CONFLICTIVIDAD Mientras se prevé que la economía se mantenga estable, en lo político se anticipa otro año conflictivo. | AGENCIAS
CONFLICTOS Lo que ocurre en estos últimos días, y que probablemente se extienda, puede ser la pauta general de lo que podría pasar en 2018. | AGENCIAS
Una serie de indicadores económicos despertó preocupación en el país durante 2017. Casi paralelamente, el crecimiento de la conflictividad política y social alteró la vida de los bolivianos, especialmente en los dos últimos meses del año. En ese marco, la incertidumbre sobre lo que pueda suceder el año que empieza desató una ola de especulaciones más intensa de lo habitual. Por ello, OH! conversó con seis reconocidos analistas acerca de los posibles escenarios que podrían generarse en este 2018.Bien podría decirse que las respuestas alientan una buena y una mala previsiones para un año sobre el que se adelantó implícitamente la campaña electoral 2019. En la buena previsión coinciden los tres economistas consultados: se prevé que el ciclo de estabilidad económica continuará este año en Bolivia. “Para empezar, se prevé que el contexto internacional será mejor que el de 2017 que, a su vez, fue mejor que el del año pasado”, dice el economista Juan Antonio Morales, “las economías de los países industrializados están creciendo y también, aunque a un ritmo moderado, van creciendo las economías de los países vecinos. Por ello, todo hace pensar que los precios de las exportaciones bolivianas van a aumentar”.Coinciden con Morales sus pares Armando Méndez y Pablo Cuba. “La crisis mundial empezó a disminuir”, explica Cuba, “no habrá un crecimiento como el del boom de 2006 hacia 2014, porque ese ciclo ya ha acabado, pero comienza un ciclo de expansión general moderada. China crecerá, y a nosotros nos conviene que crezcan Brasil y Argentina porque la capacidad de demanda de gas natural se incrementará. También se incrementará el precio de las materias primas en general”. Méndez confía en que, bajo esas condiciones, se cumplirá la previsión de un crecimiento del 4 por ciento de la economía boliviana y añade que “no habrá grandes cambios ni hacia arriba ni hacia abajo”.Otro factor que incidirá en la estabilidad económica radica en un muy probable incremento del gasto público por parte del Gobierno por motivaciones políticas. “No hay que olvidar que habrá un calentamiento pre electoral”, recuerda Morales, “por ello el Gobierno tiene un presupuesto muy grande. Entonces, la combinación de un contexto internacional benigno y un mayor gasto público probablemente le dé impulso a la economía para que mantenga el mismo ritmo de crecimiento de los últimos años”.Los nubarrones económicosSin embargo, la estabilidad económica que se anuncia para el año recién iniciado no conjura todavía las nubes negras que se han observado en diversos análisis. Méndez señala, por ejemplo, que “la deuda externa va a aumentar porque el déficit fiscal de 2018 es bastante fuerte (7,8 por ciento del Producto Interno Bruto). Ese déficit fiscal se va a financiar fundamentalmente con deuda externa. Así se sostendrá el gasto público programado para este año”.Y sobre la creciente deuda boliviana surgen más resquemores, especialmente los de la dependencia.Cuba remarca que se ha generado una deuda externa básicamente bilateral con China. Ello sucedió debido a que se fueron cerrando los canales de préstamos multilaterales a largo plazo y de bajo interés. Y alerta: “Si la tendencia es a que Bolivia no cambie su política comercial exterior y no se abren nuevos mercados, dependeremos mucho de China. Esa dependencia implica tasas de interés más altas, plazos cortos, pocas posibilidades de generar empleo, porque son créditos amarrados a contratar empresas chinas, etc”.Y el tercer gran nubarrón económico que tensiona a la economía boliviana constituye el tipo de cambio de divisas. “Para hacer más competitivos nuestros productos en los mercados internacionales se debería devaluar la moneda, pero es algo que el Gobierno se ha resistido a hacer hasta ahora”, explica Cuba, “eso ha frenado las inversiones en rubros como manufacturas, confecciones, etc. Y por eso muchos compatriotas emigraron a Argentina, Chile, Brasil o Perú a realizar sus propias inversiones”.La gran preguntaA las preocupaciones sobre las diversas variables económicas que ingresaron en números rojos Juan Antonio Morales añade una: “El déficit comercial se importa mucho más que en otros años”. Y en función a que la esperanza en mejores perspectivas crezca lanza una interrogante: “La gran pregunta es ¿cuándo van a ser rentables las inversiones públicas, tan voluminosas, que se han ido haciendo desde 2014? Tenemos casos como los de la industria de fertilizantes en Bulo Bulo, el ingenio azucarero de San Buenaventura y otras varias inversiones públicas que o no son rentables o que tardarán en serlo”Luego añade: “Es un panorama más o menos alentador para la economía boliviana. Sin embargo, dos factores la podrían hacer descarrilar: que las previsiones económicas internacionales no se cumplan y que se acentúe la conflictividad política en el país”.Y para el panorama político hay mucho menos optimismo que para el económico. El politólogo Jorge Lazarte alerta que lo que está ocurriendo en estos días y que probablemente se extienda puede ser la pauta general de lo que podría pasar en 2018. “Es decir: conflictos que nacen en un determinado lugar y que van poco a poco creciendo debido a que el Gobierno no los enfrenta a tiempo y no sabe negociar, en un clima general de un creciente descontento en el país. Los conflictos nucleares se convierten en canales de salida, de expresión, de ese descontento. (…) Puede ser un año muy convulsionante en lo sociopolítico, porque aún los conflictos con demandas estrictamente sociales no dejan de trasuntar un malestar político creciente, sobre todo en las ciudades y sectores de clase media”.Otro analista, Roger Cortez, añade en perspectiva un factor que, asegura, agrava el escenario político: “El ascendente uso de la fuerza a la que apela el Gobierno nos empuja a la proliferación de conflictos, cada vez más violentos”.

CONFLICTIVIDAD Mientras se prevé que la economía se mantenga estable, en lo político se anticipa otro año conflictivo. | AGENCIAS
CONFLICTOS Lo que ocurre en estos últimos días, y que probablemente se extienda, puede ser la pauta general de lo que podría pasar en 2018. | AGENCIAS