Fin de la era de las vacas gordas

vacasgordas Editorial El Nuevo Día.

Lo que se había anunciado como previsible está ocurriendo. La región está a las puertas de una etapa muy difícil en lo económico, político y social, según se desprende del “Balance Preliminar de las economías de América Latina y el Caribe”, presentado en Santiago de Chile esta semana, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). De acuerdo con esto, la crisis mundial ingresará a la región sin tocar las puertas ni hacer antesala. Obligará a los gobiernos a tomar medidas sensatas y oportunas para paliar los graves efectos que se ciernen. No sólo que habrá urgente necesidad de encarar con eficacia la implementación de medidas de estímulo de la demanda ante la caída del gasto privado, sino que también habrá que esperar el retorno a la normalidad de los mercados crediticios. De lo contrario, es de esperar efectos duros e indeseables.

Uno de los graves efectos que se esperan es el retorno de los elevados niveles de desempleo en la región. De hecho, se ha señalado que la desocupación alcanzará a cifras cercanas a los dos dígitos. Por otra parte, al haber desaparecido las favorables condiciones de mercado para las materias primas, sustento de la mayoría de los países de la región, el crecimiento económico experimentará sustanciales retrocesos o, como en el caso de algunos países, se expresará en niveles bajos en comparación a los años anteriores. Los efectos repercutirán también en las remesas que envían los emigrantes a los países de la región, mientras que los propios países verán un menor acceso -y con mayor costo- al financiamiento internacional.



La era de las vacas gordas está llegando a su fin, para dar paso a una etapa dura para los países latinoamericanos por la misma e incierta dimensión de la crisis financiera mundial. Ante el deterioro de los niveles distributivos, resulta sensato que se sigan los consejos de la Comisión Económica de la región para adoptar soluciones coordinadas dirigidas a enfrentar la crisis. Urgen medidas destinadas a impulsar la demanda y fomentar el comercio y la integración regional. En lo que nos atañe, el Gobierno debería prestar mayor atención al sector productivo exportador por la sencilla razón que constituye el sustento natural del intercambio comercial a nivel bilateral y multilateral, sin olvidar que la integración regional comercial se da sobre la base de acuerdos favorables para acceder a nuevos mercados.

Según el informe de la CEPAL, Bolivia crecerá a un porcentaje mucho menor que el anunciado por el Gobierno. Hasta ahora las señales del Ejecutivo hacia el sector productivo no son alentadoras, sino todo lo contrario. ¿Es así cómo vamos a encarar la etapa de las vacas flacas? No le vamos a quitar al Gobierno su derecho a presentar ciertas situaciones con un matiz político por cuestión de imagen, pero se hace necesario llamarle a la reflexión para que asuma medidas en bien del país y de los sectores que mantienen vigente el aparato productivo nacional. Una medida es brindar seguridad jurídica y apoyo concreto y efectivo.

El Gobierno debería prestar mayor atención al sector productivo exportador por la sencilla razón que éste constituye el sustento natural del intercambio comercial, sin olvidar que la integración regional se da sobre la base de acuerdos favorables para acceder a nuevos mercados.