Si el sistema judicial boliviano tuvo siempre grandes falencias, desde que Evo Morales ascendió al poder y comenzó a practicar una política de injerencia en ese Poder del Estado la situación se ha agravado notablemente.Expresión de esto son las declaraciones de la magistrada suspendida del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), Ligia Velásquez, quien acertadamente señaló que si antes la justicia era mala, ahora va camino a ser perversa.“Es un retroceso como país. Las bolivianas y bolivianos nos vamos a dar cuenta que la justicia era mala, pero no era perversa. Vamos a llevar a un nivel de perversidad en la justica porque ya no va haber independencia para emitir resoluciones”, dijo Velásquez, quien actualmente es objeto de un proceso persecutorio por parte del oficialismo.Como ella bien dice: “están utilizando el aparato represor del Estado para perseguirnos con un proceso inventado”.Se trata de un juicio parlamentario digitado desde el Palacio de Gobierno, con la intención de terminar de doblegar las últimas desobediencias en el Tribunal Constitucional al proyecto totalitario, de manera que el control de constitucionalidad quede definitivamente neutralizado.Es decir, que el país acabaría teniendo una CPE completamente “flexible”, ajustable en todo momento a las necesidades y caprichos del gobernante.Incluso la ONU, cuyos representantes suelen caracterizarse por la tibieza, han tenido que llamar la atención sobre la “crisis en la administración de justicia” en Bolivia…[email protected]