Índice de los Editoriales de Periódicos
-
El Día: Los modelos bolivianos
-
Bajo el Penoco, El Día: De la cría respondona
-
Los Tiempos: BOLIVIA ANTE EL RETO DEL NARCOTRÁFICO
-
El Deber: El gas como freno
-
La Razón: Por un trato digno
-
Cambio: Libertad de expresión
-
La Prensa: Angustioso SOS contra el abuso
-
El Diario: El turismo, una gran industria abandonada
-
El Mundo: Proyección
-
Opinión: Arica trinacional
-
Clarín, Argentina: Transparencia y acceso informativo
El Día: Los modelos bolivianos
Por más que uno sea un anciano camino a la decrepitud y el otro, un lúcido cincuentón que todavía corretea en las canchas de fútbol, nadie de los que estaba escuchando ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York, se atrevería a apostarle al segundo. El primero dijo hace unos días que el modelo de Cuba ya no les sirve ni siquiera a los cubanos y el otro, acaba de ponerse de ejemplo ante el mundo, al que le ha sugerido imitar las nacionalizaciones que ha encarado en Bolivia.
Lo de Fidel Castro fue un lapsus que lo traicionó, aunque los hechos que ocurren diariamente en la isla corroboran ampliamente lo que después intentó negar. Lo de Evo Morales es un intento por insultar la inteligencia de cientos de líderes mundiales que lo estaban escuchando y que, con seguridad, están mejor informados que el propio presidente Morales, de la nacionalización boliviana y sus consecuencias. También saben que a la hora de visitar Corea, prefirió la del sur y no la del norte.
Y así como están enterados del desastre en el que se transformó la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, los que miran el país desde afuera deben estar asombrados el caos discursivo que están asumiendo los principales referentes del Estado Plurinacional, que supuestamente está impulsando un socialismo a la cubana. Les debe caer media rara la explicación del vicepresidente García Linera sobre la incidencia del narcotráfico en la economía nacional, que ni le preocupa ni le conmueve, porque a decir de él, apenas representa el 3 por ciento del Producto Bruto Interno. Los brasileños, los chilenos y los argentinos, que andan quejándose por la avalancha de cocaína boliviana, seguramente están pensando que alguien no está haciendo bien los números en Bolivia, o a lo mejor de lo que se trata es de mostrar sólo la puntita del iceberg con el objetivo de esconder toda una tolerancia del régimen con algunos sectores ilegales de la economía.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Otros están también sorprendidos por el orgullo que demostró el otro día el vicepresidente García Linera por la Feria Exposición de Santa Cruz y con las inmensas sonrisas de los empresarios cruceños, neoliberales hasta los huesos, frente a los líderes que supuestamente pretenden destruir todo vestigio de actividad privada, nacionalizar empresas, expropiar y revertir. Estamos hablando de Expocruz, una muestra que resume los resultados que ha tenido en la región la aplicación de recetas del liberalismo económico y de donde nadie ha salido corrido por la presencia ni de Morales ni de García Linera, salvo claro, los que en algún momento pensaron y se atrevieron a decirlo, que los dueños de la plata también tienen derecho a opinar en política.
Ya nadie se sorprende por el caótico discurso político del MAS. En el Altiplano, el presidente Morales dice algo que no repite en los valles y que ni siquiera menciona en Santa Cruz. A veces afirma algo en un lado y se contradice algunos kilómetros más allá. La “plurinacionalidad” de Bolivia requiere esta gran flexibilidad y lo mismo puede pasar con relación al modelo económico, que a lo mejor terminan siendo varios. Estatismo combinado con economías ilegales, neoliberalismo por aquí y capitalismo de Estado por allá. Una suerte de modelo Ekeko, que aguanta todo, menos que otros hagan política.
La “plurinacionalidad” requiere flexibilidad en el discuro al igual que el modelo económico, que a lo mejor terminan siendo varios.
Bajo el Penoco, El Día: De la cría respondona
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, ha resultado de la “cría respondona” y está comenzando a meterse en problemas con este régimen que no aguanta disenso ni en broma. Hace algunas semanas, el Comandante de la Policía lo amenazó con enjuiciarlo por poner en duda la actuación de los uniformados en la represión de Caranavi. El Defensor tuvo que bajar el tono, aunque después se comprobó que uno de los manifestantes recibió siete disparos. En el caso del linchamiento de los policías en Uncía, Villena también tuvo una actuación bastante incisiva y recientemente ha estado reclamando que las investigaciones van muy lentas. El fiscal del Distrito de Potosí, Sandro Fuertes, quien le debe el cargo al mismo Gobierno que pidió tolerancia con aquellos campesinos de los ayllus potosinos que asesinaron para proteger a los contrabandistas de autos, ha amenazado con denunciar por desacato al Defensor. Que no hable, que no señale, que no critique, que no vea, ni escuche. Si más apura, al Defensor le van a querer aplicar la Ley contra el racismo, como quieren hacer con los medios de comunicación.
Los Tiempos: BOLIVIA ANTE EL RETO DEL NARCOTRÁFICO
No es la precisión de las cifras lo más importante, sino el reconocimiento de que la cadena de la droga es parte sustancial de la economía nacional
El vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, ha tocado recientemente un tema que las autoridades gubernamentales -de éste y de todos los anteriores gobiernos- solían eludir. Ha hablado sobre la influencia del narcotráfico en la economía nacional, rompiendo así un tabú. Y ese en sí mismo es un buen paso, pues abre la posibilidad de que todos los bolivianos, gobernantes y gobernados, nos involucremos en un urgente debate que ya tiende a ser global acerca de la mejor manera de afrontar un problema que nos concierne a todos.
Según los datos con los que García Linera respaldó su abordaje de tan espinoso asunto, la influencia de las actividades ligadas a la economía de la droga está entre 300 y 700 millones de dólares, cifra que coincide con el cálculo que hizo hace tres meses la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Onudd).
Como se ve, es tan amplia la brecha entre los márgenes mínimo y máximo de tales estimaciones que no pueden ser tomadas sino como una muy gruesa aproximación. Y aunque es muy probable que abunden los argumentos para cuestionar su precisión, lo evidente es que, millones más, millones menos, la importancia del narcotráfico en la economía nacional no es desdeñable. Más aún si se considera que cada dólar activado en cualquiera de las etapas del negocio, desde la producción de la materia prima -la hoja de coca- hasta su comercialización, tiene un efecto multiplicador cuya dimensión es prácticamente imposible de calcular.
No es por eso la precisión de las cifras lo que más debe interesarnos, sino el franco reconocimiento de que de una u otra manera la cadena de la droga es parte importante de la economía nacional y eso es algo que, como lo enseñan las experiencia propias y muchas ajenas, tiene múltiples efectos colaterales en los ámbitos de lo social, político e incluso cultural.
Es tan evidente eso, que lo menos aconsejable es que se continúe optando por el cómodo recurso de excluir el tema de la agenda de preocupaciones colectivas. Eludirlo, minimizarlo o simplificarlo de manera que las muchas derivaciones del problema no puedan ser afrontadas hasta cuando ya es demasiado tarde, como ocurre por ejemplo en México, es la peor de las opciones.
Las palabras con las que el Vicepresidente puso el tema sobre el tapete son más pertinentes aun si se considera que en todo el mundo está avivándose un debate sobre la mejor manera de afrontar el problema de las drogas y la economía que se mueve alrededor de ellas a la luz de los pobres resultados alcanzados con los métodos actuales. Se trata, sin duda, de un reto que por lo controversial que es requerirá mucha paciencia, tino y cautela, pero sobre todo, mucha sinceridad de las partes involucradas entre las que nuestro país ocupa un destacado lugar.
De momento, la posición oficial, la expuesta por el presidente Evo Morales, es de lo más diáfana. Consiste en rechazar la legalización de las drogas pero al mismo tiempo insistir en la despenalización de la hoja de coca. Es sin duda un punto de partida desde el que, con datos como los proporcionados por el Vicepresidente, se podrá iniciar un debate nacional que esté guiado por los intereses de todo el país y no sólo por lo de un solo sector como, en este caso, los productores de coca.
El Deber: El gas como freno
La llegada del gas natural a la condición de la nueva estrella de las materias primas que produce y exporta Bolivia fue saludada por los bolivianos y los países vecinos como una gran oportunidad de progreso.
Pero la realidad se presenta llena de decepciones debido al estancamiento de la extracción del hidrocarburo, justamente cuando debía darse el mejor momento de la producción y las exportaciones.
En estos días, el país vive una escasez de cemento provocada por la falta de gas natural, que no es entregado en los volúmenes suficientes a las plantas industriales donde se procesan la caliza y la arcilla en hornos que necesitan tener hasta 1.400 grados centígrados.
La falta de gas tiene paralizados a algunos de esos hornos del país, lo que provoca la escasez y obliga a importar el clinker, el producto intermedio que se produce en esos hornos, que luego debe ser molido para obtener el cemento.
Las organizaciones sociales de los trabajadores de la construcción han advertido del riesgo de que unos 200.000 puestos de trabajo se pierdan de inmediato por la paralización de obras tanto públicas como privadas.
Se trata de un golpe muy duro a la economía nacional, porque afecta al sector que se ha convertido en el refugio de todos los ahorristas que temen usar sus ahorros en actividades productivas, por la inseguridad política y la impredecible perspectiva de las actividades privadas.
La importación de cemento o de clinker es una solución amarga, porque supone el uso de divisas y porque es una prueba de las imprevisiones de la política económica.
El hecho pone en conflicto al Gobierno, que había adquirido la costumbre de prohibir las exportaciones de aquello que escaseara en el mercado interno. En este momento, prohibir o limitar las exportaciones de gas significaría reducir uno de los pocos ingresos del sector legal de la economía.
Las cifras, en efecto, muestran que los compromisos de exportación dejan muy poco margen para el consumo interno. La producción está en 44 millones de metros cúbicos diarios y los compromisos de exportación 38 millones, por lo que el consumo interno queda muy restringido.
El consumo interno, situado en 8 millones de metros cúbicos, podría crecer en 3 millones en los próximos meses, cuando comiencen las operaciones de explotación del yacimiento de hierro de Mutún, un proyecto que en su capacidad total requerirá 8 millones.
Es decir que Bolivia está necesitando gas natural y, como van las cosas, sus autoridades van a tener que optar entre exportarlo o dejarlo para el consumo interno. Lo ideal sería que la producción aumentara e incluso dejara margen para elevar las exportaciones.
Por el momento, el país está viviendo el estancamiento de la producción, resultado de los sacudones políticos a los que fue sometido el sector petrolero desde el año 2006. Las inversiones estuvieron virtualmente paradas y ahora se vive el resultado de esa situación.
La política económica tendría que ser planificada con mucho cuidado, para que estos hechos provocados por la imprevisión no afecten a los bolivianos, como está ocurriendo ahora.
La Razón: Por un trato digno
El recluido en una cárcel es, antes que nada, persona que merece un trato digno y justo
El viernes 24 de septiembre se recordará el Día del Privado de Libertad. En el país, cerca de 9.000 personas se encuentran recluidas en centros penitenciarios, la gran mayoría de manera irregular: por increíble que parezca, el Estado tiene a los procesos de las tres cuartas partes del total de los reos en situación de abandono.
¿Cómo se puede entender que al 75 por ciento de los presos no se le respete su derecho a conocer la sentencia que le cabe? Resulta inexplicable y hasta vergüenza ajena da el hecho de pensar en comentar esto en el extranjero.
Un informe del Defensor del Pueblo le puso números a esta realidad conocida por todos gracias a los medios de comunicación: derechos humanos pasados por alto, condiciones de infraestructura deplorables, falta de justicia con oportunidad, falta de atención a las necesidades de los internos por el objetivo mayor de ayudarles y, así, aspirar a tener una sociedad menos violenta… Porque de eso se trata, no solamente de atrapar delincuentes para encerrarlos y olvidarse de ellos.
Nunca se debería perder de vista que el infractor de las leyes, por lo general, vuelve a las calles e interactúa, como en el pasado, con los demás. De no haber una rehabilitación, lo más probable es que reincida en el delito. Procurar su reinserción a la sociedad como mejores personas tendría que ser la premisa de las autoridades.
Este gobierno tiene la oportunidad de hacer la diferencia respecto de los anteriores. El tema del hacinamiento —de larga data— se ha hecho insostenible. Que los penales bolivianos alberguen a reos en una proporción tres veces superior a la que corresponde es deshonroso y habla a las claras de una desatención estatal que no se puede tolerar en democracia.
Basta de mirar de palco cómo detenidos preventivos y sentenciados conviven entre sí, o con menores de entre 16 y 18 años; basta de permitir que esposas e hijos pequeños sufran, junto a los internos, las miserias de los penales del país. Urge fortalecer al régimen penitenciario con más recursos y desarrollar un plan de modernización del mismo.
Los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, especialmente los dos últimos, están llamados a revertir, en el plazo más breve posible, esta situación que denigra al ser humano. El recluido en una cárcel es, antes que nada, persona. Y esa persona, por más que haya delinquido, merece un trato digno y justo.
Cambio: Libertad de expresión
Desde que la Cámara de Diputados aprobara en detalle el proyecto de la Ley de Lucha contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, la población es testigo de un vendaval de posiciones contrarias a la nueva norma legal —que se encuentra para su análisis en la Cámara de Senadores— bajo el argumento de que supuestamente "viola el derecho a la libertad de expresión".
Lo singular del caso es que propietarios de medios de comunicación, dirigentes de la patronal Asociación Nacional de la Prensa (ANP) y algunas asociaciones de periodistas han desplegado una intensa campaña en contra del contenido de esa norma, particularmente del artículo 16, que señala: "El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación".
La Prensa: Angustioso SOS contra el abuso
Irónicamente un funcionario edil habría sugerido que Aldeas SOS se limite a sostener los restantes 38 albergues que atiende en la urbe alteña.
El domingo 12 de septiembre, un grupo de vecinos del Distrito 14, Bautista Saavedra, de la ciudad de El Alto, procedió a la toma de las instalaciones del albergue de Aldeas Infantiles SOS ubicadas en dicha zona, donde se atiende a 121 niños menores de seis años, que son dejados allí por sus padres mientras ellos cumplen su trabajo diario o simplemente ante la imposibilidad de pagarles su sustento diario. Aldeas SOS brinda a estos niños una asistencia integral como alimento, ropa, además de un apoyo
sicológico y social a sus familias.
Las instalaciones allanadas por este grupo que dice representar a la junta de vecinos de la zona constan de casi 600 metros de extensión, concedida por la Alcaldía de El Alto a través de un contrato de comodato que vence el año 2025. En estos terrenos Aldeas SOS construyó las instalaciones donde los niños son alojados y atendidos por madres sustitutas. En la ciudad de El Alto, Aldeas SOS ha instalado 39 albergues similares donde se atienden a 1.600 niños. A cambio de un pago simbólico que apenas supera a un boliviano diario, los niños reciben cuatro comidas diarias, por lo que los beneficios que les concede esta ONG son visibles.
El grupo que invadió de manera violenta los predios de Aldeas SOS, violando los derechos más elementales de los 121 niños que allí se alojan, justifica el avasallamiento anunciando que busca que dicho predio cumpla una ?función social?, aunque no aclara en qué consiste ésta, pues primero mencionó que haría de tales instalaciones una sede social para su organización, luego adujo que allí organizaría un albergue para ancianos y finalmente ?seguramente en busca de una justificación más sólida? asegura que allí construirá un hospital de segundo nivel.
Lo extraño de este acontecimiento consiste esencialmente en la actitud asumida por la Alcaldía Municipal de El Alto. En principio, hasta transcurridos los ocho días del avasallamiento, el señor Alcalde de esa ciudad, don Édgar Patana, cuya tarea era la de hacer prevalecer no sólo el derecho de los niños perjudicados, también un convenio firmado por el propio municipio, prefirió el silencio absoluto ante semejante abuso. Por otro lado, la irónica actitud de un alto funcionario edil que habría sugerido que Aldeas SOS se limite a atender las restantes 38 aldeas que ha instalado en los otros distritos de la urbe alteña.
Aldeas SOS sostiene que si el avasallamiento se consolida, procederá al cierre de los restantes albergues que funcionan en dicha ciudad, pues, naturalmente, al no existir garantías para el funcionamiento de uno de ellos, no se puede desarrollar un trabajo en la zona, pues tal hecho constituye un precedente peligroso que podría constituirse en una tentación similar para algunos malos dirigentes vecinales de esa urbe. Ergo, el avasallamiento derivaría en el perjuicio para más de 1.600 niños alteños que necesitan de tales servicios.
Sin embargo, si la actitud de la Alcaldía alteña es incomprensible, cabe preguntarse cuál es la actitud del Supremo Gobierno ante semejante abuso. ¿Es que la falta de garantías que hemos vivido en otros sectores de nuestra economía también incluye a organismos cuyo trabajo beneficia a los sectores más necesitados de nuestra sociedad?
El Diario: El turismo, una gran industria abandonada
La muy bien llamada “industria del turismo” ha determinado que muchos países -especialmente europeos- cifren la mayoría de sus ingresos en la actividad turística. No hay facilidad que no se haya intentado y concretado; no hay ley que no haya sido reglamentada o acomodada a las necesidades y urgencias del turismo; no hay sitio que no haya sido estudiado y planificado con miras a recibir visitantes; no hay lugar natural de importancia que no haya recibido atención especializada y sea preparado para la construcción de hoteles e infraestructura caminera o ferroviaria que contribuya a tan importante actividad.
Para la mayoría de los países que actúan bajo parámetros de hacer del turismo una de sus grandes actividades económicas, políticas, sociales, culturales, deportivas, etc. ha adquirido importancia relevante durante el siglo pasado y, en lo que va del presente, conforme pasa el tiempo, las transformaciones no se dejan esperar. Los gobiernos, como parte fundamental de sus políticas y programas, apoyan y fortalecen toda inversión, estudio y organización para incrementar la actividad turística porque ello no sólo implica grandes ingresos financieros sino una forma práctica de hacer conocer sus países.
América Latina es, posiblemente, el continente que aún hizo muy poco en pro de esta actividad; pero, de todos modos, buena parte de sus ingresos de divisas radica en la práctica del turismo receptivo que, además, permite gran diversificación industrial y comercial, crea empleo y abre posibilidades de inversión en sus territorios. Nada está librado al azar porque todo merece apoyo, planificación y organización en la que la actividad privada juega papel importante con el soporte de sus gobiernos.
Nuestra realidad en Bolivia es totalmente diferente: la actividad turística receptiva es la que menor acogida tiene en los diferentes poblados, los hechos contrarios al sano esparcimiento, al disfrute de la naturaleza, al conocimiento de nuestra rica fauna y las múltiples bellezas naturales de nuestro territorio, se ven constreñidas, anuladas y hasta permanentemente amenazadas por los extremos practicados por quienes realizan bloqueos, manifestaciones, marchas y atentados contra la seguridad de los naturales y extranjeros.
Las pocas medidas que existen para garantizar la actividad turística no son suficientes y, lo más grave, es la debilidad de nuestra legislación y la falta de autoridad no sólo de pocos encargados sino del mismo Gobierno al no haber investigado, llegado a conclusiones y sancionado legalmente a los culpables de robos, abusos, secuestros, asesinatos y otros extremos cometidos contra turistas extranjeros. El país, pues, ha quedado abandonado en este campo, por la falta de seguridad, infraestructura, educación turística y otros beneficios que es preciso crear en pro del turismo interno y externo que es programado en diferentes países con el fin de llegar a Bolivia.
Los extremos a que se llega periódicamente han determinado que “paquetes” de turistas hayan sido cancelados y hasta se ha visto publicidad que sugiere “no tomar en cuenta a Bolivia, por falta de seguridad y garantías para el turismo”. El caso, pues, debería merecer atención prioritaria de las autoridades, aprobando disposiciones claras y precisas que garanticen a la industria del turismo y, además, en conjunción con la actividad privada, promueva infraestructura de toda clase para hacer de esta actividad una fuente importante de ingresos y, sobre todo, de conocimiento de nuestro país.
El Mundo: Proyección
Desde el inicio del año y con mayor intensidad a partir del 1 de septiembre, la ciudadanía cruceña se ha dedicado, con inusitado fervor a recordar la gesta cívica del 24 de septiembre de 1810 y a evocar a los patriotas que en ese momento fueron capaces de enarbolar la bandera de la libertad, en un ambiente que si bien estaba enardecido por los constantes levantamientos en el nuevo mundo, no dejaba de entrañar grandes riesgos.
Cuando el llamado de la libertad se hace patente, ningún esfuerzo es mucho y los patriotas se entregaron alma, corazón y vida, y se propusieron llevar el movimiento hasta las últimas consecuencias, y no fueron pocos los que pagaron con su vida, hasta el mismo Cnel. Warnes, por defender semejante propósito.
Durante la larga lucha de la independencia, los ciudadanos de Santa Cruz no vacilaron en dar todo de sí para concretar sus más caras aspiraciones.
La recordación a que hacíamos alusión líneas arriba, nos ha llevado a evocar la presencia de todos los héroes, a destacar sus hazañas y a reivindicar sus glorias. No faltaron entre ellos los jóvenes oriundos de estas tierras y las mujeres que a pesar de la tradición machista de la época, no vacilaron en sumar sus esfuerzos para apoyar a los patriotas, no sólo tomando las armas sino también con acciones de heroísmo, así nos permitimos recordar a Ana Barba secundando la labor de los patriotas y comprometiendo a su vida y su libertad.
Hoy intentamos hacer un alto en la recordación, para pensar también en las proyecciones, la grandeza de Santa Cruz y de Bolivia toda, no se concreta, no se concluye, con la celebración de un Bicentenario; todo lo contrario, esta fecha debe mostrarnos el camino para enderezar nuestros pasos por la ruta del progreso.
Por eso hoy, al recordarse el Día del Estudiante y de la juventud, tenemos que coincidir en que la prosecución de esta lucha, más que tarea de los mayores, debe ser obra de los jóvenes, en ese entendido, bien corresponde reiterar que el futuro está en sus manos, pero que ese futuro tiene que comenzar a labrarse hoy, con mayor trabajo, puntualidad, responsabilidad, honestidad, cumplimiento y todas aquellas cualidades que hacen una personas de bien, un ciudadano honorable y un líder digno de ser imitado.
Por esta razón, hoy renovamos nuestro compromiso con la juventud, con esa fuerza que nos permite ver el futuro con optimismo y la que es capaz también de recoger todas aquellas amargas experiencias que lamentamos con frecuencia y que esperamos que no vuelvan a manifestase, en lo que les toca por vivir.
Podemos considerar que Bolivia, a sus 185 años, es una nación joven, pero precisamente por ello le ha tocado vivir experiencias, algunas veces compartidas con otras naciones o con el resto del mundo; sin embargo, es preocupante ver que no siempre hemos sabidos sacar lo mejor de ellas, no siempre hemos sido capaces de encontrar el mejor camino y tal vez lo más preocupante y que los invitamos a meditar con profunda sinceridad, hemos sido torpes en repetir experiencias, propias y ajenas, que nos han llevado a recibir los calificativos de atrasados, subdesarrollados y otros que aspiramos puedan desaparecer en el futuro, como obra de nuestros jóvenes.
Hoy al recordarse el Día de la Juventud y del Estudiante, renovemos muestra fe en el futuro que será forjado en las manos de nuestros jóvenes, en estos días en que se habla de revancha , de venganza, de discriminación y corrupción, queremos pedirles que repasen las páginas de la historia, desechando todos esos momentos amargos, tanto presente como pasados y establezcan sus planes en un marco de democracia, de unidad, de integración y de patriotismo, dejando de lado todos los factores que por ideología, raza, religión o creencia hacen que hoy nos sintamos unos diferentes de otros. Y recojan de lo mejor los sueños que pueden conducirlos a la felicidad y a la verdadera libertad.
Opinión: Arica trinacional
El concepto planteado en el título fue una propuesta del gran estadista Ricardo Anaya Arze. En síntesis, la tesis consiste en convertir Arica en una zona de integración evidente, más allá de las trampas y ficciones con que han estado jugando los políticos en los tratados de Montevideo, Cartagena, Brasil y otros. La fundación de la patria latinoamericana comenzaría en ese lugar, incluso, con un Gobierno comunitario, cualitativamente superior a las estructuras intergubernamentales.
Este asunto se convierte en tema fundamental por dos hechos que acaban de suceder en estos días. En primer lugar, la participación de los Colorados de Bolivia en los desfiles militares que se realizan como parte del Bicentenario chileno. En este componente es también importante resaltar el trabajo que, desde hace algunos años, realiza el presidente Evo Morales en ese nivel, es decir, entre Primeros Mandatarios. El segundo componente, más preocupante, es la noticia que se ha publicado en varios periódicos de nuestra América, acerca de un proyecto planteado en el Parlamento peruano para el uso unilateral de aguas del lago Titicaca. Estos hechos demuestran que la solución del enclaustramiento boliviano debe ser tratado entre los tres países, simultáneamente.
No sería inteligente discutir la noticia peruana porque oficialmente Bolivia no conoce nada, sin embargo, podría servir de hilo conductor para poner sobre la mesa de discusión el tema marítimo. Y en esa dinámica, con las consideraciones del caso, se podría trabajar para ver hasta donde llega la amistad que los diferentes gobiernos de Chile ofrecen al Presidente boliviano.
Los países con salida soberana a los océanos, sin hacer nada, incrementan su Producto Interno Bruto, con recursos que explotan de los mares, en más del treinta por ciento. Esto, sin exageraciones sentimentales, quiere decir que la pobreza de Bolivia, en gran medida, está ocasionada por ese impedimento de carácter vital. Si hiciéramos cálculos de lo que hemos perdido los resultados serían indignantes. Es también evidente que, en lo que respecta a la participación de Bolivia en el mundo, los costos en tiempo, dinero y esfuerzo humano son mayores a los que gastan países con salida soberana a los mares. Nosotros recibimos los avances de la ciencia y de la tecnología con atraso por lo menos de diez años. Nuestras exportaciones sufren las consecuencias regresivas de la falta de un puerto propio. Claro que estos factores negativos no deben servir para ocultar o disminuir nuestras responsabilidades en el nivel de evolución del país. Actualmente, y dada las asimetrías entre los tres países, el camino con mayor certidumbre para volver soberanamente al Pacífico es la inteligencia, la creación de fórmulas novedosas, con un contenido generoso y solidario.
Consecuentes con esa ideología, lo que tenemos que hacer es convencer a Chile y al Perú que la propuesta de Ricardo Anaya ofrece, a los tres países, la oportunidad de cumplir una misión altamente evolucionada. Todos, nos referimos a los que participaron en el conflicto del 79, darían y recibirían lo que justamente corresponda a la dimensión de su aporte creador.
En esta materia, algo imprescindible, es la unidad nacional, el tema del enclaustramiento está por encima de las diferencias políticas, incluso regionales. La Cancillería debe proponer un proyecto completo, de validez permanente, por encima de la naturaleza sectaria de la política nacional. Esa tesis debe ser discutida en todos los sectores y niveles de la sociedad boliviana. Las universidades, los empresarios, los trabajadores, los estudiantes, los medios de comunicación deben pensar del mismo modo y utilizar el lenguaje correspondiente. Con seguridad, el único asunto capaz de unirnos, más allá de las diferencias de todo tipo, es el retorno soberano al Pacífico.
Clarín, Argentina: Transparencia y acceso informativo
La transparencia es uno de los pilares de los sistemas democráticos e involucra a la esfera pública -y esto se refleja en la protección constitucional a las libertades de expresión y de prensa- como a la actividad estatal -cuyo desenvolvimiento debe estar abierto a la revisión de la ciudadanía y de los medios de comunicación.
La ausencia de transparencia en el Estado ampara arbitrariedades, actos de corrupción, abusos, manipulación de información y estadísticas y prácticas antirrepublicanas que afectan a la seguridad jurídica. Una de las medidas necesarias para comenzar a revertir este cuadro, entonces, es la sanción de una ley que establezca el más amplio acceso a la información pública. Argentina tiene en esta materia un notable retraso aun en comparación con el resto de los países de la región y esto incide en la baja calidad institucional que se presenta. Para suplir esta deficiencia se han presentado diversos proyectos de ley de acceso a la información, los cuales han sido tomados por senadores y diputados. La ausencia de coordinación entre ambas cámaras ha llevado a que mientras se aprobaba un proyecto en una comisión de Diputados, en el Senado se sancionaba otro proyecto en general.
Para que se concrete en las mejores condiciones posible la formulación de una ley imprescindible, es necesario que se alcance un consenso entre los legisladores de ambas cámaras sobre la base de un proyecto que garantice el más amplio acceso a la información pública en todos los poderes de la Nación, detallando de manera taxativa las limitaciones justificadas y fijando una autoridad de aplicación autónoma y no expuesta a manipulación.
Las restricciones a la información pública son parte de una cultura autoritaria bajo la cual ha transcurrido buena parte de la historia nacional. El Estado de Derecho, las prácticas democráticas y la lucha contra la arbitrariedad y la corrupción demandan la más amplia transparencia, y esto debe garantizarse mediante una adecuada ley de acceso a la información pública.
El riesgo de un deficiente tratamiento de los proyectos sobre acceso a la información pública contribuiría a sostener la falta de transparencia en los actos del Estado.