Durante los últimos años hemos estado al tanto de los análisis de los expertos y los informes de institutos y organismos internacionales que tratan de reflejar la grave crisis económica que atraviesa Brasil, pero ninguno ha sido tan explícito y esclarecedor como el anuncio de 48 municipios de ocho estados brasileños que han decidido cancelar la celebración del carnaval debido a la situación económica del país.
Las alcaldías, que suelen pagar la música, la decoración y otros detalles de la fiesta, han decidido suspender los preparativos con el objetivo de enfrentar otras obligaciones presupuestarias más urgentes, como la lucha contra el dengue, que ataca algunas zonas del interior de San Pablo y los daños causados por las inundaciones.
Esto es muy gráfico, tomando en cuenta la importancia que le dan los brasileños al carnaval, pero es obvio que la racionalidad siempre llega cuando aprieta el zapato. Muchos se preguntan si esto podría ocurrir en Bolivia, pero antes que nada es necesario admitir que hay una crisis, cosa imposible, pues todos siguen pregonando que vivimos en el país de las maravillas.
Fuente: eldia.com.bo