Zelaya decide volver a Honduras y le advierten con baño de sangre

En una histórica sesión, la OEA suspendió al país centroamericano, que previamente se había retirado del organismo

Máxima tensión. La Iglesia Católica hondureña justificó ayer el golpe y pidió a la organización interamericana que “preste atención a todo lo que venía ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras”. Hasta el cierre de esta edición estaba previsto que Zelaya retorne cerca del mediodía de hoy acompañado por los jefes de Estado de al menos tres naciones sudamericanas. Varios representantes en la OEA trataban de persuadirlo de desistir para evitar la violencia.

image Sesión: el depuesto Presidente hondureño ayer en la OEA



La Prensa

Zelaya anuncia regreso tras la suspensión de su país de la OEA

LA IGLESIA LE PIDE QUE RETROCEDA PARA EVITAR UNA BAÑO DE SANGRE

Micheletti acusó a la OEA de interferir en su país y denunció una conspiración desde el exterior. El Secretario General de la OEA dijo que la seguridad de Zelaya no está garantizada en Honduras.

Washington / EFE.- El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, decidió retornar a su país hoy luego de que en una histórica sesión la Organización de Estados Americanos (OEA) determinara suspender a esa nación centroamericana del organismo como respuesta al golpe de Estado que tuvo lugar el domingo de la pasada semana.

La Iglesia Católica hondureña le pidió que no vuelva para evitar un “baño de sangre”.

Zelaya llegará a su país acompañado por el secretario general de la OEA, José María Insulza, junto a otras personalidades cuya representación y nombre no se confirmaron.

“He planificado mi retorno”, dijo el Mandatario en su intervención ante la XXXVII Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). “Vuelvo (…) porque necesitan la paz en mi país”, indicó ante los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Paraguay, Fernando Lugo, y los cancilleres del continente.

Por su parte, el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, según BBC Mundo, pidió al depuesto Mandatario que no regrese a la nación para evitar una ola de violencia.

“Un regreso al país en este momento podría desatar un baño de sangre. Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida. Hasta el día de hoy no ha habido ni un solo muerto hondureño. Por favor, medite, porque después sería demasiado tarde”.

La autoridad eclesiástica recordó a Zelaya que en el día de la toma de posesión como gobernante “citó tres mandamiento de la santa ley de Dios: no mentir, no robar, no matar”, y apelando a esos principios le solicitó que evite “acciones precipitadas”.

La jerarquía de la Iglesia Católica hondureña dio su respaldo al golpe de Estado del anterior domingo.

El cardenal Rodríguez apareció en las televisiones y emisoras de radio para dar su respaldo a las nuevas autoridades y asegurar que “los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, están en vigor legal y democrático de acuerdo con la Constitución de la República”.

A 24 horas del anunciado regreso, varios miles de seguidores del depuesto Presidente pusieron en escena una suerte de ensayo general de ese arribo, al manifestarse ante la terminal aeroportuaria con la quema de neumáticos.

Por su parte, el presidente de facto Roberto Micheletti acusó ayer a la OEA de interferir en su país y al secretario general del organismo, José Miguel Insulza, de ser “intransigente”.

En declaraciones por teléfono desde Tegucigalpa a Caracol Radio de Colombia, denunció que se teje una “conspiración desde el exterior” contra su Gobierno. El ex legislador pidió respeto “por la soberanía” y advirtió: “No vamos a permitir que nadie venga a imponernos nada. Somos un país soberano”. Zelaya, que fue advertido del peligro de su regreso, dado que puede haber enfrentamientos violentos, recordó que en principio iba a volver el jueves a Honduras, pero que pospuso su viaje para no interferir en las gestiones diplomáticas de la OEA para restituirle y restaurar la democracia y el estado de derecho.

Añadió que el “régimen del terror está vivo” en Honduras. “Está operando hoy en la noche”, en referencia al Gobierno que surgió del golpe de Estado y que está encabezado por Roberto Micheletti, y a las “represiones” que tienen lugar en ese país.

El depuesto Presidente dijo que rechaza enérgicamente el retorno de la fuerza por encima de la razón. “Si permitimos que una persona armada ultraje a un presidente, entonces qué hará en la calle”, se preguntó Zelaya, quien aseguró que Honduras lleva soportando “seis días de represiones continuas” y “el pueblo está sufriendo y está angustiado”. El depuesto Mandatario recalcó que “la Presidencia dura un tiempo determinado” y que su objetivo no es otro que “defender a mi pueblo”, que vive en el tercer país más pobre de América Latina. Zelaya agradeció las muestras “multitudinarias” de solidaridad de aquellas personas que le apoyan en estas circunstancias, y aseguró que el nuevo Gobierno de Honduras está “aislado” internacionalmente, con organismos que han cortado o congelado su ayuda económica.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que la seguridad de Zelaya no está garantizada si regresa a su país, por lo que abogó por tratar de obtenerlas antes del nuevo Gobierno. “Existen riesgos, desde luego. Si me pregunta si es un regreso seguro, por supuesto que no lo es”.

Insulza indicó que “ningún hondureño puede ser extraditado” y, por ello, Zelaya “tiene el derecho de volver”.

Para Insulza, renuncia de Honduras a OEA no tiene efecto jurídico

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, afirmó ayer que la renuncia del Gobierno del nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, al organismo interamericano “no tiene efecto jurídico” porque este Ejecutivo carece de legitimidad.

“Como el Gobierno de Micheletti no está reconocido, es como si usted dijera que va a retirarse de la OEA; no tiene ningún efecto jurídico”, dijo Insulza a un periodista en declaraciones a Radio Cooperativa de Santiago de Chile. “Es un Gobierno —agregó— que para los otros 34 países miembros y para la comunidad internacional no existe jurídicamente”.

Adelantándose a la resolución emitida anoche, el viernes, la vicecanciller interina, Martha Alvarado, acompañada por el presidente interino, Roberto Micheletti —designado por el Congreso después del golpe de Estado contra Zelaya—, anunció que “(Honduras) renunciaba a la Carta de la OEA.

Esto tras rechazar el ultimátum de esa organización para restituir a Zelaya y la amenaza de uso de la fuerza de algunos estados.

El Secretario General de la OEA aseguró que si bien no se puede comparar la situación de Honduras con otros regímenes como el de Augusto Pinochet en Chile, “de todas formas se está frente a un golpe de Estado”, ya que se sacó por la fuerza a un presidente elegido democráticamente. Incluso si se llegasen a efectuar elecciones anticipadas como anunció el régimen de facto, la OEA no reconocería a las autoridades electas, convocadas por un Estado con administración ilegítima. Insulza añadió que durante su viaje al país centroamericano recibió a decenas de diplomáticos, líderes políticos, dirigentes sociales y sacerdotes, pero no se planteó en ningún momento reunirse con Micheletti para no validarlo. “No tengo ninguna posibilidad de hacerlo porque la asamblea desconoció a ese Gobierno y, por lo tanto, haberme entrevistado yo con él habría significado entregar algún gesto de legitimación que no era propio”.

En declaraciones al diario español El

País, el Secretario General de la OEA fue muy claro al establecer un diagnóstico sobre la situación: “Lo que ha pasado en Honduras es un muy mal ejemplo para la región. La idea del golpe, de un grupo de militares que expulsa por la fuerza a un presidente, era ya una cosa muy poco frecuente”.

33 votos definieron postura

Con 33 votos, la Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió la participación de Honduras en el organismo como respuesta al golpe de Estado que despojó de su mandato democrático a Manuel Zelaya la madrugada del anterior domingo.

Ésta es la primera vez desde la firma de la Carta Democrática Interamericana en 2001 que los países miembros de la Organización de Estados Americanos deciden suspender a un Estado miembro, aunque existe un precedente anterior con la exclusión de Cuba en 1962. Los países miembros del máximo organismo interamericano votaron a mano alzada la suspensión de Honduras con 33 votos afirmativos, informó el canciller argentino, Jorge Taiana, que presidió la XXXVII Asamblea General de la OEA.

Para aprobar la suspensión hicieron falta dos tercios de los votos, es decir al menos 24. A continuación, los Estados miembros aprobaron por aclamación la resolución que insiste en que Honduras deberá continuar cumpliendo sus obligaciones como miembro de la organización, en particular en materia de derechos humanos.

En este sentido, la Asamblea General de la OEA insta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a que continúe adoptando todas las medidas necesarias para la tutela y defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Honduras.

Por otra parte, encomienda al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, que junto a representantes de varios países debidamente designados intensifique todas las gestiones diplomáticas y que promueva otras iniciativas para la restauración de la democracia y el Estado de derecho en Honduras y la restitución del presidente Manuel Zelaya, de manera que pueda cumplir su mandato para el cual fue elegido democráticamente.

La resolución alienta además a los Estados miembros y a organizaciones internacionales a que revisen sus relaciones con Honduras durante el periodo de gestiones diplomáticas hasta la restauración de la democracia y el estado de derecho y la restitución del presidente Zelaya a su mandato democrático.

El canciller boliviano, David Choquehuanca, ratificó la solidaridad de su país con Zelaya y el pueblo hondureño y recordó que Bolivia en el pasado fue objeto de varios golpes de Estado que dejaron exiliados, desaparecidos que hoy aún se continúan buscando. Demandó a los presentes apoyar la restauración de la democracia.

Policía hondureña detiene a casi 100 nicaragüenses

La Policía de Honduras detuvo ayer a cerca de un centenar de nicaragüenses que, al parecer, llegaron al país para apoyar manifestaciones a favor del regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya, informó ayer una fuente oficial.

Un portavoz de la Policía dijo a Efe que la mayoría de esos nicaragüenses, “más de 70”, fueron detenidos en los últimos dos días en el sureño departamento de Choluteca, mientras que el resto fue capturado en Francisco Morazán, que abarca a Tegucigalpa, La Paz, El Paraíso y Olancho, regiones en el centro y oriente del país.

Agregó que en Tegucigalpa se detuvo entre el jueves y viernes a unas diez personas de la misma nacionalidad que estaban “alojadas en modestos hoteles” y se dedicaban a promover en barrios marginales la participación en manifestaciones para exigir la restitución de Zelaya, para lo que “al parecer ofrecían dinero”.

El viernes, ciudadanos nicaragüenses llegaron a los puntos fronterizos con Nicaragua de Las Manos, La Fraternidad y Guasaule para sumarse a algunas protestas de hondureños a favor del destituido Mandatario, según informaron medios locales de prensa.

El portavoz de la Policía dijo que las autoridades de la Dirección de Migración y Extranjería han comenzado a deportar a los nicaragüenses capturados que, en su mayoría, “no han podido demostrar las razones por las que habían llegado al país”. “Algunos alegaron —agregó el informante— que eran comerciantes, pero no pudieron demostrarlo”.

El proyecto del Gobierno

La nación centroamericana es gobernada de facto tras el golpe del pasado domingo.

En sus ciudades existen manifestaciones de rechazo y apoyo al nuevo régimen.

Presidentes de diferentes países de la región y el mundo condenaron el hecho.