Disculpas del Ejército egipcio no disuaden las protestas

El ejército egipcio en el poder pidió disculpas este jueves por las muertes en los enfrentamientos entre fuerzas del orden y manifestantes que ocupan la plaza Tahrir en el Cairo por séptimo día consecutivo, para reclamar la salida lo antes posible del poder militar. A pocos días del comienzo el lunes de cruciales legislativas, la tensión era evidente en el centro de la capital como en varias ciudades del país, donde al menos 35 personas fueron muertas y más de 2.000 resultaron heridas desde el comienzo de los enfrentamientos el sábado. Los choques violentos continuaron en la noche del miércoles al jueves en la calle Mohamed Mahmud entre la plaza Tahrir y el ministerio del Interior, constató un periodista de la AFP. El jueves en la mañana, el ejército bloqueaba esta calle, en tanto un general llamaba a los manifestantes a retroceder hasta la emblemática plaza Tahrir, ocupada por los manifestantes a comienzos de año durante 18 días hasta la dimisión histórica de Hosni Mubarak.

Al parecer, las violencias han creado malestar incluso entre los militantes, y muchos estiman que el movimiento de protesta debería concentrarse en la plaza y no provocar a la policía cerca del ministerio del Interior. "Tenemos que volver a la plaza Tahrir para conseguir nuestro objetivo de hacer caer al mariscal", declaró Sameh Mahmud, un abogado de 35 años. El hombre se refería al mariscal Hussein Tantaui, jefe del ejército en el poder y jefe del Estado de facto, asimilado ahora al ex presidente Hosni Mubarak y acusado de querer incrustar el ejército en el poder y reeditar la política represiva del antiguo régimen. El ejército egipcio expresó "su pesar y presenta sus sentidas excusas por la muerte como mártires de hijos leales de Egipto" durante los enfrentamientos, que son la peor crisis para el poder militar desde que asumió la dirección del país después de la caída del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero. Los enfrentamientos que comenzaron el sábado en El Cairo y en varias otras ciudades provocaron oficialmente 35 muertos, en su gran mayoría en la plaza Tahrir. Las fuerzas del orden han sido acusadas por militantes y médicos de disparar sus balas de caucho apuntando a los ojos de los manifestantes.

El uso masivo de gas lacrimógeno también estaba señalado en muertes por asfixia. También fueron denunciadas por los médicos muertes por disparos de balas de guerra. Las manifestaciones han continuado a pesar de la promesa hecha el martes por el mariscal Hussein Tantaui de organizar una elección presidencial antes de junio de 2012, declarándose dispuesto a entregar el poder inmediatamente si un eventual referendo lo decidiese así. Los enfrentamientos se han producido en las ciudades de Alejandría, Puerto Said (norte), Suez, Qena (centro) Assuit y Asuán (sur), en el delta del Nilo y en Marsa Matruh (oeste).



En una declaración de una firmeza inédita, el gran imán de Al Azhar, la más alta institución del islam sunita, con sede en El Cairo, llamó a la policía a no disparar contra los manifestantes y al ejército que evite los enfrentamientos "en el seno de un mismo pueblo". Estados Unidos condenó el "uso excesivo de la fuerza" por la policía y llamó al gobierno a defender el derecho a manifestanse. Berlín también condenó las violencias, mientras que Londres denunció una "violencia inaceptable" y "desproporcionada" contra los manifestantes, con "balas de guerra y gases peligrosos". De su lado, la Organización de cooperación islámica (OCI) llamó a "la moderación".

Fuente: CNN.

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