Implosión del chavismo

VERSUS La filtración de una grabación al presentador de la TV estatal de Venezuela, Mario Silva, dejó al desnudo la profunda fractura del chavismo, un movimiento político que parece hacer implosión a pocos meses de la muerte de su fundador.

La implosión es una suerte de derrumbe interno, precisamente el mismo fenómeno que acabó con el totalitarismo soviético y que ahora amenaza con derribar al autoritario régimen “bolivariano”.

Las citadas revelaciones ponen de relieve la intensa pugna entre el sector alineado con Nicolás Maduro, obediente a su vez con la injerencia cubana, y otra ala hasta hace poco influyente en ámbitos militares, representada por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.



Todo hace presumir que la grabación de la conversación entre el polémico Silva y un agente del G2 cubano fue realizada por la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), poderoso síntoma de la molestia existente en filas de las Fuerzas Armadas con la intromisión de la dictadura castrista en los asuntos venezolanos.

Debe tenerse en cuenta que Hugo Chávez dejó como herencia once gobernaciones en manos de altos mandos militares, quienes controlan las guarniciones de sus respectivos territorios y no responden orgánicamente al Partido Socialista Unificado de Venezuela.

De ahí que una administración de legitimidad débil e inexistente eficiencia como la de Maduro parezca apenas una antesala de un gobierno de transición, que podría convocar a elecciones no controladas por la maquinaria del fraude chavista, como señalan analistas políticos venezolanos.

América Latina, plagada de regímenes semi-dictatoriales erigidos por la petrochequera de PDVSA, contiene el aliento en espera de la caída de la primera ficha en el dominó de la libertad…

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