La furia de la población se desató por la muerte de Mario Miguel Parada tras la presunta golpiza a la que fue sometido por siete efectivos. El jefe policial desmiente golpes y la médica forense atribuye el fallecimiento a un infarto.
Pobladores de Puerto Quijarro, en la frontera con Brasil, tomaron el puesto policial de la localidad, cerca de las 21.30, en protesta por la muerte de Marco Miguel Parada Ayala, de 46 años, que murió esta tarde a causa de un infarto cardíaco que los familiares atribuyen a una golpiza que le propinaron hace 10 días siete policías.
Los informes dan cuenta de que los pobladores se enteraron de la muerte de Parada y, enardecidos, tomaron las instalaciones. Primero prendieron fuego los vehículos que estaban parqueados y luego incendiaron el puesto policial.
La esposa de la víctima, Jenny Justiniano y su hijo Marco, clamaron justicia y acusaron a los policías de ser los causantes del deceso, pues desde el día de la golpiza, Parada había estado semiparalítico.
Sin embargo el informe de la médica forense, Katerine Ramírez, dice que la muerte se debió a un infarto, que evidentemente tenía lesiones, pero ninguna de riesgo vital.
El jefe policial de Puerto Quijarro, Rubén Suárez, desminitó ante los medios de prensa, esta tarde, la golpiza que se le atribuye a su fuerza. Expresó que ese día Parada Ayala fue detenido en estado de ebriedad y lo agredió con un golpe en la cabeza. Supuestamente, al día siguiente, Parada le pidió disculpas
Fuente: eldeber.com.bo