Tontamente


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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Fútbol y política

  2. Bajo el Penoco, El Día: Gastos reservados

  3. Los Tiempos: LA POLICÍA BOLIVIANA EN LA ENCRUCIJADA

  4. El Deber: ‘Estampas’ ciudadanas

  5. La Razón: La autoevaluación

  6. Cambio: Estabilidad macroeconómica

  7. La Prensa: Una solución para el fútbol

  8. El Diario: Política social del Gobierno y conflictos

  9. El Mundo: Tontamente

  10. Opinión: Urgencia de mayor gestión pública

  11. Clarín, Argentina: Ley de protección de la mujer


El Día: Fútbol y política

Bolivia tiene “buenos” dirigentes del fútbol, aunque el fútbol boliviano esté en los últimos lugares del ranking de la FIFA. Lo mismo se puede decir de los políticos. Son muy buenos. ¿Dónde más una clase política dominante es capaz de aprobar cinco leyes fundamentales de un Estado en menos de seis meses? Que Bolivia sea uno de los países más pobres y con los niveles de corrupción más altos del continente es harina de otro costal.



Cuando los dirigentes de los clubes bolivianos se pelean con uñas y dientes por conducir las instituciones futbolísticas nacionales, da la impresión de que la disputa se estuviera produciendo en Alemania o Inglaterra, por citar a dos gigantes del balompié mundial. En esos países seguramente la “productividad” del deporte se mide en el número de medallas per cápita obtenidas en un año o por la cantidad de nuevas figuras juveniles proporcionales a la población, que son lanzadas al estrellato anualmente. Esos deben ser los parámetros que se toman en cuenta para medir también a los dirigentes deportivos.

Y lo mismo pasa en política. En los países medianamente serios, un buen político es que el promete bajar los impuestos y lo cumple; o el que reduce en un par de puntos la tasa de desempleo, ayuda a incrementar las exportaciones y se convierte en un agente de atracción de inversiones. Sólo en naciones como Bolivia –que hay muchas desafortunadamente, pero cada vez menos–, todavía no existe conciencia ciudadana sobre estos aspectos básicos y por eso es que tenemos políticos tan excelentes, es decir que acumulan liderazgo, se sostienen en el poder y hasta desarrollan una trayectoria en base a malos resultados. Igualito que el fútbol. ¿Quién dijo “atrasismo”?

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Con todo ello, Bolivia consiguió el mayor logro de clasificar al Mundial en 1994, conquista que nos mantiene a todos en las nubes de la ilusión hasta el día de hoy. Pero vea qué casualidad la que se dio en ese momento. Justo había llegado a su madurez la mejor generación de futbolistas formados por un emprendedor netamente privado, Rolando Aguilera Parejas. Esa camada de jugadores fue a dar a las manos de Xabier Azkargorta, un entrenador que consiguió trabajar en paz y tranquilidad con el equipo, debido a la suspensión del torneo de la Liga boliviana por un conflicto entre jugadores y dirigentes. En otras palabras, gracias a la no intervención ni de los políticos ni de los dirigentes del fútbol, Bolivia pudo llegar a la mayor cita futbolística. Murió Roly Aguilera, nadie más se encargó de formar nuevas figuras y retornamos a nuestra realidad. Lamentablemente, no se ha dado una casualidad comparable a esa en el plano de la política, aunque hay quienes dicen que Bolivia está viviendo los mejores años de su historia en materia económica gracias a la coyuntura de los precios internacionales y casualmente, los mismos políticos de siempre se encargarán de que muy pocos noten ese período de bonanza.

De todas formas, no es mala noticia el hecho de que no se haya producido la anunciada intervención gubernamental de las instituciones futbolísticas bolivianas. Nadie quiere imaginar el resultado qué se podría obtener si metemos a dirigentes y políticos, mezclados, a conducir el fútbol nacional.

El fútbol tiene buenos dirigentes, que se aferran a las instituciones, pero los resultados futbolísticos son pésimos. Es igual en la política.

 

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Bajo el Penoco, El Día: Gastos reservados

De acuerdo a una investigación que está en poder de la Corte Suprema de Justicia, entre 1990 y 2002, la famosa cuenta de “gastos reservados” manejó alrededor de 250 millones de dólares; es decir, unos 19 millones por año, 53 mil dólares por día y 2.195 dólares por hora. Todo ese dinero era manejado por el Ministerio de Gobierno y tenía múltiples usos. Desde “colaborar” con algún parlamentario para que ablande su conciencia en la aprobación de una ley; ofrecerles “viáticos” a los dirigentes campesinos cuando accedían a desbloquear un camino, hasta otorgar “bonos” especiales a militares y policías y por supuesto, costear gustitos aparte de uno que otro ministro. Pese a que ya no existe la bendita cuenta, nadie puede asegurar que esos mismos gastos no se estén haciendo en la actualidad (de carne somos). Y si vamos a comparar, un minuto de vuelo del nuevo avión presidencial  llegará a costar 102 dólares. Pongámosle pluma, avioncito más otros gastos, más las entradas al estadio, la cerveza y demás, por lo menos los anteriores dejaron plata para un albergue de niños.

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Los Tiempos: LA POLICÍA BOLIVIANA EN LA ENCRUCIJADA

Ha llegado la hora de que la institución policial se reforme estructuralmente y se adecue al Estado autonómico que queremos construir

Muchas veces hemos sostenido -desde hace mucho tiempo y en consonancia con otros medios de comunicación y organizaciones que trabajan en la sociedad- que la Policía Boliviana debe ingresar en un proceso de profunda transformación y ya no ser sometida a políticas de retoque (alrededor de 16 desde que se recuperó la democracia en 1982) que no hacen más que evitar que cambie.

Es cierto, empero, que es fácil sugerir la transformación de la Policía pero no lo es ejecutar este proceso. Hay demasiados intereses en juego que se afectaría con una acción de esta naturaleza. Además, no hay que olvidar que la Policía es una corporación armada, que reúne en su seno organismos de control, inteligencia y represión. Por tanto, no se debe desestimar la posibilidad de que si de veras se procede a un cambio radical, habrá muchos cuadros formados que resistirán tal decisión.

Lo deseable sería que esta reforma pueda estar bajo responsabilidad de sus mandos. Pero aparentemente es de tal magnitud la crisis que sufre que es imprescindible actuar desde fuera. Una oportunidad para comenzar ese proceso se presentó en la reforma constitucional. Empero, los representantes del oficialismo -con el silencio cómplice cuando no la aprobación de amplios sectores de la oposición- prefirieron no tocar esta organización (como tampoco se lo hizo con las Fuerzas Armadas) por el cálculo de que necesitarían ambas instituciones para mantenerse y reproducirse en el poder.

Pero, la acción policial en diferentes hechos que han concluido con saldo de muertes, intentos de linchamiento y sólidas denuncias de corrupción ha repuesto el tema de su reforma en la agenda pública y el propio presidente ha sentenciado que si el mando de la entidad no procede a ejecutar su depuración, él se verá obligado a atender este tema más.

Esta declaración, además, no parece ser dicha sólo al calor de una sesión de balance de gestión. La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, cuya identificación con el actual Gobierno es total, ha emitido un informe acusando a la Policía de ser la entidad estatal que más viola los derechos humanos en el país, lo que puede constituir, efectivamente, una señal de que el primer mandatario se ha convencido de la necesidad de transformar a la Policía.

El desafío es grande, porque este cambio debería tener como meta que esta entidad cumpla el mandato constitucional de defensa de la seguridad ciudadana y no -como en todos los actos del actual Gobierno- cómo la entidad puede ser subordinada a los intereses de quienes circunstancialmente ejercen el poder, peligro aún más fuerte cuando se observa la actuación errática de una oposición que, hasta ahora, no ha sabido diferenciar, como el Gobierno, entre sus intereses y los de la sociedad.

Por lo señalado, parece que ha llegado la hora de que la Policía Boliviana se reforme estructuralmente y lo que corresponde es que en ese proceso haya amplia participación de la sociedad a través de sus gobernaciones y municipios para hacer que recupere realmente la confianza ciudadana, se adecue al Estado autonómico que queremos construir y no se convierta en un órgano de represión política más.

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El Deber: ‘Estampas’ ciudadanas

En recientes y sucesivas entregas, este medio de comunicación ha mostrado algunas ‘estampas’ que, gráficamente, retratan los problemas urbanos y comportamientos ciudadanos que permiten establecer, de cierto modo, por qué están tan alteradas y maltrechas las condiciones que son requeridas para el buen vivir en Santa Cruz de la Sierra. Que se pase aviso si hay en la actualidad, y al menos entre las del ‘eje central’, otra ciudad en el país donde, por diversas circunstancias, se vive en peor situación que en la nuestra, una urbe que hace largo tiempo, probablemente el que demandó su acelerada y caótica transformación, entre otras cosas, perdió el casi conventual clima de tranquilidad que le caracterizaba y el respeto que le debían los cruceños y también los no cruceños que así reconocían a la ciudad que les proveía cobijo y hasta los medios indispensables para hacerle frente a la vida.

No hace mucho comentábamos que el respeto al ciudadano forzosamente pasa por el respeto hacia la ciudad. O tal vez sea a la inversa o más bien corresponda plantear la premisa en otros términos, algo así como si no se respeta la ciudad, de qué respeto al ciudadano se puede hablar.

Aquellas ‘estampas’ de las que se hace referencia tienen que ver con un rosario de faltas que cometen, por acción u omisión, ciudadanos de condición diversa. Incluyendo aquéllos que se proclaman ‘cruceñazos’ de pura cepa y que se inscriben entre los violentadotes impenitentes y sistemáticos de las más elementales normas de la convivencia civilizada.

Las figuras de la incivilidad, del abuso y la prepotencia son harto repetidas. Como las que representa gente que estaciona sus vehículos donde mejor le viene en gana y no respeta otras señales de tránsito, como los semáforos. O aquélla que arroja desperdicios o hace sus necesidades fisiológicas en la vía pública. O la infamia que se traduce en el pintarrajeado de paredes o las bebendurrias al ‘aire libre’ que se siguen armando los fines de semana en algunas avenidas de la ciudad, como en la Busch o en la San Martín.

Otras formas de irrespeto a la ciudad se dan con el desaprensivo abandono de chatarra o la acumulación de escombros en calles, aceras y áreas verdes. Caso por demás ilustrativo aquel del carro fúnebre abandonado justo enfrente de la casa funeraria, sin que el propietario se mosquee para retirar el cacharro que parece haber echado raíces en el sitio.

Eso, que no es poco, para no hablar de transportistas y gremiales que tienen a la capital ‘ñuflense’ en un puño; los primeros principales responsables del creciente pandemónium en que se ha transformado la circulación vehicular y los segundos, del peligroso desborde y la suciedad e insalubridad de los mercados públicos.

Y así, sin suerte de solución, es penoso y lamentable observar a diario los cuadros de incivilización que se dan en esta ciudad nuestra que, a poco más de dos centurias de su fundación, presume de moderna, progresista y cálida en medio del irrespeto que se le hace objeto sin consideración alguna. Con una pizca de conciencia ciudadana puede cambiar la suerte de nuestra pobre y querida Santa Cruz de la Sierra.

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La Razón: La autoevaluación

Cuán importante resulta plantear evaluaciones, pero es determinante hacerles el debido seguimiento

Una de las principales falencias identificadas en la reunión del fin de semana es la poca inversión en las reparticiones gubernamentales, instituciones y empresas del Estado. Es curioso el justificativo de que la insatisfactoria inversión se deba a la escasez de equipos técnicos especializados que faciliten al Estado  la ejecución e inversión en un año como éste, en el que se dispone de 2 mil millones de dólares, a diferencia del 2005 cuando se utilizaba la cuarta parte de ese monto. Faltó, entonces, tomar previsiones en este sentido.

El presidente Morales remarcó su interés en activar la economía con la inyección de capitales en el área productiva. Ésta no es una improvisación del momento. Aunque todavía sin mayores resultados, el gobierno del MAS, sobre todo a partir de su segunda gestión, expresó su convicción de fomentar la productividad como fuente de generación de empleos.

Un tema que los medios de comunicación suelen esperar en este tipo de evaluaciones es el de los probables cambios de ministros; lo que, en términos periodísticos, se conoce como “crisis de gabinete”. Pues, esta vez, el Presidente no dio la mediática oportunidad de titular tal cosa.

Eso sí, que no haya decidido remover de sus cargos a ningún ministro no significa que esté satisfecho con los resultados alcanzados hasta ahora por todo su equipo. Al menos, su respuesta en este caso ha sido ambigua: por un lado, prefirió ratificar a los ministros y, por el otro, no dejó de admitir que existen debilidades en distintas oficinas públicas.

Tampoco deja de llamar la atención el clima enrarecido que rodea a las relaciones entre el Gobierno y los movimientos sociales; otrora un solo cuerpo en el instrumento político denominado IPSP. Ambos componentes no irradian aquella vieja imagen de indivisibilidad.

Poner en marcha la promesa de la producción; potenciar las empresas estatales; lo negativo de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, en materia de lucha contra la corrupción; el incremento de las Reservas Internacionales Netas; y, lo principal, la falta de una ejecución presupuestaria óptima, más el ajuste (no del todo reconocido) que se requiere en el equipo económico del Gobierno… Cuán importante resulta plantear evaluaciones, pero es determinante también el hacerles debido seguimiento para que la próxima vez no sirvan sólo para lamentar las metas incumplidas.

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Cambio: Estabilidad macroeconómica

Un Informe de Política Monetaria (IPM) presentado ayer por el Banco Central de Bolivia (BCB) sobre el comportamiento de los precios durante el primer semestre de este 2010 destaca el periodo de estabilización de precios en el país que, aunque con variaciones moderadas, se mantendrán a largo plazo en el marco de las políticas económicas aplicadas por el Gobierno del presidente Evo Morales.

Mientras la economía mundial continuó mostrando signos de recuperación —liderada por las economías emergentes y en desarrollo, a pesar de las tensiones financieras en algunos países europeos debido a problemas fiscales y el incremento del riesgo soberano—, América Latina muestra señales de recuperación, aunque diferenciada por países, en un contexto de alza moderada de los precios internacionales de productos básicos y políticas anticíclicas adoptadas frente a la crisis.

Sin embargo, el BCB puntualiza que se observa un repunte de la inflación en los países emergentes y en desarrollo, por lo cual las autoridades de algunos de ellos comenzaron a retirar gradualmente los estímulos monetarios y a incrementar sus tasas de política monetaria. No obstante de ello, las presiones inflacionarias se hallan bajo control y no constituyen un riesgo para 2010.

Y en ese contexto de recuperación de la actividad económica mundial, la inflación externa relevante para Bolivia muestra signos de recuperación desde marzo de 2009, con una variación interanual a junio de este año de 5,8%; eliminando las variaciones cambiarias, se halla en torno al 4,3%, como consecuencia de la estabilización del crecimiento de los precios en la mayoría de los socios comerciales.

En todo caso, este aumento en la inflación externa no ha representado presiones inflacionarias importantes para Bolivia debido a que significa una recuperación de los precios después del fuerte descenso durante la crisis internacional. Durante el primer trimestre de 2010, la economía boliviana se mantuvo en la senda de crecimiento, habiendo registrado una tasa interanual de 3,3%. El ente emisor asegura que en los últimos años la economía boliviana —al igual en que varios países de la región— ha experimentado dos fenómenos de singular importancia: el repunte de los precios internacionales de alimentos y combustibles entre 2007 y 2008, que incrementó los indicadores de inflación, y los efectos de la crisis financiera y luego económica mundial, especialmente en 2009, que redujo las presiones inflacionarias.

En ambas situaciones o escenarios, en coordinación con la política económica del Órgano Ejecutivo, las políticas monetaria y cambiaria fueron contracíclicas.

En el primer shock externo —periodo de mayor inflación—, la política monetaria fue contractiva, de tal manera que absorbió la liquidez excedente en la economía y contribuyó a disminuir las presiones inflacionarias.

A su vez, la política cambiaria, basada en apreciaciones graduales, atenuó las presiones externas en el nivel de precios; es decir, la denominada inflación importada.

En el segundo shock externo, periodo de crisis mundial, la política monetaria fue expansiva con el objetivo de contribuir a estimular la demanda interna y devolver a la economía la liquidez absorbida anteriormente. La política de estabilidad cambiaria atenuó la transmisión de las volatilidades cambiarias especialmente de países vecinos, preservó la bolivianización de la economía —mayor uso de la moneda nacional— y la estabilidad financiera.

En este marco, las políticas económicas aplicadas permitieron que la economía boliviana haya tenido un buen desempeño económico en medio de la crisis, la variación de los precios ha disminuido, el sistema financiero se ha mantenido sólido y goza de la confianza del público, y la bolivianización se ha profundizado.

Es decir, la política anticrisis fue congruente con el bajo grado de vulnerabilidad de nuestra economía, aspecto que fue resaltado por organismos internacionales. El enfoque pragmático aplicado actualmente es parte de las reflexiones sobre la nueva macroeconomía en cuanto a que la estabilidad de precios debe ir acompañada de estabilidad financiera y crecimiento económico, como estipula la Constitución Política del Estado.

Asimismo, en las discusiones de política económica en foros nacionales e internacionales se reconoce que los bancos centrales deberían reconocer la estabilidad cambiaria como parte de su función objetivo, y que el mayor uso de las monedas nacionales daría mayor campo de acción a la política monetaria.

También se infiere que la acumulación de reservas internacionales permite mantener bajo control las cuentas externas y da un mayor campo de acción a la política cambiaria. Y esto es precisamente lo que hizo Bolivia a través de su ente emisor.

Y pese a que la crisis financiera internacional todavía no ha sido superada por los problemas financieros y fiscales que atraviesa la Zona del Euro y a que la recuperación de la economía mundial es aún débil y diferenciada por países y regiones, y aunque se mantienen las perspectivas de crecimiento moderado, en el entorno nacional se observa que —luego del descenso pronunciado del ritmo de variación de precios o desinflación— se ha iniciado un periodo de estabilización, el cual, en términos de la trayectoria histórica, implica una convergencia hacia la meta de mediano plazo del 4%.

En este sentido, el BCB apuntala la estabilidad macroeconómica, en especial de la baja inflación, y de la estabilidad financiera, dentro de un marco de apoyo a la actividad productiva, de manera de contribuir al desarrollo económico y social del país.


El BCB apuntala la estabilidad macroeconómica, en especial la baja inflación y la estabilidad financiera, dentro de un marco de apoyo a la actividad productiva, de manera de contribuir al desarrollo económico y social del país.

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La Prensa: Una solución para el fútbol

La solución debe buscarse a través de un proceso que no será inmediato, pero que deberá incluir un solo objetivo: el desarrollo del fútbol boliviano.

Finalmente Carlos Chávez, actual presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), logró la reelección de esta importante institución nacional responsable de la organización futbolística del país y representante de Bolivia ante la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el gigante que dispone del destino mundial de este popular deporte.

Previamente ?ante la posibilidad de una intervención del Estado? el señor Chávez había logrado un aparente acuerdo con quienes se oponían a la prolongación de su gestión, suspendiendo las elecciones a cambio de un alargue de su gestión presidencial por 11 meses a la cabeza de la FBF, a fin de ?poner en orden la Federación?. Sin embargo, el día domingo, y ya ausente ?la oposición? que había retornado a sus respectivos distritos, el señor Chávez no tuvo ningún empacho para realizar el plebiscito aparentemente postergado, siendo nominado Presidente por otros cuatro años.

El recurso utilizado, con toda la carga de aparente jugarreta, parece ser legal dentro de las normas de la FBF, pues de otra manera habría sido inmediatamente apelada por aquellos que resultaron engañados con el aparente acuerdo arribado el día sábado. Sin embargo, todo este suceso, incluida la advertencia de la FIFA ante la amenaza de una intervención a la institución, muestra que la Federación es una entidad que no puede ser fiscalizada, pese a la alta carga de intereses de miles de personas que maneja. Ergo, quienes llegan a ella, lo hacen protegidos por una total impunidad.

En verdad, una mirada rápida a la gestión del señor Chávez nos muestra que su trabajo no ha dejado muchos beneficios para el deporte más popular de Bolivia, al contrario, está a punto de perder todo su patrimonio urbano ya que omitió el cumplimiento de sus obligaciones impositivas. Sin embargo, este tránsito ?cuesta abajo? de la actual gestión no parece ser una excepción en la vida institucional de la FBF. Todo nos lleva a pensar que simplemente la actual administración no ha hecho otra cosa que seguir un camino ya señalado hace varias gestiones administrativas que además se refleja en la situación por la que hace ya varios años transita el fútbol boliviano.

Tampoco creemos que una intervención del Gobierno nacional hubiera sido el remedio recomendable para encontrar las soluciones que todo el pueblo boliviano espera. En realidad, creemos que la solución del problema no vendrá a través de medidas draconianas, de ningún lado, todo debe buscarse a través de un largo y bien pensado proceso cuyas soluciones no llegarán de inmediato, pero que deberá encontrar un acuerdo en el que coincidan las propuestas e intereses de los clubes profesionales de fútbol con los proyectos gubernamentales para un mejor desarrollo humano, de manera de buscar un consenso en el que primen únicamente los proyectos a favor de un desarrollo del fútbol nacional.

Creemos que este camino no está vedado para nadie, es tiempo que los dirigentes de nuestro fútbol, incluidos quienes apoyan la gestión del señor Carlos Chávez y aquellos que hoy fungen de opositores, aúnen esfuerzos a favor del desarrollo de ese deporte, olvidando, sólo por un tiempo, los intereses privados que puedan impulsarlos.

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El Diario: Política social del Gobierno y conflictos

Cuando asumió el gobierno el señor Evo Morales, en enero de 2006, había la certeza de que los conflictos sociales se minimizarían, que las fuerzas sociales que se decía apoyaban totalmente al Presidente y su partido “estarían muy lejos de crear problemas y, al contrario, contribuirían a un clima de disciplina y trabajo productivo”. La verdad es que el país confronta, justamente durante el actual régimen, gran cantidad de conflictos porque los problemas menudean en forma alarmante.

Y no es que se pretendía que se producirían milagros con la asunción de quien, hasta ahora, tiene también la condición de dirigente sindical y que esa posición le daría amplio margen para contrarrestar cualquier reacción de grupos sociales que, se cree, lo apoyan incondicionalmente, sino que habría alguna lealtad y consecuencia de los dirigentes.

El país, debido a los conflictos sociales, vive en continua angustia y, además, desesperanzado de que se encuentren soluciones cuando en muchos casos lo que debería tener solución o remedio por largo tiempo, resulta simplemente con parches o remedios circunstanciales, solución momentánea y, al poco tiempo, recrudecen los problemas y hasta contagian a otros sectores que apoyan acciones como marchas, manifestaciones y otros extremos que nada solucionan y promueven mayor desorden y anarquía.

Las experiencias del Presidente y, con él, del país, son más que suficientes para ver que ningún remedio momentáneo es bueno; que ninguna acción no prevista ni remediada en su momento, mediante el diálogo y la concertación, pueden tener soluciones rápidas y definitivas. Esas experiencias muestran, además, que los conflictos son aprovechados por quienes buscan acrecentar los problemas, magnificar las reacciones y hasta “buscar víctimas” para que sirvan de bandera en pos de acciones extremas en perjuicio del Gobierno y de la población.

Lo lamentable es que se repiten errores en los que han caído, fácil y gravemente, gobiernos del pasado: conocer los problemas, esperar los conflictos y recién buscar soluciones que no son fruto del diálogo y del análisis sereno, honesto y responsable; para encarar lo importante – especialmente para algunos ministros y funcionarios faltos de experiencia y condiciones – es “remediar el caso como sea”, sin importar las consecuencias; otras veces, para “evitarle al Presidente contrariedades o que tenga que actuar personalmente”.

En la mayoría de los conflictos en que se pidió la presencia del Primer Mandatario, las soluciones han sido momentáneas porque nada se previó, no hubo el examen del caso y porque los remedios fueron escasos o hubo que proveerlos o tramitarlos y hasta “buscar ayuda externa” para hacerles frente, una solución que siempre resulta débil y provisional.

Levantar una estadística de los conflictos y problemas sufridos por el país con huelgas, paros, marchas, manifestaciones, boicots, actos de terrorismo como es el bloqueo y hasta muertes (donde no habría “ni un muerto”) sería muy largo y, además, condenatorio para el Gobierno y para organizaciones que no son propositivas y menos afectas al diálogo franco y constructivo, que sólo saben de los “mandatos de la masa” y que el Gobierno o quien corresponda “debe solucionar el problema sin importar tiempo ni costos ni consecuencias”. Esta realidad que se vive tan sólo por imprevisión, carencia de diálogo y mucho de improvisación, daña al Gobierno, resta credibilidad a las organizaciones sociales y perjudica gravemente al país.

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El Mundo: Tontamente

En declaraciones a los medios de comunicación, el presidente Morales ha manifestado que existen naciones que se someten ‘tontamente’ a los designios de otras que provocan acciones negativas.

Si bien la afirmación tan contundente la hacía el Presidente al referirse a la actitud colombiana con relación a la política de los Estados Unidos, la misma cae de perilla para referirse también a comportamientos que Bolivia ha estado asumiendo con relación a Venezuela que a pesar de distar mucho de ser otra potencia mundial, ha servido de modelo a cuatro países que lamentablemente, machan juntos a la deriva, inspirados por la Cuba de Fidel Castro que es otro modelo muy poco convincente.

De acuerdo con el planteamiento político implantado por el MAS en la nueva Constitución Política del Estado, Bolivia es un país autónomo y en ese sentido, vale la pena analizar el concepto que al parecer, fue recogido por el partido de gobierno por ser un término atractivo, pero que dista mucho de parecerse al sistema autoritario de gobierno y ‘tontamente’ parecido a lo que sucede en otros países, cuyos gobernantes los han llevado a la bancarrota, luego de haber sido modelo de desarrollo, por el auge económico del petróleo que no fue aprovechado en la forma debida.

El país que se ha convertido en modelo para el MAS, se prepara hoy para una guerra con su vecina Colombia, por la denuncia comprobada de que fuerzas de la guerrilla que agobia a ese país desde hace muchos años, se preparan y se pertrechan en territorio venezolano.

En realidad, la acusación no debería molestar al gobierno venezolano, ya que en muchas oportunidades, ha manifestado su simpatía por las FARC e inclusive su deseo de apoyarlas. La situación se complica cuando, además de su pensamiento político de extrema izquierda, las FARC muestran cada vez con más evidencia, su relación con el narcotráfico que se encargaría de abastecerlas y armarlas, con la condición de que faciliten su accionar en el territorio colombiano que mantienen bajo su control.

Paradójicamente, en estos días, el Presidente venezolano ha estado empeñado en mandar realizar algunas investigaciones con los restos del Libertador Simón Bolívar, de cuyo nacimiento se recordaban ayer 227 años.

Las investigaciones debían llevar a enterarse de las causas de la muerte del libertador, sobre la cual se mantienen algunas dudas; sin embargo, pensando en el sentimiento del Libertador, cuya lucha se centró en el deseo de mantener el continente unido, comenzando por la Gran Colombia (hoy Colombia, Venezuela y Panamá) la actitud de quien se dice permanentemente su admirador, no parece ir precisamente por ese camino.

En su deseo de captar popularidad, Chávez no vacila en posiciones que no son siempre las mejores, más aún pensado en que su declaratoria de emergencia bélica se realiza precisamente a pocos meses de que su adversario político tenga que dejar el gobierno, por el fenecimiento de su mandato.

Mientras algunas naciones latinoamericanas han estado pensando en respaldar la posición venezolana y asumir la misma actitud, en defensa de su aliado, otros países han mostrado su preocupación por la situación y se han brindado para actuar como mediadores de la situación y nos referimos especialmente a países miembros de Unasur, que han logrado ver la situación con la claridad suficiente para darse cuenta de que lo que median en la situación son las poses más que la convicción de que se trata de un acto de soberanía o dignidad, ya que como otro detalle digno de ser tomado en cuenta, las declaraciones del mandatario venezolano se realizaron en presencia del entrenador y ex astro del fútbol argentino Diego Armado Maradona, lo último que podemos pensar es que el estratega del fútbol hubiera aconsejado la medida.

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Opinión: Urgencia de mayor gestión pública

En una reunión de evaluación que ha sostenido el presidente Evo Morales con sus ministros, se ha llegado a la conclusión sobre la urgencia para incrementar la gestión pública y la necesidad que, a través de proyectos productivos y mejores servicios, el Gobierno se acerque más al pueblo.

Las reflexiones de los ministros junto con el Presidente del Estado Plurinacional, tienen relación al hecho de que existe un clima de descontento en algunas comunidades rurales por la falta de ejecución de obras. Por ello mismo, la recomendación del Presidente a los ministros ha sido que se adelanten antes de cualquier conflicto o llamada de atención de los movimientos sociales.

Más allá de las invocaciones a seguir trabajando sobre la base del modelo solidario y productivo y que a mediano plazo en el país se pueda ?vivir bien?, el análisis que ha realizado el Gobierno es importante en lo que toca a la gestión pública, es decir a la ejecución de obras.

En la reunión habría sino importante que el diagnóstico establezca cifras y estadísticas sobre la realización de obras en las áreas rurales en cuanto a servicio públicos, obras de regadío, hospitales y otras que tienen que ver  con el postulado gubernamental de que la gran mayoría de la población boliviana tiene que vivir en mejores condiciones.

Hace pocos días, un informe de las Naciones Unidas alerta sobre las desigualdades que existen en la región de América Latina y El Caribe, y señala a Bolivia como uno de los países más   desiguales. El informe deja una vez más en evidencia que las políticas económicas y sociales que se han ejercitado durante los últimos años no han dado resultado para mejorar las condiciones de vida de los bolivianos y especialmente de la gente que habita en las áreas rurales, donde se registran los mayores índices de pobreza y marginalidad. Nadie puede negar que lo que se ha hecho hasta ahora por mejorar la vida de los campesinos e indígenas es muy poco. Durante estos años de gestión del actual Gobierno, se han establecido líneas maestras para la inclusión social de estos sectores en la vida social y política del país, pero casi nada se ha avanzado en su inclusión económica, lo que significa en realidad, otorgarles   mejores  oportunidades de trabajo y apoyo a su producción agropecuaria.

Si por un lado está pendiente la ejecución de más proyectos y de mejor gestión a cargo del Gobierno, lo que está unido también a la vida de la población boliviana, no se puede soslayar el hecho de que las condiciones de vida en las áreas rurales están lejos de ingresar a ese postulado de vivir bien, pues se requieren planes de largo alcance para fomentar la producción agrícola y pecuaria y de fomento por parte del Estado. Mejorando la vida de los campesinos en sus lugares de origen se evitarían corrientes migratorias a las ciudades donde se forman cinturones de miseria con gente que ha sido expulsada del área rural por falta de condiciones de trabajo y por los fenómenos naturales.

A la autocrítica del Gobierno sobre falta de gestión pública y proyectos, habría que añadir el exceso de gestión política que ha descuidado atender los requerimientos de los sectores más necesitados. En una evaluación completa, el Gobierno debería aceptar que lo político ha sobrepasado los planes económicos y las proyecciones relacionadas a invertir recursos económicos en aquellos lugares más deprimidos del país y en general en proyectos que movilicen la economía nacional.

El Gabinete presidencial se ha dado  dos meses para mejorar la ejecución presupuestaria y buscar nuevos recursos para la inversión pública. Esto conlleva ajustes para aumentar la actual ejecución presupuestaria y para superar las trabas que se encuentran en la burocracia.

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Clarín, Argentina: Ley de protección de la mujer

La violencia de género tiene raíces profundas y su erradicación exige un compromiso para sancionar los actos de fuerza en todas sus modalidades, pero también incida en el cambio de patrones de conducta sociales. En este sentido, la reglamentación de la Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres es un paso importante, que se demoró 16 meses.

Pero, para que no quede en el campo declamativo, es imprescindible que este avance dote a los organismos de aplicación de los recursos necesarios para que la ley tenga operatividad.

Así, debe tenerse presente que el principal órgano de aplicación de la ley, el Consejo Nacional de las Mujeres, tiene una dotación de personal mínima y carece de partida presupuestaria para acompañar la puesta en vigor de la nueva norma.

También este cuerpo ha sido objeto de críticas por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil, por no ejercer el liderazgo nacional requerido en la lucha contra las diversas formas de discriminación y violencia contra la mujer.

Es imprescindible lograr que las autoridades de las provincias y municipios se sumen a la lucha contra la violencia de género, fortaleciendo la prevención y brindando instancias de contención a las víctimas.

Para esto, se deberán vencer resistencias provenientes de las ideologías patriarcales y autoritarias, que impiden o limitan el ejercicio de los derechos de las mujeres. Se trata de promover cambios en las conductas sociales para lo cual es necesario educación y aplicación estricta de la ley.

La reglamentación de la ley de protección de la mujer es un paso adelante en la lucha contra la violencia de género. Se requieren, además, cambios en las conductas sociales.

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