Escaños: no todo vale en democracia


Jorge Lazarte

jorgelazarte 1.- Hay buenas razones y de fondo para desconfiar del TSE; pero en la crítica se está incurriendo en confusiones.

2.- Confundir entre “reglamento” y aplicación del reglamento, es lo mismo que confundir “ley” y aplicación de la ley. Pueda haber una buena ley y una mala aplicación. Los nuevos parámetros para diseñar circunscripciones uninominales son aceptables, pero otra cosa es su aplicación, que puede ser calculado o manipulado. No hay que confundir regla con personas. Los criterios iniciales, inicuos, fueron sustituidos por otros gracias a la presión desde la sociedad.



3.- Hemos leído que las “capitales” de departamento representan el 70% de la población frente al 30% de la población rural. No es cierto. La población total de las capitales más El Alto es de menos del 50%. Se confunde población de capitales con población urbana. Hay población urbana en las zonas rurales.

4.- También leímos otras confusiones. No es aceptable cambiar la base de cálculo de distribución de circunscripciones, internacionalmente ya consagrada, que es la población, y poner en su lugar “electores” del Padrón. El Censo del 2011 ciertamente no es confiable, pero no hay otra base, y el padrón tampoco es confiable.

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5.- De otro lado, la suma de electores de capitales de departamento y El Alto con el resto del país, que se menciona en otro comentario, no da el número de electores de 2009, que fue de más de cinco millones. Falta medio millón de electores en el cálculo, que de haberse tomado en cuenta pondrían en duda la “argumentación”.


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