El proceso de cambio se aleja de la clase media

La historia boliviana enseña que los proyectos de grandes transformaciones de los últimos 100 años han incluido siempre a su clase media. Recordemos que el MNR gestó su revolución con un eslogan que incluía a obreros, campesinos y clase media, en ese orden.

image La clase media, conformada principalmente por profesionales, empleados, estudiantes, artistas, investigadores, pequeños empresarios y otros sectores afines, aportan a la sociedad principalmente con destrezas, conocimientos, capacidades y especialidades que la sociedad, sobre todo urbana, necesita para funcionar.

Si bien este proceso político en realidad está conducido por cuadros de clase media –Quintana, García Linera, Romero, Tejada, Montaño, para citar solo algunos–, sin embargo, en los hechos, su discurso es excluyente de esa clase social y está lastimando profundamente los valores, las ideas, las creencias y las capacidades que la clase media tiene como bagaje fundamental y que le es característico.



Nos parece que el proceso político que vive el país, conducido por el MAS, se aleja cada vez más de la clase media no solo porque no pierde ocasión para desvalorizarla y excluirla, sino y sobre todo porque su accionar político, muy pragmático con referencia a la preservación del poder, choca con toda la estructura de valores de esa clase media, formada en valores como la eficiencia, la racionalidad, el premio al estudio, el conocimiento y las capacidades, la honestidad personal y política y el respeto de las ideas ajenas.

Por el contrario, el actual esquema de Gobierno, haciendo gala de un cierto relativismo moral ridiculiza esos valores que llama “pequeños burgueses”, y con un marcado realismo político descuida valores como la ética, la eficiencia, la austeridad, la verdad y la justicia, sustituyéndolos con la improvisación, el abuso del poder, el clientelismo, el derroche y la subordinación de la justicia al poder político, todo ello justificado por los objetivos superiores del “proceso de cambio”.

Y, sin embargo, como parte del proceso, a partir de algunos sectores populares se está formando una nueva clase media, cuyo perfil no está definido y debe aún ser estudiado.

La búsqueda de la inclusión y la equidad, la valorización de lo indígena y la defensa de los recursos naturales, planteamientos que gran parte de los bolivianos compartimos, no pueden utilizarse como justificación para atropellar a la mitad del país y borrar 200 años de historia republicana, fatigosamente construida, desconociendo la indispensable continuidad de la historia y sus actores.

FERNANDO PRADO ** Arquitecto cruceño, experto en planificación urbana.

EL DEBER