A diario senador Pinto se viste para salir a trabajar a pesar del encierro de su asilo


La Paz. Las puertas del ‘garzonier’ de la embajada del Brasil, donde vive el opositor a Evo, están custodiadas por dos guardias brasileños y no se abren para Roger Pinto desde hace más de seis meses.

A diario Pinto se viste para salir a trabajar

El opositor no puede salir a espacios al aire libre.

image Visitas. Su hija Denisse es el único familiar cercano que asiste a diario al senador



El Deber, La Paz

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Cada día, el senador opositor Róger Pinto se levanta a las ocho de la mañana. Se viste de manera formal y se pone perfume como para ir a trabajar. Pero las puertas del ‘garzonier’ donde vive, que están custodiadas por dos guardias brasileños, no se abren para él desde hace más de seis meses.

Pinto está asilado en la embajada de Brasil en La Paz desde el 28 de mayo de este año, sin que el Gobierno de Evo Morales le otorgue el salvoconducto de salida del país, con el argumento de que no es un perseguido político y que tiene que responder ante la justicia boliviana.

Un lunes por la mañana Róger Pinto ingresó en la embajada de Brasil e hizo llegar una carta a los medios y al Gobierno. Pidió refugio y advirtió de que su vida estaba en peligro.

Desde entonces, vive bajo estrictas normas de seguridad porque, además de los dos guardias que están en la puerta, sus habitaciones están rodeadas de las oficinas policial y militar de la embajada.

No puede salir a espacios abiertos y, al principio de su refugio, hasta la comida que le llevaban era revisada para evitar un atentado contra su vida.

A pesar del aislamiento, a Róger Pinto no le faltan visitas en su pequeño espacio, pero, sin duda, la más asidua es la de Denisse, su hija menor, que vive en La Paz preparando su tesis de Derecho y, claro, atendiendo a su padre en todo lo que se ofrezca.

En entrevista con EL DEBER, Denisse cuenta que “la familia es el punto más débil” para el senador Pinto por la separación forzosa de su esposa y sus tres hijas.

La esposa y la hija del medio tienen calidad de refugiadas en Brasil y no pueden cruzar la frontera porque perderían esa condición. La hija mayor se ocupa de los negocios de la familia en Cobija y Denisse, la menor, vive en La Paz. Pese a eso, Pinto deja la cama cada mañana para cumplir con disciplina una rutina como si fuera un día normal de trabajo.

Luego de cambiarse, se comunica con cada una de sus hijas y con su esposa, luego lee los periódicos y, con seguridad, recibe alguna visita hasta que llega la hora del almuerzo.

Se podría decir que la de Pinto es una familia tecnológica porque todos están agregados en Facebook, Twitter, Skype y otros medios por los que comparten la vida diaria. Los recursos tecnológicos le permiten estar en contacto con sus seres queridos y con las personas más allegadas, ante la imposibilidad de salir.

Una mujer se encarga de la limpieza del apartamento y de llevarle el desayuno, el almuerzo, el té y la cena.

Pero, Pinto tiene sus gustitos y de ellos se encarga Denisse, que, como todos los días, entra a la embajada a las dos de la tarde con roscas de maíz, somó o majadito. Muchas de estas cosas también llegan en encomiendas o son traídas por familiares y amigos que viajan de Cobija a La Paz especialmente para visitarlo.

Denisse se queda con su padre hasta las siete de la noche, hora en que deben terminar las visitas.

Entre las visitas que recibe Pinto figuran los senadores y diputados de oposición; el embajador de Brasil, Marcel Fortuna Biato; familiares y amigos de Cobija; los abogados y, de vez en cuando, pastores evangélicos extranjeros.

El MAS pide que se lo expulse de la embajada

El jefe de los senadores del oficialismo, Eugenio Rojas, cree que la única salida posible para el asilo prolongado del senador Róger Pinto es que Brasil tome la decisión de expulsarlo de su embajada en La Paz.

“La única vía, yo entiendo, es que lo expulse porque no puede estar por siempre, por mucho tiempo el senador Pinto”, dijo Rojas, quien cree que las cosas podrían complicarse para Brasil porque el senador puede enfermar en su encierro.

La embajada de Brasil se niega a pronunciarse sobre este tema porque considera que es polémico. EL DEBER intentó tener una versión sobre la estancia de Pinto en la legación, pero la misma fue negada.

A decir de Rojas, Brasil no imaginó que la estancia de Pinto en la embajada fuera tan larga, y “tampoco el senador Pinto ha previsto esta situación”.

La Cancillería de Brasil se pronunció sobre Róger Pinto cuando anunció oficialmente que se le concedía el estatus de refugiado político. No obstante, se ha mantenido en silencio luego de que el Gobierno de Bolivia rechazó la posibilidad de entregarle un salvoconducto.