Resultados post-electorales: ¿Decadencia azul u oportunidad para una nueva hegemonía verde?

 Federico Serra

La foto del quince de abril del 2021, ( https://eju.tv/2021/04/nos-declaramos-en-emergencia-camacho-exige-la-realizacion-del-censo-en-2022/  )   dando declaraciones de prensa del gobernador electo, para Santa Cruz de la Sierra (SCZ), Bolivia, Luis Fernando Camacho (LFC) junto al actual gobernador saliente Ruben Costas Aguilera, puede resultar  una foto iconica para la propia historia de ese departamento y también para el país.

Dicha imagen transmite, en principio, la continuidad de un mismo sentido político en dos generaciones distintas con el mismo color verde con el que se ha representado a SCZ y su modelo productivo,  por cierto el único exitoso en Bolivia. Fuera de este, solo hubo extractivismo y estatismo.



En la foto, el mas joven, gobernador electo, conocido por su merito de haber liderado una rebelión civica.ante la indignación del fraude, que desestabilizo el gobierno de Evo Morales y que tuvo su clímax en otra foto icónica ingresando al palacio del Quemado de La Paz con la Biblia en mano para depositarla en el suelo. Un simbolismo que fue mucho mas allá cuando en las recientes elecciones sub-nacionales la llamada derecha u otros opositores al Movimiento al Socialismo (MAS) ganan las principales regiones y ciudades desde los llanos, pasando por los valles y llegando al altiplano.

Sea como fuere algo cambió en los últimos 15 años para que el otrora insurgente MAS tuviera semejante declive.  No es el propósito de este artículo entrar en la enumeración de este declive.

Mas bien lo que nos convoca aquí es señalar la posible oportunidad de construir un nuevo consenso que reemplace al indígena campesino originario, creado a partir de las ONG’S y que llevó adelante el gobierno de 14 años del MAS.

En este sentido, algunas postales aparecieron durante la gesta del 2019 y parte del 2020, cuando LFC se fotografía con el referente Potosino Pumari,  dando a entender que lo que se deseaba era limar  aquellas antinomias entre oriente y occidente, entre collas y cambas, entre cívicos e indígenas y entre ricos y pobres.

Una postal prometedora que de algún modo, pudo representar las ideas y sensaciones que nuevos votantes jóvenes y otros sumados a la decepción de los 14 años anteriores, que dieron como resultado un revés electoral que a esta altura es una bofetada.

Esta bofetada ahora puede ser aprovechada, o bien con espíritu de venganza o bien con un sentido prometeico de unidad nacional y de progreso.

Hasta aquí lo que quizás sea fácticamente posible. Sin embargo, quizás, habría que empezar a contar cuales, quienes y con cual proyecto diferentes actores políticos y económicos puedan dar cabida y recurso a esta nueva construcción de hegemonía verde proyectada a nivel nacional. Y sobre todo con cual letra de cambio y música estridente pegadiza se propondría.

Una hegemonía necesaria para mantener, a futuro, estos resultados electorales, pues caso contrario seguramente, por las características del electorado boliviano, de no ser cumplidas las espectativas

actuales, estas podrían derivar en nuevos movimientos populares azules o violetas o negros,  que hagan nuevamente de la polarización una ruta de acceso al poder.

Volviendo a la foto, del principio del artículo, las preguntas, obligadas, serían, cuanto? y en que medida LFC aprovechará de las experiencias de resistencia del gobernador saliente (el viejo León político)  y cuanto considerará que ha sido concesión de derechos desde el SCZ al estatismo azul.

¿Con cuales fuerzas podrá impulsar las mayores medidas autonómicas que se propone poner en marcha? Lo empezaremos a ver apenas asuma.

Desde Buenos Aires, Argentina, 17/04/2021