La Razón y ATB fueron comprados con dinero del Estado boliviano, pero fueron a parar a manos privadas

Los medios de comunicación ATB y La Razón-Extra, citado en Brújula Digital, fueron adquiridos con recursos provenientes de un préstamo venezolano, pero las acciones terminaron en manos de los empresarios privados Marcelo Hurtado y Carlos Gill.



Un informe de la Unidad de Investigaciones Financieras del Estado, al que tuvo acceso dicho medio, establece que el gobierno de Venezuela le prestó al Estado boliviano, entre 2008 y 2009, la suma de $us 16,1 millones a través del programa Evo Cumple.

Una vez recibidos esos recursos, que le pertenecían al Estado boliviano, fueron traspasados a cuentas privadas. Luego se enviaron $us 4,5 millones a España a cuentas del grupo Prisa, mediante la empresa Flaba Trading, que pertenece a Marcelo Hurtado, para la adquisición de La Razón-Extra, según da cuenta el informe de la UIF.

Otros $us 10,02 millones fueron enviados, según el reporte de la UIF, a cuentas en EEUU a nombre de Jordán Silva Tugues, asistente del empresario venezolano chavista Carlos Gill, para la adquisición de ATB. Para ello se usaron las cuentas de las empresas de Hurtado: Flaba Trading y Estrategias Energéticas.

Posteriormente, añade el informe, las acciones de La Razón-Extra terminaron en manos de Carlos Gill, y las de ATB en las de Marcelo Hurtado; este último fue gerente general de esa empresa durante una década hasta que cayó detenido en enero acusado de legitimación de ganancias ilícitas y otros delitos. Hurtado luego fue también propietario de PAT, según datos de la Fiscalía que sigue la investigación.

El grupo Prisa era propietario de ATB y La Razón-Extra hasta 2008-2009, cuando concluyó el traspaso a sus nuevos dueños. Gill ha señalado en varias oportunidades que él no tuvo relación alguna con ATB, lo que contradice el informe de la UIF.

El empresario informó oficialmente en 2009 que había obtenido las acciones de La Razón-Extra mediante un sistema de intercambio de acciones con las de una red de TV que tenía en EEUU. Lo que señala el informe de la UIF es que la compra se realizó, en realidad, con el mencionado préstamo venezolano, que terminaron pagando todos los bolivianos. Gill no ha retornado a Bolivia desde diciembre de 2019, donde enfrenta cargos ante la justicia.

Según el reporte de la UIF, Gill utilizó la empresa Sunstripes Investments, con sede en Bermudas, para posteriormente hacer los aportes de capital a La Razón-Extra. En el caso de Hurtado, se usó la empresa Akaishi, creada en España, para hacer los aportes a ATB.

Se envió un mensaje, vía WhatsApp, al empresario Gill para tener su versión respecto a la publicación de Brújula Digital, pero no se obtuvo ninguna respuesta hasta el momento.