Los sabuesos pelean sus espacios en la asamblea plurinacional

Los cacicazgos están exigiendo su tajada de la torta. Surco, enjugando algunas lágrimas por su esposa, se fue a la campaña, quiere ser senador.

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Fidel Surco (der), cuya esposa se encuentra en terapia intensiva, tras derramar algunas lágrimas para la Tv, corrió para estar junto a Evo en la proclamación del binomio oficialista, ayer.



El liderazgo de Evo Morales dentro del MAS es indiscutible pero en el seno de su partido se mueven en forma subterránea muchos intereses y corrientes que en forma cotidiana se enfrentan por ganar espacios de poder y resultar más agradables a los ojos del “jefazo”.

Esta situación se ha hecho más evidente en la antesala de un nuevo proceso electoral ya que los innumerables cacicazgos están exigiendo su tajada de esa exquisita torta que es el poder. No es novedad que los dirigentes del MAS son bastante quisquillosos cuando se trata de preservar sus espacios de poder y que permanentemente hacen todos los esfuerzos para acrecentarlos.

La situación dista mucho de ser una taza de leche dentro del partido gobernante a pesar de que se quiera mostrar lo contrario en actos públicos. Se comenta que la anterior semana, la dirigente cocalera Leonilda Zurita tuvo un fuerte cruce con Sacha Llorenti a quien acusó de querer distanciar a Evo de sus bases.

Se sabe también que no es el único altercado que tuvieron representantes de dos corrientes masistas; la primera formada por los dirigentes primigenios surgidos de las bases cocaleras y la segunda por quienes se arrimaron al MAS cuando este ya era un fuerza política de consideración.

Los dirigentes de base consideran que el núcleo palaciego cuyas cabezas más visibles son el vicepresidente Alvaro García, el ministro Juan Ramón Quintana y el propio Sacha Llorenti han tendido una especie de cerco en torno a Evo Morales desplazando a los fundadores del MAS.

Esto ha ocasionado que emerjan dos corrientes: una que quiere otorgar primacía en la conducción del MAS a las llamadas “organizaciones sociales” y otro, precisamente el palaciego, que apunta a consolidarlo como una estructura partidaria en los moldes clásicos.

Las pugnas de estas dos corrientes se están reflejando en la elaboración de las listas de candidatos para la Asamblea Legislativa Plurinacional. La corriente de fundadores considera que estos debieran ser definidos en una reunión nacional de las organizaciones sociales. En cambio, los “palaciegos” prefieren que las resoluciones sean adoptadas por el entorno más influyente.

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A los “palaciegos” no les resultó fácil imponer a Alvaro como acompañante de fórmula de Evo ya que el grupo de cocaleros y las “organizaciones sociales” habían pensado en Leonilda Zurita, la dirigente de las “bartolinas” quien reuniría tres requisitos: es cocalera, indígena y mujer, y pese a su metida de pata al decir que las mujeres (masistas) son incapaces y por eso deben ceder espacios a los hombres, hay gente que la apoya.

Sin embargo, una vez oficializada la fórmula, Isaac Avalos se encargó de remarcarle a Alvaro García que era candidato por decisión de las “organizaciones sociales” y no por la gran lucidez e inteligencia de la que se jacta.

Paralelamente se está mostrando que un gran número de dirigentes de las organizaciones sociales, ya se ha cansado de esta condición y no ocultan que les gustaría mucho asumir el papel de parlamentarios.

Andrés Villca, el dirigente de los cooperativistas mineros, que no suelta el guardatojo ni para entrar al baño, ya ha señalado que pretende postularse a una senaturía por Oruro. Fidel Surco (ahora en el papel de víctima) lo haría a una senaturía por La Paz y Leonilda Zurita por Cochabamba.

Los dirigentes de las “organizaciones sociales” ya han manifestado que no aceptarán que invitados (estos es, arrimados) se postulen en las listas oficialistas lo que ha puesto muy nerviosos a los masistas de última hora y susceptibles a «los sin miedo» del alcalde paceño.