, ubicada a 130 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, e instalaron una “tranca móvil”, para controlar el paso de los motorizados, según las primeras investigaciones. Horas más tarde, los tres fueron linchados por la población.

El hecho es investigado por cuatro instancias: el Ministerio Público, la Dirección de Responsabilidad Profesional de la Policía, la Fiscalía Anticorrupción y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), ya que hasta ahora no se llegó a establecer bajo qué órdenes actuaron esa noche los tres policías.

El rechazo a la presencia policial se debió, según declararon algunos testigos, a que éstos se han convertido en un incordio para los contrabandistas de motorizados indocumentados y narcotraficantes, ya que Epizana es un paso obligado para estas actividades ilícitas.

Por el “queso verde”

En el segundo caso, en Matarani, el supuesto robo de un perol de chichero de cobre, que tiene un valor calculado en hasta 4.000 bolivianos, resuena a pretexto para la movilización de por lo menos cinco comunidades del valle alto de Cochabamba (entre ellas Chacuyo, Sacabamba y Matarani) el pasado 20 de agosto para la comisión de un triple linchamiento.

David Alanes Franciscano, de 16 años; Daniel Moisés Quispe, de 25 años, y Jorge Flores Velarde, de 22 años, fueron víctimas de un brutal linchamiento y sus cuerpos no pudieron ser levantados por la Policía mientras sus familiares no firmaron desistimientos de iniciarles procesos.

Después del levantamiento legal de dos de los cuerpos (de los que se dijo fueron metidos en una fosa aún con vida) y tras haber encontrado el tercero, la Felcc de Cochabamba planificó una incursión sorpresa al lugar que dio por resultado la detención de ocho personas.

Ahí fue cuando comenzaron las revelaciones de los mismos comunarios que empezaron a presentarse voluntariamente ante los organismos policiales, sobre todo porque —dicen— no quieren verse vinculados al “queso verde” de 18 mil dólares, cuyo robo habría sido el verdadero móvil que originó los crímenes y que ahora es la preocupación de los comunarios.

El “queso verde” al que hacen referencia es una carga de pasta base de cocaína compactada que presuntamente los jóvenes linchados fabricaron meses antes en las comunidades de Matarani ayudados por “fábricas móviles” de cocaína. Una supuesta diferencia en la comercialización de la misma habría hecho que las víctimas hayan optado por “voltear”, con cómplices, la misma carga.

En la Policía, no hay denuncias sobre droga en el segundo caso, y la hipótesis se la conoce de forma extraoficial.