Elecciones subnacionales 2015: Las tres dimensiones de nuestra política

ANALISTA HACE UNA LECTURA DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DE BOLIVIA.

imageCiudadanos votan en La Paz. Foto referencial La Razón.

Los Tiempos, Cochabamba



Marcelo Arequipa Azurduy*

Acerca de las pasadas elecciones subnacionales, mi impresión es que además de tener claro el hecho de que no se trató de un plebiscito al presidente Evo Morales, aunque muchos se empeñen en afirmar esto, se debería diferenciar que fue una elección en dos dimensiones territoriales por separado: gobernadores y alcaldes.

Quedó claro, tanto para analistas como para dirigentes oficialistas, que el proceso de reclutamiento y selección de candidatos en el MAS falló terriblemente. De los resultados pueden emerger dos escenarios: que el oficialismo se empeñe en que sin Evo no es nada y por tanto hay que plantear la reforma constitucional o que se haga un proceso de autocrítica en el MAS del que emerja una recomposición de fuerzas y una seria decisión de formación de cuadros.

En las gobernaciones

Un fenómeno que se repitió en casi todos los casos para el oficialismo fue el voto cruzado. Aquí el criterio de identificación simbólica de los electores con los candidatos no tuvo éxito y pongo un ejemplo: dice Carlos Macusaya, para el caso de los jóvenes alteños, que ven en Felipa Huanca a una señora que es un resabio de algo poco tentador de superar (mujer humilde de pollera, rural y sacrificada); en cambio ven en Félix Patzi el objeto que de alguna forma les inspira a superarse (hombre que salta del campo a la ciudad, con perfil académico y con capacidad para moverse en el mundo de las clases altas y el poder). Podría seguir así con otros casos, como el del exfutbolista Gatty Ribeiro en la Alcaldía de Cobija.

En general, creo que el MAS se equivocó a nivel de las gobernaciones al mostrar muy tempranamente sus fichas y la oposición hizo un buen ejercicio al analizar qué candidatos que podrían hacerles frente, más allá de los que ya estaban cantados. Como resultado al mal planteamiento de candidatos oficialistas y las sospechas que se generaron en torno a ellos  en las filas del votante masista, se observó el apoyo cruzado que se materializa en el control que tiene el MAS de casi todas las Asambleas Departamentales menos la de Santa Cruz.

Aquí estamos frente a lo que en Ciencia Política se conoce como votante retrospectivo, este tipo de elector se pregunta ¿qué cosas positivas ha hecho este Gobierno por mí en los últimos años? Este votante da su apoyo cuando considera que el Gobierno cumplió aunque sea mínimamente sus necesidades de bienestar.

En los municipios

Si uno tuviera que poner un titular en este punto diría que es el aterrizaje de la democracia de mayorías, aquí se evidencia todo lo contrario en cuanto al voto cruzado en el caso anterior porque la ciudadanía de las capitales de departamento, más El Alto, se inclinó a apoyar de forma mayoritaria a aquellas organizaciones opositoras al MAS (ya es hora de que hablemos con propiedad y no digamos la oposición en singular sino en plural por la diversidad de fuerzas de este lado en el país).

Los casos más emblemáticos que me vienen a la mente son los de La Paz, El Alto, Tarija, Cochabamba, Cobija, y Santa Cruz. Los candidatos electos en esas capitales tienen el suficiente poder en el Concejo Municipal como para llevar adelante sus proyectos, ergo: estamos frente a pequeños Evo Morales, si me permiten. Ahora es el momento de que estos líderes demuestren todo su potencial y, además, de mostrar a los ciudadanos que si es que existe una forma distinta de gobernar, al tener mayoría, sin la necesidad de hacer pactos postelectorales a la manera en la que se hace en el Ejecutivo nacional, como tanto se han empeñado en criticar.

En esta dimensión estamos frente a un tipo de votante por temas relevantes, pues puede ser que a lo largo de la anterior legislatura hayan surgido temas que se han hecho particularmente relevantes y la importancia de esos temas pudo haberse mantenido incluso hasta la campaña electoral.

Las cifras del MAS

Simplemente como un ejercicio de datos, si uno compara la elección de gobernador en 2010 con la de este año, se observa que en proporción el MAS perdió entre cuatro y cinco puntos porcentuales de apoyo en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Chuquisaca, Oruro y Potosí; donde dio un salto interesante es en Pando con un crecimiento del 16 por ciento. En Tarija bajó ocho puntos entre ambas elecciones y el caso más negativo es el de La Paz donde su caída fue de 20 puntos.

Mientras que el caso más exitoso es el de Cochabamba que sigue siendo su plaza fuerte con más del 60 por ciento de apoyo electoral. Esto da incluso para debatir el caso de la anulación de Unidad Demócrata en Beni ¿A quién benefició?

En el caso de los opositores, no entiendo por qué se habla de liderazgos en surgimiento de proyección nacional. Si se fijan, ningún líder hasta ahora ha sido capaz de salir de su plaza principal, veamos el caso de Rubén Costas o el del difunto político Juan del Granado. Incluso el mismo Luis Revilla, para quien es su segunda elección, no puede salir del municipio paceño.

En el caso del oficialismo, más allá de los datos que se describen aquí, no se puede obviar el hecho de las importantes derrotas simbólicas que sufrió el MAS en los municipios grandes como Tarija, Cochabamba, Trinidad y especialmente el caso de El Alto. Esta última sería la que más dolió dentro de las derrotas, a juzgar por la lectura de los dirigentes del oficialismo.

Nuestra política nos ha demostrado que más allá de victorias numéricas son éxitos simbólicos y eso es lo que las oposiciones se están empeñando en demostrar en estos últimos días con su supuesta avanzada territorial.

*Politólogo